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Hace mucho tiempo, existía un Mundo Astronave peligrosamente cerca del Ojo del Terror, llamado Kher-Ys. Era rico en almas puras de Eldars y Slaanesh lo quería para sí. Como Slaanesh lo deseaba, sus súbditos también, y muchos se reunieron alrededor de Kher-Ys para obtener su recompensa.
Pero Kher-Ys estaba protegido. Sellos de energía guardaban la entrada del Río de Plata que conducía a la Telaraña y numerosos guerreros patrullaban sus puertas. Los Daemons se arremolinaban sobre el Mundo Astronave, tramando su desgracia, pero no sabían cómo llevar a cabo sus planes. Intentaron pervertir desde fuera a sus habitantes, pero resultó inútil, pues muy pocos cayeron presa de su influjo. La mayoría ignoraron aquellas voces, pero otros las escucharon, y se dejaron guiar hacia ellas.
Una en particular atrajo la atención de una hermosa y joven eldar de brillante alma, pero esta tenía una mancha oscura. El Guardián de Secretos Ail'Slath'Sleresh, conocido como el Matacorazones, decidió que ella era la llave para conseguir el trofeo que representaba el Mundo Astronave. Así pues, Matacorazones viajó a Kher-Ys disfrazado de eldar varón y sedujo a la doncella, y esta le amó con tal intensidad como solo una eldar puede amar.
Más tarde, Matacorazones le persuadió para volver juntos a Kher-Ys. Logró colarse y allí esperó para dar el golpe definitivo. Se enteró que los sellos tenían una llave, que poseía el Autarca más poderoso del Mundo Astronave. Esto lo supo por la doncella, ya que el Autarca era su padre. Una noche, mientras el Autarca dormía, Matacorazones decidió adoptar su verdadera forma y, con la llave que le había robado al padre de la doncella, abrió los sellos, y los Daemons de Slaanesh entraron en el Mundo Astronave arrasando a sus sorprendidos habitantes.
Como una victoriosa bandada, los daemons entraron en Kher-Ys. Los Diablos de Slaanesh asaltaron los portales de los Guerreros Especialistas mientras las Diablillas se encargaban de los Guardianes y La Máscara bailaba esquivando las espadas de los Espectros Aullantes.
Matacorazones mató a todos los que se ponían en su camino y llegó a la cámara del Avatar. Se regocijó de que el Avatar estuviera inerte y se dedicó a acariciarlo con sus garras de forma provocadora. Pero la lucha en Kher-Ys despertó al Avatar momentáneamente, el cual agarró por el cuello a Matacorazones, pero como no tenía un Eldar en su interior, no era mucho más que un cascarón metálico sin dirección.
El Guardián de Secretos se rió de él y se sacó de encima la mano del Avatar, la mano que gotea sangre, sin esfuerzo, arrancándole el brazo. Cegó al Avatar, y como no tenía alma en su interior, lo poseyó y se hizo uno con él. Se convirtió en una abominación llameante y los Eldars no pudieron derrotarle, convertido como estaba ahora en un semidiós.
Los Daemons se cebaron con los Eldars muchos días y noches, torturándoles de todas las formas habidas y por haber.
Slaanesh ganó su premio y ahora Kher-Ys está vacío y desolado flotando cerca del Ojo del Terror. Se dice que en sus corredores todavía se oyen los gritos de los Eldars y las risas de los Daemons.
Fuentes[]
- Codex: Demonios del Caos (5ª Edición).