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C'Tan Portador de la Noche Necrones Wikihammer

La furia desatada de los C'tan (por Paul Dainton).

"Para estos seres somos menos que ganado, enseres inútiles que o somos consumidos o servimos de juguetes para divertirles. No existe uno solo de ellos que preste atención a un mundo de humanos, tal y como actuaría yo frente a una hormiga que acaba de ser aplastada por mi bota."

Inquisidor Kessel en el Cónclave de Eidolon

Los C'tan, conocidos como Yngir por los Eldars y en ocasiones llamados dioses estelares o vampiros estelares, son los seres vivos inteligentes más antiguos del universo, nacidos a partir de la energía de las estrellas y encarnados en cuerpos de metal orgánico por los Necrontyr. Tras enfrentarse a los Ancestrales, durmieron milenios y ahora despiertan para volver a alimentarse de las razas jóvenes.

Descripción[]

Dioses ancestrales, los C'tan se manifiestan como apariciones recubiertas de una piel metálica llamada necrodermis, flotando sobre el campo de batalla. Fantasmales vientos etéreos aúllan a su alrededor, ciñéndose a ellos en forma de fuegos espectrales que parecen emerger desde lo más profundo de sus cuerpos. Un simple roce suyo es letal y su mirada sumerge a sus enemigos en un abismo de tiempo, un tiempo que ha conocido las experiencias de millones de años. Aunque han elegido una apariencia humanoide, en realidad son alienígenas y viven para ver cumplidos sus propios fines.

De entre todos los C'tan que se encuentran en el universo, dos de ellos son los más conocidos para muchas razas: el Portador de la Noche y el Embaucador. El Embaucador ha permanecido activo durante más tiempo y ha llevado a cabo complejos planes por el mero placer de causar daño. Ve a los mortales como sus juguetes y se deleita corrompiendo sus mentes y sus espíritus antes de consumir su esencia. Los poderes del Embaucador son una combinación de su voz, su presencia y un inexplicable conocimiento de los deseos, pensamientos y miedos de otros seres.

El Portador de la Noche simboliza la destrucción implacable. Es un segador macabro desde el amanecer de los tiempos y porta una estilizada guadaña como símbolo imponente de su poder. El Portador de la Noche proyecta sus poderes a través de su necrodermis y los canaliza mediante su mirada o su guadaña.

Cada uno de los C'tan ha utilizado muchos nombres durante su larga existencia: el Embaucador era Artemorra para los Jokaero, Sathsarrion para los Iniciados de los Gethvar, Mohagg para los tres veces condenados Cornochinae y Harrimoch para los viajeros de Vendichi. Los C'tan esconderán a menudo su identidad; es por ello por lo que solo es posible detectarlos presenciando el modo en que ejercitan su poder, pero pocos de los que lo han presenciado pueden contarlo.

Los C'tan poseen las energías primigenias de la creación. Su poder es tal que pueden desafiar las leyes de la naturaleza y alterar la realidad. Aunque un C'tan sea destruido en la batalla, su esencia se sanará en una tumba Necrona y regresará más tarde para ejecutar su venganza.

Historia[]

Orígenes[]

Se dice que el nacimiento de los dioses estelares tuvo lugar durante la creación del mismísimo universo, formado por desmedidas energías desatadas en una agitada masa de fuerza inimaginable. Durante este anárquico entretejido, el mar de estrellas comenzó a arremolinarse y a tomar forma; y, durante un tiempo, el universo no fue más que una mezcla de gas caliente y polvo gobernada por las incomprensibles fuerzas de billones de jóvenes soles. Mucho antes, los planetas se habían formado y enfriado y las primeras entidades conscientes de su propia existencia emergieron de los mares de plasma y de las colosales llamaradas de los propios soles.

En eras posteriores, estas criaturas llegarían a conocerse como los C'tan, pero durante este periodo de su existencia en poco se parecían a las terroríficas entidades en las que se convertirían tiempo después. Mamaron como monstruos parasitarios de los indiferentes padres que los trajeron a la vida, con lo que acortaron la existencia de los soles en innumerables milenios. Con el tiempo, estos vampiros estelares aprendieron a volar con diáfanas alas de flujo magnético y abandonaron sus hogares natales para dirigirse en busca de nuevos lugares donde alimentarse, lugares en los que iniciar nuevamente el ciclo. No prestaron atención a los fragmentos de materia sólida junto a los que pasaron cuando viajaban por el espacio, puesto que los fuegos internos y el pulso electromagnético de estos planetas recién creados no constituían un alimento suficiente siquiera para despertar su ansia devoradora.

La Guerra en el Cielo[]

CTan El Embaucador Mephetran Necrones Wikihammer

El Embaucador.

Desde el inicio de los tiempos, los Necrontyr habían estudiado los soles con el propósito de entender sus siniestras energías. Después de pasar muchos y amargos siglos tras su derrota en la primera fase de la Guerra en el Cielo buscando algún tipo de energía que desplegar sobre los Ancestrales, los Necrontyr percibieron anomalías en la más antigua de las estrellas agonizantes. Entre las complejas marañas de energía etérea, los Necrontyr descubrieron una consciencia más antigua que cualquier otra forma de vida en toda la creación: unos seres compuestos de pura energía que habían contribuido a la creación de las mismísimas estrellas. Estas entidades apenas tenían conciencia de qué era el universo cuando los Necrontyr los descubrieron; se alimentaban de llamas solares y de las tormentas magnéticas que se producían en los hinchados gigantes rojos. Esta era el arma que los Necrontyr durante tanto tiempo habían anelado encontrar, los hijos de las estrellas, la progenie de su dios-muerte que derrotaría a los Ancestrales.

El poder de estas criaturas era formidable, la energía más pura de las estrellas hecha carne. Los Necrontyr las llamaron C'tan, que significa "dioses estelares" en su idioma natal. Las entidades se entendían por áreas muchísimo mayores que planetas; su sabiduría y su entendimiento eran demasiado grandes como para poder comprenderlos. Resulta un misterio cómo los Necrontyr lograron comunicarse con ellos. Entender unas mentes tan difusas no es posible en el mundo material si no se manifiestan, y por esta razón los Necrontyr forjaron armaduras con forma de recipiente para que los C'tan las ocuparan: forjaron cuerpos metálicos con el metal orgánico de sus naves. Fragmentos de leyendas hablan de translúcidas corrientes de fuerza que cambian de forma a través del espacio de igual manera que los vampiros estelares se enroscan en el reino material mediante un puente incorpóreo de luz estelar.

Fuerzas incomprensibles se contuvieron en el metal orgánico de estos falsos cuerpos que los Necrontyr habían forjado como la suma potencia de la forma de los C'tan. Los C'tan se manifestaban cada vez con más fuerza mediante el enfoque de sus consciencias y empezaron a apreciar los misterios y los placeres que entrañaban la vida y lo material. La tupida malla de partículas danzantes los cautivó y los hilos electromagnéticos conectados con los cuerpos mortales de los Necrontyr despertaron en los C'tan un apetito muy diferente al que habían sentido entre los violentos torrentes de estrellas.

Los Necrontyr se sobrecogieron ante su descubrimiento y los C'tan se hicieron rápidamente con el control. Los poderes de los C'tan eran los de unos dioses y no pasó mucho hasta que fueron adorados como tales. Quizá fueron corrompidos por el mundo material del que habían pasado a formar parte o quizá sus manifestaciones eran fieles a la existencia vinculada al sol de la que habían disfrutado anteriormente, pero eran tan crueles y caprichosos como las estrellas que les habían dado vida. Se deleitaron con la adulación y los poderes epicúreos de incontables esclavos mortales.

Empuñando armas tan poderosas como dioses y embarcados en naves que podían atravesar la galaxia en un abrir y cerrar de ojos, los Necrontyr estaban preparados para empezar su guerra nuevamente. Pero los C'tan disponían de otra ventaja para garantizar el éxito de sus planes: ofrecieron a los Necrontyr un camino hacia la inmortalidad y la estabilidad que su raza había deseado durante tanto tiempo. Su carne maldita sería sustituida por metal orgánico a semejanza de sus dioses. Sus inútiles pellejos se consumirían y sus formas frías y metálicas serían libres para consumar su venganza contra los Ancestrales y contra un universo indiferente, liberados para siempre de la debilidad de sus mortificados cuerpos.

Nunca sabremos si los Necrontyr se dieron cuenta del precio tan alto que tendrían que pagar si aceptaban este pacto con los C'tan, pero su raza fue purgada completamente, convirtiéndose así en Necrones y condenándose a sí mismos a una eterna servidumbre para con sus dioses estelares. Los C'tan se dieron un festín en el que la raza de los Necrontyr fue el manjar degustado y que dejó tan solo ecos fantasmales de estos. Solo unos pocos de entre los más fuertes conservaron su intelecto, pero incluso estos se convirtieron en sombras de lo que fueron en el pasado.

Los Necrones no se preocuparon lo más mínimo: vivirían por siempre, tal y como sus dioses les habían prometido. Solo quedó un vestigio de su raza, un enraizado odio por todo lo vivo. Legiones de inmortales guerreros de metal zarparon en naves tumba y la galaxia ardió. La maestría de los Ancestrales a la hora de dominar la Disformidad se vio contrarrestada por la imponente supremacía de los C'tan sobre el universo material y los enemigos de los Necrones sufrieron la carnicería que siguió a continuación.

Ctan El Portador de la Noche Necrones Fondo Blanco y Negro Wikihammer

El Portador de la Noche.

Ahora los C'tan dominaban la galaxia. Los últimos bastiones de los Ancestrales estaban siendo asediados y las razas que habían criado se convirtieron en simple ganado para el ansia obscena de los C'tan. Para las razas jóvenes, los Necrones y sus dioses eran amos crueles que, sin piedad, se dedicaban a cosechar sus poblaciones a voluntad y eran símbolos de terror que demandaban ser adorados y temidos en igual proporción. Por razones que probablemente nunca lleguemos a conocer, los C'tan empezaron a luchar entre ellos mismos por deporte, con lo que desataron fuerzas destructivas más allá de toda comprensión. Devastaron planetas, extinguieron soles y sistemas enteros fueron devorados por agujeros negros. Se erigieron, gracias al esfuerzo de millones de trabajadores, nuevas ciudades que destruían casi de inmediato. A medida que las cosechas se hicieron más escasas, los C'tan empezaron a devorar C'tan hasta que únicamente quedaron unos pocos, que se divirtieron entre ellos durante algún tiempo.

Incluso los Ancestrales, conocidos por su paciencia y tenacidad, se desesperaron. Manipularon la vida para crear nuevas formas con vínculos aún más fuertes con la Disformidad, servidores con la capacidad de canalizar energía psíquica para defenderse a sí mismos. Crearon muchas razas de guerreros potenciales y se especula que entre estas estaban la de los primeros Eldars, la de los Rashan, la de los K'Nib y muchas otras. Pasaron milenios antes de que sus creaciones dieran fruto y, mientras tanto, los C'tan extinguieron mucha más vida de la galaxia.

Las impetuosas razas jóvenes se extendieron por la galaxia enfrentándose a la ciencia de los Necrones con la magia de la Disformidad. El imperio de destrucción de los C'tan comenzó a tambalearse; las fuerzas del Empíreo eran una maldición para ellos y, debido a la destrucción sistemática que habían desencadenado, no podrían detener el avance imparable de los Ancestrales.

Los C'tan, unidos por primera vez en millones de años, intentaron encontrar un medio para sofocar las energías de las razas más jóvenes, energías alimentadas por sus propias almas. Crearon una gran salvaguarda, un plan para acabar para siempre con los poderes de los Ancestrales, un plan mediante el que sellar el universo del plano empíreo. Con sus poderes de dioses, era solo cuestión de tiempo que el plan tuviese éxito. Así comenzó el más grande de los trabajos llevados a cabo por los C'tan; sin embargo, antes de que estuviese terminado, las semillas de destrucción plantadas por los Ancestrales milenios antes desencadenaron un cataclismo que nunca nadie hubiera imaginado.

Los daños sufridos por las razas más jóvenes provocaron el desorden de las energías de la Disformidad. La guerra, el dolor y la destrucción se reflejaron en las insondables profundidades del Mar de Almas. El vórtice de espíritus desencadenó una mortandad que se unió a las informes energías de la Disformidad. Las entidades más antiguas de la Disformidad se convirtieron en depredadores aterradores que desgarraban las almas de los psíquicos vulnerables mientras su medio ambiente se rompía y reforjaba por las energías desplegadas en la guerra desencadenada en el universo material.

Los habitantes de la Disformidad se agruparon vorazmente en las grietas entre dimensiones en busca de caminos que les llevasen al mundo material. Los Ancestrales desarrollaron nuevas creaciones para defender sus últimas posiciones (como el robusto piel verde Krork y el simulador tecnológico Jokaero), pero ya era demasiado tarde: se había abierto una brecha en la compleja red intergaláctica de los Ancestrales y sus mayores logros y emplazamientos de poder fueron invadidos por los horrores que sus propias creaciones habían desatado.

Los más competentes de estos horrores fueron los Esclavizadores, seres cuya gran habilidad para dominar a las razas jóvenes y para crear sus propios portales mediante psíquicos transmutados los ayudó a aumentar su número. Este resultó ser el desastre final para los Ancestrales, ya que los Esclavizadores se hicieron con el control de sus sirvientes. La caja de Pandora abierta por las razas jóvenes disgregó a los Ancestrales y supuso la pérdida perpetua de su poder.

La vida había permanecido al borde del precipicio durante la guerra entre los Ancestrales y los C'tan. Ahora, debido a que los Esclavizadores habían provocado en el Inmaterium una brecha de proporciones epidémicas, los supervivientes parecían condenados.

El Gran Letargo[]

Los Necrones habían sido recompensados por su interés en la ciencia y habían gozado del placer de observar cómo la civilización de los Ancestrales se derrumbaba. Por desgracia, parecía que con este derrumbamiento se perdería el último grupo de sus maestros. No obstante, los C'tan encontraron una solución que tenía que ver con su inconmensurable percepción del tiempo. Permitirían a los Esclavizadores llevarse lo que quedaba y que la galaxia se convirtiese en un lugar baldío; el enjambre psíquico se extinguiría y, con el tiempo, la galaxia crearía nuevas formas de vida para que los C'tan pudieran consumirlas. Esto podía tardar millones de años, pero lo único verdaderamente importante era asegurarse de estar allí para verlo.

Los C'tan decidieron escapar de la gran catástrofe que se avecinaba descendiendo a las tumbas de estasis de los Necrones, las cuales permanecerían selladas durante millones de años. Los esclavos de las máquinas y los Guerreros Necrones se encargarían de protegerlos durante el tiempo que durase su reposo en mundos carentes de toda forma de vida y de mantener alejados a los Esclavizadores. Los vampiros estelares solo regresarían cuando fueran incomodados por una raza sensible, con las características adecuadas para ser adiestrada y consumida.

Hasta ahora, solamente dos de los C'tan se han levantado de sus tumbas para dominar la galaxia. Han encontrado una nueva e inesperada época civilizada y belicosa a un tiempo. La galaxia está floreciendo de nuevo, pero sigue dominada por psíquicos latentes y adoradores de las infernales energías de la Disformidad liberadas por la guerra con los Ancestrales. A los C'tan les llevará mucho tiempo y grandes maquinaciones recuperar el sitio como gobernantes de la galaxia que, por derecho, les pertenece: los agentes del Caos deben ser expulsados, los Eldars eliminados, la gran obra completada y la Humanidad subyugada antes de que las cosechas empiecen a dar sus frutos. Sin embargo, los C'tan y sus esclavos Necrones no tienen edad, su ciencia no ha sido superada y, además, el tiempo está de su parte.

C'tan conocidos[]

Miniaturas[]

Fuentes[]

  • Codex: Necrones (3ª Edición).
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