El Sargento Guillermito, mascota de los Marines Espaciales, tiene el honor de patrocinar este espacio por orden del Capellán Cassius de los Ultramarines. ¡Pulsa sobre él y te acompañará a una Cruzada épica! ¡Lee más! ¡Sin piedad, sin remordimientos, sin miedo! |
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Los Cónsules Carmesíes (Crimson Consuls en inglés) eran un Capítulo de Marines Espaciales que seguía los preceptos del Codex Astartes, y que habían sido creados en una Fundación desconocida a partir de la semilla genética de los Ultramarines. Tenían su base en la Fortaleza-Monasterio de Cuerno de la Matanza, situada en la cumbre de la capital del mundo colmena de Carcharias, la Colmena Nívea. Los Cónsules Carmesíes fueron completamente destruidos por las maquinaciones de la Legión Alfa, a las órdenes del Señor del Caos Quetzel Carthach la Perdición de los Ángeles, que se presentó como Alpharius y pretendía hacerse con sus reservas de semilla genética para entregárselas a Abaddon el Saqueador y así reforzar a la Legión Negra antes del inicio de la 13ª Cruzada Negra.
Destrucción del Capítulo[]
Los Cónsules Carmesíes fueron destruidos por los malvados planes de un Señor del Caos de la Legión Alfa, que afirmaba ser el Primarca Alpharius. Antes de atacar, el Legionario Alfa se aseguró de que varios elementos del Capítulo eran destruidos uno por uno. La 1ª Compañía al completo, con todas las armaduras de Exterminador del Capítulo, fue eliminada en el asalto al Pecio Espacial Revenant Rex, infestado de Orkos. Cuando la 1ª Compañía oyó una cuenta atrás a bordo del pecio, se teleportó a su enginarium, planeando sabotear sus motores de Disformidad antes de que saltara de nuevo al Inmaterium. Sin embargo, se los encontraron ya saboteados por el Legionario. Antes de que pudieran escapar, el pecio estalló, detonando sus motores y abriendo una Fisura Disforme en el espacio que engulló a todos los que estaban a bordo.
Dos Compañías más fueron destruidas en el Mundo Forja de Phaeton IV, donde habían acudido para sustituir al Capítulo de los Celebrantes, que había recibido la orden de trasladarse al Mundo Cardenalicio de Nedicta Secundus para proteger sus reliquias de la Flota Enjambre Kraken. Esta orden resultó ser una trampa del Legionario, y Phaeton IV fue arrasado por los Orkos del ¡Waaagh! Wuzghal, cuyo Kaudillo Dregz Wuzghal, el Archimagnate de Gunza Major, había ansiado largo tiempo conquistar la región de las Estrellas Déspotas en la que se encontraba el planeta. Los Cónsules lucharon con bravura, casi deteniendo en seco al ¡Waaagh!, pero los terribles combates despertaron a los Necrones enterrados bajo la superficie del planeta, que originalmente había sido un Mundo Necrópolis, y las dos condecoradas Compañías y los pielesverdes fueron masacrados por los horrores mecánicos que emergieron del subsuelo.
Las Compañías 3ª y 5ª, destacadas en la Cruzada de Damocles con la misión de atraer al combate al Comandante Tau O'Shovah, habían muerto hacía años, pero el Legionario se encargó de mantener una correspondencia de mensajes astropáticos falsos para engañar al Capítulo. De repente, la 8ª Compañía, que estaba a dos Sistemas de distancia de Carcharias, su mundo natal, cazando Marines Espaciales del Caos de la Legión Negra en las Cuencas de Sarcus, cesó todo contacto.
Al ir perdiendo contacto con cada vez más secciones de su Capítulo, el Señor del Capítulo Elias Artegall se dio cuenta de que estaban bajo algún tipo de insidioso ataque. Ordenó que la Fortaleza-Monasterio del Cuerno de la Matanza fuera asegurada y fortificada. Sin embargo, en cuestión de minutos la defensa se vio comprometida, pues los Cónsules Carmesíes empezaron a dispararse entre ellos. Artegall y sus oficiales cargaron a través de la caótica lucha para llegar a su Chancellorium Táctico y asegurar la posición, sólo para encontrarlo ya ocupado por Marines Espaciales del Caos de la Legión Negra. Artegall fue hecho prisionero, mientras que sus oficiales supervivientes fueron ejecutados al momento. Entonces, un Marine del Caos de la Legión Alfa se identificó como "Alpharius" (aunque la veracidad de esta afirmación no está clara), y reveló haber sido el causante de la caída de los Cónsules Carmesíes. La corrupción había comenzado muchos años antes. Lavaba el cerebro a los reclutas antes incluso de que estos fueran inducidos en el Capítulo, mediante grafittis psico-sensitivos pintados en las paredes de las subcolmenas de Carcharias. Estas frases cuidadosamente elaboradas transformaron con el tiempo a los reclutas de los Cónsules Carmesíes en psicópatas inconscientes, y una sola orden bastaba para hacer que se volvieran contra sus hermanos. Puesto que el Capítulo solo reclutaba aspirantes de entre los pandilleros de las subcolmenas, todos los seleccionados ya estaban corruptos antes siquiera de recibir el primer implante Astartes. Solo los oficiales, muchos de los cuales habían servido en el Capítulo durante siglos, habían sido reclutados antes de que la Legión Alfa tendiese su insidiosa trampa. Los Cónsules Carmesíes habían caído, y sus reservas de semilla genética serían saqueadas y entregadas a Abaddon como un regalo para que pudiera reforzar las filas de su Legión Negra.
Con todo su Capítulo destruido a su alrededor, Artegall logró plantar cara una última vez. Se liberó y se encerró en su armería personal. Pero a pesar de su aparente seguridad, descubrió que su Bólter artesanal, herencia de los Señores del Capítulo, había desaparecido. Baldwin, su mejor amigo y Castellano de Cámara personal, un siervo Capitular reclutado de las subcolmenas, la había cogido y la apuntaba directamente a su cabeza. Elias Artegall, el ultimo Cónsul Carmesí, fue asesinado, y su Capítulo desapareció con él.
Mundo natal[]
Carcharias es un Mundo Colmena imperial, aunque las temperaturas extremadamente frías, los vastos glaciares y los helados páramos de este inhóspito planeta lo hacían prácticamente un Mundo Helado. La Fortaleza-Monasterio de los Cónsules Carmesíes, conocida como el Cuerno de la Matanza, ocupaba la torre más alta de la Colmena Nívea, la capital de Carcharias.
Reclutamiento[]
Bajo el Cuerno de la Matanza se extendía un oscuro laberinto de túneles, cavernas y cuevas que atravesaba la roca pulverizada y el óxido de la Colmena original. Miles de pisos de torres y edificios se habían levantado sobre las antiguas estructuras, aplastándolas y hundiéndolas en la red sin fondo de grutas de la que los Cónsules Carmesíes obtenían sus reclutas potenciales más salvajes. Muy por debajo de la indiferencia de la clase aristocrática y de los distritos residenciales e industriales de las masas empobrecidas de la Colmena inferior se encontraba el salvajismo de las bandas de la subcolmena. Pero aún más abajo se encontraba una vasta red de catacumbas habitadas por tribus salvajes, donde los jóvenes carcharianos eran transformados por la necesidad en pequeñas moles de músculos y tendones con una mente afilada por el instinto animal y unas almas vacías y puras, perfectas para ser adoctrinadas en las enseñanzas de Roboute Guilliman. Las amenazas de estas catacumbas eran muy reales, pues hasta los Hermanos de Batalla que se aventuraban en las cavernas para capturar reclutas mantenían un sano respeto por los indómitos peligros del lugar. No solo los bárbaros subterráneos buscarían abrir el cráneo de los intrusos para alimentarse con su rica médula ósea, sino que compartían su oscuro reino con pseudohumanos, mutantes y psíquicos descarriados, expulsados de los niveles superiores de la Colmena por el peligro que representaban.
En la superficie del planeta se encontraba la Colmena Archaphrael, compuesta por un triunvirato de Colmenas llamadas las Doncellas Pálidas, que se alzaban como antiguos monumentos a la caprichosa naturaleza del extremo clima y los feroces ciclones polares de Carcharias. Mil años antes, las tres ciudades habían sido devastadas por un insólito ciclón polar conocido coloquialmente por los habitantes del planeta como "El Grande". Las Colmenas desiertas fueron aprovechadas después como un terreno de entrenamiento por los Cónsules Carmesíes. La región que rodeaba la Colmena Archaphrael era conocida como "el Seco-Ciego", debido al fantasmal vapor de dióxido de carbono helado que se deshacía en la atmósfera como un remolino blanco de niebla cegadora en todas direcciones. Esta niebla ocultaba la auténtica letalidad de la superficie, ya que un sinfín de fisuras, grietas y fracturas sin fondo recorrían el hielo. El Seco-Ciego era muy peligroso de atravesar, ya que las fosas podían estar cubiertas por una capa de nieve blanda que ocultaba su presencia. El peligro de caer en una de estas zanjas heladas y morir era muy real y siempre estaba presente.
Como prueba de valía y espíritu, los Exploradores de los Cónsules Carmesíes eran entrenados en el duro ambiente de su desolado planeta, estableciendo y manteniendo posiciones de emboscada en las entrañas de la Colmena fantasma con sus rifles de francotirador en medio del frío congelador de Carcharias durante tres días. Durante ese tiempo, los Neófitos eran bombardeados incesantemente con lecturas del Codex Astartes, instrucciones de fe y retóricas de entrenamiento por radio. Como reto añadido, los Exploradores solían tener que enfrentarse a manadas de despedazadores caracolmillo. Estas letales criaturas vagaban por el Seco-Ciego, haciendo el ambiente aún más peligroso. Los despedazadores eran peligrosos y voraces, y se habían adaptado perfectamente a su ambiente, desarrollando garras y colmillos afiladísimos capaces de partir el hielo y unos cuerpos planos que arrastraban casi por el suelo, lo que les permitía deslizarse ladera abajo por el hielo en pos de su presa.
Creencias[]
Los Cónsules Carmesíes no eran partidarios de la rivalidad competitiva. Los Astartes de este Capítulo no deseaban tener éxito porque otros hubieran fracasado. Para ellos, servir al Emperador no era un torneo, ni matar a los enemigos de la Humanidad un espectáculo. No eran temerarios, pues creían que derramar el precioso lujo de la sangre Astartes solo en batallas cuidadosamente escogidas, ya que es prerrogativa de un Capítulo decidir si lucha o no.
Asimismo, eran firmes defensores del Codex Astartes, en cuyas páginas escritas por su Primarca Roboute Guilliman se encontraba la sabiduría de generaciones de Astartes que les habían precedido, y en cuya habilidad y experiencia acumuladas depositaban su confianza.
Heráldica[]
Vestían servoarmaduras carmesíes y crema. Se desconoce su emblema.
Elementos conocidos[]
Miembros[]
- Elias Artegall – Señor del Capítulo.
- Enobarbus - Alto Capellán y Reclusiarca.
- Fabian – Apotecario Jefe.
- Navarre – Bibliotecario Jefe.
- Hecton Lambert – Señor de la Flota.
- Maximagne Ferro – Señor de la Forja.
- Talbot Faulks – Señor del Reclutamiento.
- Bolinvar – Primer Capitán.
- Hereward - Tecnomarine de la 1ª Compañía.
- Baptista - Capitán.
- Mercimund - Capellán.
- Raughan Stellan - Semántico.
- Notus - Sargento.
- Caradoc - Sargento Explorador de la 10ª Compañía.
Flota[]
- Tributo Carmesí (Barcaza de Batalla).
- Eclíptico Encarnado (Barcaza de Batalla).
- Anno Tenebris (Crucero de Asalto).
- Ángel Heraldo (Fragata).
Leer más[]
Lista de Ejércitos de Marines Espaciales.
Fuentes[]
Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.
- Hammer & Bolter 3 - Los Largos Juegos de Carcharias, por Rob Sanders.
Por revisar: Sons of the Hydra, por Rob Sanders.