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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Marine capitan ultramarine

Ultramarines en combate

La Batalla de la Terminal Eurydice fue una batalla librada por los Ultramarines en plena Gran Cruzada.

Historia

Buscando borrar la sombra de las gravísimas bajas Ultramarines a manos de los Psíbridos de Osiris en la rebelión del mismo nombre, Roboute Guilliman lideró la caza de los siniestros y misteriosos xenos. Después de varias pistas falsas, los Ultramarines fueron capaces de encontrar y enfrentarse a los Psíbridos en la Terminal Eurydice tras recibir informes que alertaban que los Perros de la Guerra, bajo el mando de Erad Krug, se habían enfrentado a navíos parecidos a los de los Psíbridos mientras se encontraban en plena campaña contra los orkos del Imperio Glortiano. Los Ultramarines peinaron la región para buscar su venganza.

Cuando los Ultramarines llegaron, se encontraron que todo el sistema había sido reducido a un campo de batalla radioactivo. Siete de las naves de los Psíbridos se encontraban presentes en el sistema bajo el persistente ataque de los orkos al igual que unos cientos de Perros de la Guera que sobrevivían a bordo del crucero de batalla Frío Cerberus. Los Perros de la Guerra manifestaron a los Ultramarines que los Psíbridos se las habían ingeniado para esclavizar las mentes de un grupo de Orkos Zalvajes y estaban intentando hacer lo mismo con los defensores de Eurydice. Los hijos de Ultramar ayudaron a sus camaradas pero insistieron en que la siguiente parte de la batalla debían lucharla ellos solos.

Habiendo estudiado en profundidad a los Psíbridos, Guilliman sabía que debía focalizar sus ataques en los propios alienígenas y no contra sus esclavizadas tropas. Lanzando una rápida operación de abordaje sobre las naves xenos, el propio Guilliman lideró el asalto y en medio de la furia de las salvas a quemarropa de los macrocañones, los ultramarines las abordaron y avanzaron por su interior. Las fantasmales y semisólidas formas de los Psíbridos, delgadas y enjutas sin sus exoarmaduras, lucharon con el salvajismo de un animal acorralado. Los Exterminadores clase Invictarii encabezaron el asalto y fue el primarca el que irrumpió en la más profunda cámara de la mayor de las naves en forma de reloj de arena para encontrar al señor de los Psíbridos. Era este un imponente ser de múltiples extremidades que medía tres veces la altura de Guilliman y cuya enorme y equina cabeza empezó a proferir ensodecedoras ondas de choque capaces de agrietar la ceramita en cuanto vió invadido el interior de su santuario. El primarca quedó protegido a los habilidades psíquicas de la criatura gracias al sacrificio de Ptolomeo, el Bibliotecario Jefe de la Legión. Esto le permitió acabar con el alienígena y reducirlo a pedazos.

Una a una, las naves en forma de reloj de arena de los Psíbridos fueron derrotadas y a medida que morían las criaturas, también se rompía su control sobre sus esclavizados ejércitos. La victoria era de los marines espaciales sin embargo, las bajas que sufrió la legión de Ultramar fueron muy elevadas ya que varios miles de hermanos de batalla murieron en la lucha.

Fuentes

  • The Horus Heresy V.
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