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Bel-Annath es uno de los principales y más antiguos Videntes del Mundo Astronave de Mymeara. Bel-Annath es uno de los Videntes más belicosos, y ha abrazado la Senda de Khaine porque se niega a permitir que Mymeara caiga en el olvido y hará todo lo que pueda para salvar a su pueblo.
Descripción[]
Cuando Irillyth, el Señor Fénix de los Espectros Sombríos, se reunió con el Consejo de Videntes de Mymeara para prevenir la futura destrucción de su Mundo Astronave, Bel-Annath era uno de ellos. Aunque ya tenía siglos de edad, seguía siendo el más joven de los Videntes presentes, y había tomado la Senda Bruja apenas unas décadas antes. Antes de dar sus primeros pasos por la más peligrosa de las Sendas que los Eldars de los Mundos Astronave pueden emprender, ya había luchado por su pueblo de muchas formas.
Bel-Annath, como muchos de los suyos, tomó la Senda del Guerrero y sus muchas facetas durante la mayor parte de la primera mitad de su vida. No la pasó entera en esta Senda, no obstante, ya que primero pisó la de los Proscritos, aunque como ocurre con otros casos, este dato no es muy conocido entre su pueblo por temor a que más de sus congéneres escojan imitarle.
Nacido mucho después de la Caída, Bel-Annath vivió entre Eldars que todavía no habían sido totalmente domados por la naturaleza disciplinaria de las Sendas Eldars. De hecho, había muchos en el Mundo Astronave de Mymeara que aún luchaban por controlar los extremos de sus almas en aquella época. Aunque sus guardianes les protegían lo mejor que podían, los jóvenes mymearanos no pudieron evitar ser influidos por estas atormentadas criaturas.
Al final, todos los que no podían dominar sus impulsos fueron desterrados por el Consejo de Videntes o escogieron el exilio por sí mismos, siendo los primeros en abandonar el Mundo Astronave para emprender la Senda del Proscrito. El daño, no obstante, ya estaba hecho. Al aprender de ellos que había mucho más en la galaxia, el joven Bel-Annath no pudo resignarse a una vida de disciplina autoimpuesta, y escogió el exilio.
Los portales que los mymearanos aún mantenían abiertos hacia la Telaraña le permitieron abandonar la vida que había conocido desde que nació. No se sabe cuánto tardó Bel-Annath en dominar su agitación interior ni qué hizo en aquel tiempo, ni nadie ha hablado sobre ello con él. Cuando regresó, el joven Eldar ya no estaba sometido a su deseo de explorar la galaxia. No se pudo negar que había participado en conflictos durante su exilio, y quizás esa fue una de las razones por su regreso: para dominar esa parte de su psique emprendiendo la Senda del Guerrero.
Aunque se mantuvo en las zonas menos pobladas del espacio en su viaje, el Mundo Astronave no podía evitar totalmente las atenciones de otras razas. Bel-Annath hubo de poner a prueba su control sobre su naturaleza guerrera en muchas ocasiones, aunque aquellos que vigilaban de cerca al Proscrito reformado notaron que sus habilidades en combate ya estaban bien afiladas en comparación con las de sus parientes del Mundo Astronave.
Contra el imperio de los Caballeros Tageanos, como se les conoce en las baladas sobre la vida de Bel-Annath, formó parte de la hueste enviada a destruir un portal que conectaba directamente con uno de su Mundo Astronave. El portal se encontraba en las catacumbas bajo la capital del planeta, y los seguidores de Slaanesh estaban intentando activarlo. La ciudad era un bastión fuertemente defendido, pero no rival para los Eldars, y la escuadra de Dragones Llameantes a la que pertenecía Bel-Annath se lanzó sobre los emplazamientos de armas que la rodeaban con su Exarca incinerando el camino antre ellos mientras el deseo de guerra le absorbía. Usando sus armas ígneas, la escuadra inmoló despiadadamente a los defensores. Cuando el fuego enemigo era demasiado intenso hasta para la escuadra de Bel-Annath, otros Dragones Llameantes avanzaban y destrozaban el objetivo con picas ígneas y bombas de fusión, allanando el camino para que el resto de la hueste se infiltrase en las catacumbas y destruyese el portal.
Los años en los que obtuvo el dominio sobre la Senda del Dragón Llameante moderaron el ansia de batalla de Bel-Annath. Con su alma calmada, pasó a otras Sendas, dominando cada faceta de la Senda del Guerrero antes de pasar a la siguiente.
Fue en el mundo forja renegado de Feras IV donde Bel-Annath dirigió por primera vez a las huestes de Mymeara como Autarca, completando así su recorrido por la Senda del Mando. Habiendo afilado su mente tras años de defensa de su Mundo Astronave, el líder guerrero se despojó al fin de la oscura sombra que le había acosado desde que partiera como un Proscrito. Dirigiendo a todas las Sendas de la hueste mymearana, Bel-Annath la llevó a las profundidades de los enormes muelles orbitales del mundo forja, donde luchó contra autómatas rebosantes de armas y odiosas criaturas mutadas, en parte humanas pero sobre todo mecánicas, que antaño habían sido sus Tecnosacerdotes pero habían sido rehechos por los caprichos de los Dioses del Caos. Al destruir la flota de los renegados antes de que pudiera ser botada contra el cercano Mundo Astronave, Bel-Annath evitó de nuevo la destrucción de su pueblo.
Desde aquella y muchas otras batallas más, Bel-Annath ha seguido la Senda Bruja. Esto no solo le hizo tomar parte en la sesión del Consejo de Videntes a la que acudió Irillyth, sino también en la resurrección del Señor Fénix en las cuevas bajo Betalis III. Los años de liderazgo del Vidente han traído la esperanza a su pueblo de que quizás puedan sobrevivir a lo que sea que les depare el futuro.
Armamento[]
Bel-Annath cuenta con una armadura rúnica, un yelmo cristalino, una pistola shuriken, joyas espirituales, runas psíquicas y la Lanza Quebrada, una antigua reliquia del Mundo Astronave de Mymeara hecha de hueso espectral que ha visto incontables batallas y hierve con energía psíquica apenas contenida, la cual se puede arrojar contra el enemigo.
Fuentes[]
- Imperial Armour XI.