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Caos nurgle caminantes virulentos

Caminantes Virulentos

Desplazándose por el campo de batalla en apestosas hordas, los Caminantes Virulentos (Poxwalkers en inglés) envuelven a sus enemigos en una podrida marea. Son las víctimas malditas de las plagas de Nurgle transformadas en las armas no vivas de la Guardia de la Muerte.

Descripción

Entre las innumerables enfermedades propagadas por la Legión, ninguna es tan temible como la Putrefacción de Nurgle. Esta perfecta plaga es tanto de naturaleza física como espiritual, infligiendo en su víctima un prolongado y horrendo declive que acaba erosionando su alma mientras deja su cuerpo como una cáscara plagada de plagas.

Sin embargo la Putrefacción de Nurgle no es más que una de las múltiples enfermedades que se agitan dentro de las entrañas de la Guardia de la Muerte, llegando a saturar aquellos mundos que pisan. La Peste Destructora, que atormentó a los hijos de Mortarion y que los entregó a Nurgle, sigue todavía acechando en su podrida carne. Desde que la Gran Fisura ha quedado abierta de par en par la plaga zombie, la abominable enfermedad de los no muertos, de la cual Typhus el Heraldo es el vector primario, ha mutado en un sinfín de variedades. La Llorosa, la Balbuceante, la Deslizante o la Diarreica, y un sinfín de otras que extiende la Guardia de la Muerte, llegando a formar un cóctel de espantosas enfermedades que engendra la Viruela Caminante.

Las víctimas de la Viruela Caminante encuentran que sus cuerpos se pudren y se apagan hasta que finalmente la muerte se los lleva. Sin embargo este no es el final, ya que permanecen cruelmente conscientes atrapados dentro de su cadáver mientras este se reanima con una sonrisa de rictus y se tambalea en busca de los vivos. Su carne muta, incluso después de la muerte, brotándole pulsátiles e hinchados tentáculos mientras les crecen cuernos en los cráneos similares a los Demonios Portadores de Plaga.

Simplemente escuchar la gruñona cacofonía sin sentido de los Caminantes Virulentos es suficiente para infectar las almas de todos los ciudadanos menos fieles, llevando a la masificación de brotes incluso dentro de fortalezas y ciudades que parecen inviolables. Debido a esta enfermedad se han perdido incontables almas, ya que uno mismo se convierte en otra herética abominación con la intención de asesinar. En el momento en que la Guardia de la Muerte se mueve para atacar a un mundo tan afligido, tienen un ejército de muertos esperando para ayudarles.

Aunque la mayoría de los Caminantes Virulentos utilizados por la Primera Compañía de la Plaga se usan como vectores de enfermedad, las distintas bandas de guerra de la Guardia de la Muerte los utilizan también como carne de cañón y tropas de terror. Muestran una rudimentaria coordinación en el campo de batalla armados con restos, como garrotes, y aunque son torpes y lentos también son inhumanamente resistentes. En grandes cantidades estos mutantes y encorvados cadáveres son capaces de desbordar las líneas enemigas en orgías de violencia sin sentido, atacando a aquellos que en alguna ocasión se contaron entre sus aliados.

Fuentes

  • Codex: Guardia de la Muerte (8ª Edición).
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