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Las '''Bionaves''' son las naves espaciales vivientes que componen las [[Flotas Enjambre]] [[Tiránidas]].

Revisión del 09:45 5 ene 2020

FLOTA VS ENJAMBRE

La Armada Imperial se enfrenta a una Flota Enjambre.

Las Bionaves son las naves espaciales vivientes que componen las Flotas Enjambre Tiránidas.

A pesar de que las Bionaves pueden asumir una interminable variedad de formas, el Imperio las ha dividido en unas pocas clases principales, dependiendo de su función en la Flota Enjambre. Las Bionaves también son fábricas biológicas que producen las diferentes especies de Tiránidos utilizados en las invasiones de tierra. Las mismas Bionaves son esencialmente la especie Tiránida más grande y son controladas por la Mente Enjambre.

Descripción

Nave Enjambre absorbiendo biomasa

Nave Enjambre absorbiendo biomasa de un planeta tiranoformado.

Las naves espaciales Tiránidas son grandes leviatanes vivientes que nadan a través de las ocultas corrientes del espacio. Entre los Sistemas Estelares, se sumergen en la Disformidad, naturalmente adaptados para sobrevivir al oleaje de lo inmaterial, emergiendo de nuevo al Espacio Real para alimentarse (no obstante, otras fuentes indican que las naves tiránidas no se sumergen en la Disformidad, sino que viajan a velocidades superlumínicas gracias a sus naves Narvhal). Consumen el detritus cósmico, los cometas y los asteroides abandonados desde la creación de la Galaxia.

Una nave crece a medida que viaja, adaptándose a cada nueva fuente de alimento, creando nuevos sistemas digestivos para asimilar las nuevas materias. Los viejos estómagos se atrofian y endurecen tanto que una vieja nave Tiránida es una masa de pétreas secreciones, en ocasiones formando una fantástica espira de armadura alrededor del creciente cuerpo. El hecho de que no hayan sido construidas mediante materiales convencionales constituye una ventaja, ya que, además de que así poseen múltiples y exóticas habilidades de las que carecen el resto de las naves, los métodos de rastreo convencionales no pueden detectarlas y los Gobernadores Planetarios no saben que están siendo invadidos por los Tiránidos hasta que las Esporas Micéticas caen del cielo.

Mientras que la nave se mueve lentamente a través de las profundidades del espacio, los Tiránidos hibernan. En las naves más pequeñas, los Tiránidos hibernantes se hacinan en pequeñas habitaciones, contenidos dentro de cápsulas que los alimentan con nutrientes vitales.

En las naves más grandes existen grandes salones llenos de Tiránidos hibernando; en ellos cientos de miles pasan los largos años de viaje dormidos sin soñar. Las únicas criaturas que se mueven por los miles de pasadizos y tubos del interior de las naves son los incontables bioconstructores que realizan las irracionales y repetitivas tareas necesarias para mantener la salud de la nave.

Cuando una nave se aproxima a un Sistema Estelar, los Tiránidos empiezan a despertarse. La química de la Nave Enjambre cambia y se segregan nuevas hormonas, recuperando a los Tiránidos de su largo sueño. Cuando la nave se mueve a través de los bordes externos de un Sistema Estelar, la Mente Enjambre se prepara para la guerra. Es en este punto de su viaje donde la nave Tiránida es más vulnerable. Los guerreros Tiránidos están empezando a despertar pero la nave está muy poco defendida. Un asalto rápido puede penetrar las débiles defensas para sabotear los órganos vitales de la nave. Si la nave muere, también lo hace su carga de guerreros Tiránidos y bioconstructores. Los que queden en hibernación nunca despertarán cuando el soporte vital se detenga. Los que estén despiertos y sobrevivan al ataque estarán condenados a vagar en la moribunda nave espacial a medida que flota en el frío del espacio interestelar.

Son las naves pequeñas las generalmente atacadas de esta forma. Las naves más grandes son increíblemente grandes y es mejor dejarlas como blancos para los Cruceros de la Armada Imperial. Pero la Armada no puede patrullar todos y cada uno de los Sistemas Estelares, y algunas veces no hay tiempo para que un mensaje sea enviado antes de que la Sombra en la Disformidad incomunique al Sistema. En esas ocasiones, el Imperio debe depender de la lealtad y heroísmo de cualquiera de las fuerzas disponibles. Si es sistema es afortunado habrá Marines Espaciales acantonados en él.

Las bioconstrucciones

Bio-naves Kraken Doomripper Hellblaster

Kraken Doomripper y Hellblaster.

Todas las criaturas que viven en la Flota Enjambre, incluyendo a los propios Tiránidos, son creados por medio de las Reinas. El material genético, en forma de criaturas cautivas y cadáveres saqueados por los llamados Gusanos de los Ataúdes, es colocado dentro de las grandes mandíbulas localizadas en la parte superior de la Reina y es sintetizado por sus órganos trituradores de genes. Las estructuras de ADN desmontadas forman un banco genético que proporciona el material base a partir del cual se crean nuevas criaturas, llamadas bioconstrucciones. Una vez que un tipo de bioconstrucción ha sido diseñado, las Reinas pueden clonar a más criaturas idénticas.

Las muchas clases de bioconstrucciones emergen en diferentes formas de diferentes partes de las grandes bestias ponedoras. Grupos de huevos caen de filas de orificios ovopositores a lo largo de sus flancos, depresiones llenas de fluidos se retuercen en su superficie superior, con larvas tipo gusano, sacos fetales cuelgan como fruta madura de ramas umbilicales, y grandes Gusanos Teleportadores de larvas aparecen de las bolsas incubadoras de los laterales de las Reinas. Las bioconstrucciones más simples pueden aparecer ya en su forma adulta, para ser reunidas y dirigidas por la horda de criaturas que alimentan y sirven a la Reina. La mayoría de las bioconstrucciones nacen como pequeñas larvas serpenteantes o pueden comenzar su vida como huevos que deben ser incubados antes de que rompan su cáscara y evolucionen a adultos.

Crucero Tiránido clase Devourer

Crucero Tiránido clase Devourer.

En las naves de las flotas Tiránidas hormiguean miles de diferentes clases de criaturas bioconstruidas. Por ejemplo, pequeñas criaturas con varios brazos vagan por su interior chupando el detritus y procesándolo para convertirlo en nutrientes empalagosos que almacenan en sus cuerpos huecos y así alimentar a otras criaturas. Los Gusanos de los Ataúdes consumen cadáveres frescos y crecen en volumen hasta que están listos para regresar a la Reina, arrastrando sus hinchados cuerpos para alimentar ellos mismos a la Reina. Otra clase de bioconstrucciones es la criatura con forma de globo que cuelga de las superficies superiores de los túneles de las naves; estas criaturas sintetizan un humus químico en sus cuerpos proporcionando una débil luz verde para que el resto pueda ver.

Estas son unas pocas bioconstrucciones pero hay muchas otras que mantienen la nave en funcionamiento, proporcionan comida y vigilan las áreas vulnerables. Los controles de la nave y las instalaciones son también bioconstrucciones, aunque están inmóviles y funcionan más como versiones biológicas de teleportadores, sistemas de reciclado de aire y redes de comunicaciones.

Bionave Narvhal

Bionave Narvhal.

Las pequeñas bioconstrucciones tienden a ser no muy brillantes. Realizan sus trabajos genéticamente determinados con una satisfactoria persistencia, como una única mente, muy despreocupados por los altos propósitos de la mente enjambre. Mucho más peligrosas para los intrusos son las mayores razas bioconstruidas, como los Genestealers y Acuchilladores. Hay muchas más, algunas de ellas relativamente raras, mientras que otras son muy comunes. No importa lo grandes o lo inteligentes que sean, todas las bioconstrucciones forman parte de la Mente Enjambre y son parte integral de la Flota Enjambre y la sociedad Tiránida.

Ninguna Bionave carece de guardianes para combatir a los invasores. El Imperio no ha podido catalogar completamente a las criaturas que guardan los pasillos de las naves Tiránidas, pues es posible que cada nave desarrolle especies completamente diferentes para su defensa. Además, nadie ha conseguido explorar jamás ni la mitad de una Bionave y es probable que las criaturas más poderosas que guardan las naves nunca sean vistas por ningún humano. Tan sólo los guardianes más comunes y básicos han podido ser identificados. Entre ellos están el Tervigón, los Genestealers, los Cazadores Asesinos, los Acuchilladores y los esclavos mentales.

Clases de bionaves

  • Minas espora orbitales (no se trata de bionaves, sino de una variedad de Minas Espora adaptadas al espacio).

Fuentes

Extraído, traducido y adaptado de Lexicanum Inglés, La Biblioteca Negra y Nimda.

  • Space Fleet (Juego de Especialista).
  • White Dwarf nº 146 (Edición inglesa).
  • Codex: Tiránidos (5ª Edición).
  • Battlefleet Gothic: Armada.