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Ciudad de Balhaus

Balhaus es el nombre de una civilización que se encuentra fuera de la poderosa influencia del Imperio y cuyo epicentro se ubica a casi 100 años luz al Sureste del área conocida como Estrellas Necrófago.

Su capital es una mega-ciudad que recibe el mismo nombre que la propia civilización, Balhaus, erigida sobre las ruinas de la destruida colmena imperial que existió durante algo más de un milenio en el remoto mundo de Altar 967 desde el M35, el cual fue posteriormente rebautizado como Helheim.

El lugar fue eliminado de los archivos del Librarium Terra tras un Exterminatus ocurrido en el 514.M36 y cuyo objeto fue acabar con la vida de miles de millones de trabajadores considerados como "no esenciales" que se rebelaron contra la autoridad del Imperio ante su inminente abandono tras esquilmar sus recursos naturales y destruir la biosfera.

La fundación de la ciudad data del 753.M36 (que se corresponde con el 000 DDF en los anales históricos balhausitas), tomándose esa fecha también como origen oficial de toda la civilización.

Balhaus fue planificada en sus orígenes siguiendo las instrucciones de su principal impulsor, Alois Krautzmitt, el cual también sentó las bases para la creación de una sociedad tecnológica libre que logró prosperar con el paso del tiempo.

Desarrollo[]

Situación original[]

Altar 967 había quedado devastado por completo a niveles biosféricos tras la huella dejada por el Imperio. Siglos de sobreexplotación habían convertido la superficie y sus entrañas en un paraje horadado y yermo, con sus mares contaminados y estériles, vegetación mínima y fauna prácticamente extinta. Cientos de infraestructuras retorcidas y abandonadas poblaban el paisaje, y en medio de todas ellas el fantasma de la colmena principal, una inmensa y caótica mega-urbe aniquilada por los fuegos del bombardeo orbital y la destrucción que llegó en la mano de los Espectros de la Muerte, la llamada Cumula Majoris.

Aquello es lo que encontró Alois Krautzmitt y su familia cuando se exiliaron en aquel mundo muerto a ojos del Imperio, el cual se había borrado de los archivos de su propia historia.

No obstante, los visitantes se encontraron con que algunos de los subniveles de la demolida colmena no se habían derrumbado completamente, de modo que usaron uno de ellos para refugiarse y establecer allí su nuevo hogar. Fue entonces, no mucho después, cuando se dieron cuenta de que la purga Imperial no había exterminado a todos los pobladores originales, sino que aún quedaban unos pocos que, aterrados y con escasa organziación, sobrevivían alimentándose de las raíces que crecían en las profundidades y algunas alimañas subterráneas que proliferaban alejadas del veneno de la superficie.

El descubrimiento de los supervivientes hizo que Alois se dedicara con gran esfuerzo a congregarlos tratando de explicarles de forma tranquilizadora y no sin dificultades que ni él ni su familia querían nada con el Imperio, y que si estaban allí era porque buscaban un nuevo comienzo. De esta forma aquellas gentes, menos de quinientos descendientes de los primeros trabajadores que se negaron a abandonar la colmena cuando el Imperio decidió evacuarla, se unieron a Alois y su familia con la esperanza de que los días de oscuridad terminaran.

Así nació una diminuta sociedad que fue bautizada como Balhaus por su nuevo guía, quien tenía ambiciosos planes de futuro que requerirían de grandes dosis de ingenio y esfuerzo titánico para poder cumplirlos.

Primeros pasos[]

Los inicios de Balhaus fueron muy duros, el planeta apenas contaba con recursos naturales de fácil acceso y sus tóxicas condiciones impedían que sus pobladores permanecieran en el exterior por un tiempo prolongado, pues la exposición en superficie era sinómimo de muerte segura por envenenamiento.

Debido a esto, la primera etapa de la andadura de aquella joven sociedad se desarrolló completamente bajo tierra donde la superviviencia era muy dura pero posible, iniciándose como primer paso la reconstrucción de las infraestructuras básicas para establecer unas condiciones de habitabilidad mínimas.

Con durísimo trabajo, los escasos habitantes recuperaron parte de un nivel donde en primer lugar fueron implementadas algunas granjas nutropónicas con las semillas transportadas hasta allí por Alois y su mujer Ada, cultivos subterráneos que serían iluminados con luces artificiales que imitaban la luz natural de Dagr y alimentados con aguas subterráneas filtradas y libres de contaminantes. Asimismo, también comenzaron con el desarrollo de embriones de animales domésticos que también habían llevado consigo para contar con otra fuente de alimentación además de los vegetales que comenzarían a germinar, con lo cual también se consiguió poco a poco contar con ganado que se reproducía y aumentaba las posibilidades de éxito de la comunidad.

Las primeras cosechas fueron básicas, si bien poco a poco se introdujeron diferentes tipos de cultivos que gracias a los atentos cuidados de los nuevos ciudadanos maduraron con éxito, permitiendo con el tiempo algunos excedentes alimentarios que derivaron en la capacidad de mantener a una población mayor. Al mismo tiempo se seguían reconstruyendo cámaras y galerías, creando un entramado con buen orden que se extendía cada vez más a medida que el número de habitantes se incrementaba progresivamente.

En aquellos momentos, no obstante, comenzaron también a producirse eventos que amenazaron a los nuevos pobladores de Helheim, las que se denominaron Guerras de la Cuna, las cuales tuvieron consecuencias a distintos niveles sobre la naciente civilización.

Expansión[]

Varios años después de su complicado origen y con una nueva vida subterránea ampliada y creciente, Alois decidió que era el momento de dejar de hurgar en las entrañas de la tierra en búsqueda de los menguados recursos y mirar hacia el exterior, hacia el páramo envenenado con su cielo oscurecido por los gases tóxicos. Él soñaba con un objetivo que podía parecer utópico, pero que él consideraba posible: la recuperación del planeta y de su ecosistema.

Con este fin, había ideado un plan que comenzaba con el saneamiento del suelo y la depuración atmosférica de forma concéntrica, comenzando desde la propia Balhaus. Dicha tarea, que en condiciones normales podría llevar muchos siglos, sería artificialmente acelerada gracias a la biotecnología y a los dispositivos que el mismo Alois había ingeniado en su afilada mente.

En su laboratorio trabajó día y noche junto con su mujer en el desarrollo de bacterias mutadas y microorganismos diseñados específicamente para consumir los vertidos tóxicos, procesarlos y devolver elementos orgánicos a la tierra como desechos. Estas bacterias, denominadas cloroides y thurinias, con el tiempo, serían esparcidas por la superficie del planeta en cantidades ingentes para que el letal limo ácido del exterior desapareciese paulatinamente, tras lo cual se introducirían organismos más complejos que dieran lugar a un ecosistema natural.

De la misma manera, con objeto de que el aire pudiera limpiarse, renovarse y dejar pasar la necesaria luz de Dagr, Alois había diseñado un eficaz procesador atmosférico cuya primera unidad sería situada justo sobre los restos de la inmensa colmena que Balhaus tenía encima, la cual, si todo iba bien, reciclaría una franja atmosférica lo bastante grande como para que los balhausitas pudieran salir al exterior tiempo después. Así se construirían más procesadores a medida que el terreno se fuese limpiando, creando una zona concéntrica habitable que permitiese la expansión exterior de la urbe, permitiendo así a los nuevos habitantes no sólo vivir en el submundo, sino también extenderse a lo largo de la superficie.

De esta forma, los primeros logros permitieron que se empezaran a construir en la superficie modestas infraestructuras que señalaban el incipiente crecimiento, mientras que los propios balhausitas umentaban su número paulatinamente a medida que los recursos estaban disponibles, con una planificación estricta y orientada a no desperdiciar nada con un objetivo ordenado y seguido a rajatabla.

La búsqueda[]

Livitium II

La Livitium abandonando Helheim en el inicio de su viaje

Alois sabía que se necesitarían varias vidas para lograr siquiera una mínima parte de las ideas que tenía en su cabeza, pero incluso para esto tenía un plan, el cual no estaba exento de riesgos.

La única manera de que Balhaus pudiera abrirse paso a mayor velocidad era con ayuda externa, concretamente la de ciertos individuos con capacidades específicas que pudieran ayudar a la recuperación de Helheim en un tiempo reducido: científicos, ingenieros y sobre todo psíquicos biomantes, los únicos capaces de modificar la vida a voluntad y lograr un crecimiento sostenido y masivo de las bacterias y organismos que se requerirían para tal fin.

Debido a esta necesidad, ya que de no hacerlo la recuperación natural requeriría una espera de cientos de generaciones, se construyó y fletó con grandes dificultades una única nave aprovechando los dispersos restos encontrados en la antigua colmena Imperial.

La bautizada como Livitium fue construida como una nave comercial, pero cuyo objetivo no consistía en transportar mercancías, sino que tenía el objetivo de albergar en sus bodegas a individuos con el perfil adecuado, seleccionados a lo largo de los mundos fronterizos alejados del interés del Imperio, lugares olvidados donde habría menos posibilidades de despertar las preguntas de sus agentes y de la Inquisición.

La tripulación de la Livitium tardó más de dos décadas en completar su cometido, pues se trataba de un proceso laborioso y arriesgado que debía llevarse a cabo con discreción para evitar las miradas imperiales así como los peligros del cosmos, no exento de riesgos dado que los lugares donde realizarían la búsqueda no contaban en su mayoría con seguridad o siquiera una civilización consistente.

Sin embargo, pese a su tardanza, para cuando la nave por fin regresó a Helheim tiempo más tarde, la expedición traía consigo un valiosísimo pasaje de científicos y técnicos versados en distintas materias, además de unos pocos psíquicos biomantes huidos de la sombra Imperial, gracias a los cuales se impulsó enormemente la reconstrucción y recuperación del ecosistema del planeta.

Crecimiento[]

Tras el periplo de la Livitium y durante siglos Balhaus creció exponencialmente, a la vez que la limpieza del planeta se iba completando zona tras zona. Cuando la maquinaria del último procesador atmosférico se detuvo simbólicamente en el 184 DDF (120.M37) ya no era necesaria la intervención externa porque Helheim ya era capaz de reciclar su propia atmósfera de forma natural.

Animales y plantas ya existían en la superficie, en la que si bien aún se veían las cicatrices del paso del Imperio se atisbaba con claridad cómo la vida se abría paso inexorablemente. La población balhausita era ya numerosa, coexistiendo en el entorno mientras se trataban de seguir las enseñanzas y los dogmas del desaparecido Alois Krautzmitt con una mentalidad orientada a objetivos distintos a los de la mayoría de los humanos que se ubicaban en otros mundos.

Poco a poco los restos de las infraestructuras Imperiales fueros removidos como si jamás hubieran puesto el pie en aquel planeta mientras el inmenso océano fue limpiado y repoblado con especies afines al medio, crecieron frondosos bosques que cubrían las heridas que antaño hicieran las máquinas para extraer los preciados recursos y el aire quedó libre de las partículas pesadas que acabaron casi por completo con toda la naturaleza.

A partir de entonces, siempre teniendo presente el pasado, los balhausitas siguieron con su existencia centrando su futuro en la lógica, la investigación y la racionalidad más pura, sabiendo que, como Alois Krautzmitt estableció, el conocimiento es libertad.

Cuando se procedió al desmantelamiento de los procesadores atmosféricos sólo se dejó en pie el primero que entró en funcionamiento, aquel que fue construido justo en el centro de lo que sería la ciudad de Balhaus convirtiéndose así en un monumento dedicado al fundador, al que los balhausitas otorgaron desde entonces el honorable título de El Primero de los Sabios.

Vida en Balhaus[]

Spendhaus II

Sede del Spendhaus en la ciudad

Los balhausitas tienen una serie de usos y costumbres muy identificados. En la actualidad la inmensa urbe —pues sólo existe una en Helheim— alberga a un total aproximado de 1000 millones de individuos asentados en un territorio metropolitano de alrededor de 950 millones de kilómetros cuadrados erigidos tanto en el exterior como en varios subniveles interiores, los cuales han sido reformados siguiendo un patrón sostenible y no agresivo para el medio, al contrario del destructivo pasado Imperial que acabó por completo con el ecosistema del planeta.

Debido a esto existen zonas naturales protegidas dentro de la propia ciudad, así como una inmensa e interminable masa boscosa conocida como Regenwald o simplemente El Gran Bosque, fuera de la influencia directa de Balhaus, que se extiende a lo largo de gran parte del planeta y donde no hay intervención ninguna por parte de los balhausitas a lo largo de miles y miles de kilómetros, exceptuando los complejos de estudio natural específicos y una red de sensores que controla el equilibrio del ecosistema. La tecnología ha desarrollado asimismo industrias limpias en todo ámbito, centros de reciclaje con efectividad completa y maquinaria que reduce en su totalidad la polución que se despide a la atmósfera.

Los ciudadanos de Balhaus viven en grandes complejos avanzados que se elevan en espiras de diferentes formas y tamaños, si bien su aspecto es ordenado y no existe diferenciación social entre sus pobladores independientemente de la altura en la que se ubican. También se aglutinan en los profundos niveles residenciales inferiores, lugares acogedores y perfectamente acondicionados para garantizar una existencia agradable. Asimismo la energía, la comida común y el agua corriente son gratuitas —no así todos los artículos— y dispensados por la administración central, una entidad conocida como Spendhaus.

Se fomenta el deporte, especialmente los juegos de equipo, siendo muy popular el Ringenball, que pese a su brutalidad inspira una gran camaradería y cuenta con multitud de seguidores, existiendo estadios dedicados a este juego en casi todas las urbes del territorio balhausita.

Si bien existe delincuencia y crimen organizado (los conocidos como Verbrecht) estos se mantienen en un nivel tolerable, pues dichas situaciones se controlan firmemente por las fuerzas de seguridad dirigidas por el Sicherhaus.

Se promueve el estudio de las ciencias en amplísimos laboratorios, universidades, colegios, gremios e institutos que son muy prolíficos y ocupan grandes espacios tanto en el propio Balhaus como en todas los asentamientos exteriores, pues el conocimiento es la meta de dicha sociedad, así como los avances en todos los ámbitos, existiendo tan solo restricciones en campos muy determinados que pueden resultar peligrosos para el propio porvenir de la sociedad.

Balhaus cuenta con una extensión suficiente para albergar con comodidad a todos sus miles de millones de habitantes, incluyendo no solo la parte exterior en la superficie, sino también los niveles inferiores donde se desarrolla gran parte de la vida. Existen actualmente 215 niveles bajo el subsuelo de la ciudad, casi todos ellos creados con una altura que varía entre los veinte y los treinta metros, siendo la profundidad a la que se encuentran los últimos niveles de hasta seis kilómetros. Todos ellos cuentan con un sistema autónomo de iluminación, refrigeración y abastecimiento de luz y agua, lo cual permite que en el caso de fallos del sistema en alguno de ellos los demás no se vean afectados, pudiendo proporcionar el soporte vital indefinidamente.

Arquitectura[]

Balhaus está construida siguiendo el estilo denominado Metaclásico, un modo de edificación moderno y tecnológico que sigue una evolución de las líneas clásicas y neoclásicas de la civilización humana, pero con una intensa evolución distintiva que aprecia las formas limpias y huye del excesivo recargamiento del gótico o el barroco, potenciando la luminosidad, la amplitud, los espacios abiertos y las combinaciones naturales y artificiales. El resultado es un urbanismo planificado y perfeccionista, con agradables simetrías y trazas modernas pero a la vez con elementos clásicos bien repartidos. El Lagelung, sección dependiente del Spendhaus, es el encargado de planificar la evolución urbana exterior e interior gracias a un amplio colegio de arquitectos que proyectan edificios, estancias, calles, corredores, áreas y conjuntos de edificaciones siguiendo un patrón racional. Los materiales de construcción más utilizados por lo general son el Cermaflex, el Plastidrio y el Ultracarbono.

Estructura[]

Niveles Balhaus II

Estructura de niveles inferiores de Balhaus

Los niveles interiores de la ciudad de Balhaus varían en composición, tamaño y estructura dependiendo de su naturaleza. Si bien las posibilidades tanto de extensión como de profundidad fueron variando con el paso del tiempo de acuerdo a las necesidades, finalmente se concretó en un total de 2.000 niveles que se sumergían en la tierra hasta los diez kilómetros.

Algunos de estos niveles, no obstante, están combinados con otros formando espacios de gran amplitud para albergar vegetación, plazas, avenidas e incluso grupos residenciales completos donde no falta la luz o aire limpio, pues todos los complejos subterráneos están pensados e interconectados de manera que puedan mantenerse estas condiciones de forma sostenida gracias a una planificación detallada y tecnología que permite su desarrollo, incluso en aquellos niveles donde se realizan tareas de corte industrial.

Cada nivel cuenta con su propio microclima que se controla exhaustivamente habiendo algunos donde incluso se representan distintas condiciones climatológicas beneficiosas que favorecen, por ejemplo, el crecimiento vegetal con más o menos humedad dependiendo de las especies a favorecer en cuestión, el movimiento del aire o la incidencia de la luz.

Cada agrupación de niveles responde a una tipología concreta que se orienta a unos fines determinados siguiendo un orden estricto y preestablecido.

Niveles de transporte[]

Son los niveles y galerías que interconectan cada área en Balhaus, tanto horizontal como verticalmente ya sea en el interior o en el exterior. Originalmente se trataba de niveles controlados completamente por el sistema VT para optimizar el tráfico de personas o mercancías, si bien la llegada de los necesarios trasladores fotónicos en el 1624 DDF (997.M39) eliminaron este objetivo, quedando así destinados exclusivamente al mantenimiento o la ampliación de otros niveles colindantes.

En todo caso varios de estos pasos que conectan todos los niveles de Balhaus aún permanecen e incluso son empleados como un sistema de conexión más rudimentario albergando en ellos comercios, transportes de ocio e incluso estructuras meramente ornamentales o de esparcimiento.

Niveles plantación[]

Son los niveles donde se ubican las subgranjas nutropónicas, dedicadas a los cultivos de cereales, vegetales y frutales que abastecen a la urbe e incluso son exportados a otras colonias.

Estas zonas ocupan los niveles desde el 0 hasta el 460 alcanzando una profundidad de 2.5 km. con extensiones variables de entre 80 y 100 km² de media, si bien hay algunos específicos que llegan a doblar esa superficie, como son los amplios cultivos de Gertreiden que se producen a lo largo de todo el ciclo en distintas cosechas.

Adicionalmente los vegetales y frutales son cultivados mediante una disposición en forma de terrazas que permiten ampliar por cada nivel la cantidad de especies y el volumen de producción, permitiendo de esta manera una gran variedad de productos frescos que cada día llegan a la industria o directamente al consumidor final de forma ininterrumpida.

Niveles de trabajo[]

Son los niveles donde muchos de los ciudadanos de Balhaus llevan a cabo su labor. Cuentan con fábricas e industrias de todo tipo, talleres, laboratorios, plantas de procesamiento y cualquier otra infraestructura necesaria para el desarrollo del trabajo en general.

Pese a lo que pueda imaginarse estos niveles no son lugares oscuros y claustrofóbicos donde la gente muere entre tinieblas, exhausta por un trabajo agotador y sin posibilidad de ver luz natural. Los niveles de trabajo deben ser por normativa legal entornos donde se deben mantener unas condiciones de habitabilidad concretas, con espacios abiertos, luz de intensidad y características asimiladas a la natural, aire limpio y otros mecanismos que hacen de esos niveles lugares donde pueda desarrollarse una jornada laboral digna.

Todos los niveles de trabajo cuentan con trasladores fotónicos y elevadores gravitales que conectan rápidamente no sólo con otros niveles, sino también con el propio exterior, adonde los trabajadores pueden acceder en sus descansos si lo desean con lugares habilitados para el esparcimiento. Los niveles de trabajo son grandes debido a la necesidad de espacio para la industria y se aglutinan bajo los niveles plantación, en concreto entre los niveles 461 y 995 extendiéndose 3 km. en profundidad.

Niveles residenciales[]

Son los niveles donde se encuentran la mayor parte de los servicios y residencias de los habitantes de Balhaus, ubicados desde el nivel 996 y hasta el 2.000. Ubicados bajo los niveles de trabajo, todas estas secciones excavadas en las entrañas de Helheim son un prodigio de la técnica de construcción, ya que cuentan con un sinfín de comodidades que hacen la vida interior mucho más agradable de lo que cabría pensar, muy alejada de la idea de masificación total y asfixiante que se daría en otros lugares como son las colmenas.

Estos niveles son los más seguros de todo Balhaus, ya que la profundidad a la que se encuentran y la tecnología que usan los hacen virtualmente inalcanzables para cualquier amenaza exterior o desastre natural. Centros de ocio y de salud, plazas, calles comerciales, restauración, instalaciones deportivas y todo lo que pudiera necesitarse para llevar a cabo una vida plena se encuentra a lo largo de estos niveles, donde el estándar de vida es alto y se cuidan todos los detalles para asegurar la comodidad de sus pobladores.

Además de esto, entre las alturas 1.250 y 1.265 existe lo que los llaman el Waldgraben, una maravilla a más de cuatro kilómetros de profundidad que consiste en la unión de varios niveles con una altura total de unos 200 metros formando una inmensa cúpula boscosa con su propio clima, especies e incluso un amplio lago interior denominado Musse.

Este paraje sirve como pulmón natural para toda la colonia soterrada y se extiende por más de 100 km², iluminado en varios puntos por grandes esferas Gebenlicht ubicadas estratégicamente para simular a la perfección la claridad y tonalidades exteriores dependiendo del momento del día, sensores climáticos, humidificadores y generadores que establecen corrientes de aire de distintas intensidades que mantienen brisa y temperatura.

En el nivel 1.590 se erige un control central que recibe toda la información de todos los demás niveles para determinar la situación general de toda la colonia. En caso de emergencia los controles individuales de cada nivel pueden aislar por completo el acceso mediante la activación de un protocolo que bloqueará todas las entradas para evitar cualquier intrusión. Esto se consigue con compuertas que pueden sellar herméticamente las entradas principales así como las accesorias en caso de catástrofe, dejando el nivel concreto completamente aislado pero con el soporte vital asegurado para mantener a todos los que se encuentren en su interior.

Sociedad[]

Laboratorio Geológico

Laboratorio de investigación geológica

La sociedad balhausita es un sistema noocrático altamente desarrollado en el cual sus habitantes son libres de cualquier influencia impuesta y aprovechan todos los conocimientos posibles independientemente de su procedencia, ya sea humana o alienígena.

Combinan las diferentes tecnologías y conocimientos y los adaptan a sus necesidades, gracias a lo cual consiguen una evolución fuera del alcance de muchas otras sociedades lastradas por su intolerancia o el miedo. El objetivo final de todo es fomentar una sociedad en constante progreso y libre aunque sólidamente estructurada para tratar de evitar los excesos y las injusticias.

La estructura social y las decisiones relevantes para el conjunto son revisadas y tomadas por un organismo centralizado, un concilio de sabios conocido como Weisering, el organismo más antiguo de Balhaus constituido por los cien individuos más capacitados en las distintas áreas que se pueden encontrar entre toda la población. Su tarea principal es la toma de decisiones que afectan al resto de la sociedad siempre teniendo en cuenta todos los puntos de vista posibles. Sus miembros son evaluados en períodos de tres ciclos, evitándose la corrupción entre los cargos electos con una constante y eficaz supervisión y muy graves penas para los potenciales delincuentes.

Adicionalmente, la sociedad de Balhaus contiene cuatro clanes o casas diferentes, a las cuales se adscriben voluntariamente sus habitantes: La Casa Krautzmitt, que reúne a la comunidad de científicos e ingenieros, la Casa Bluthaiden, que congrega a todos los ciudadanos dedicados a la defensa y seguridad de Balhaus, la Casa Landerbeit, que representa a los trabajadores, y finalmente la Casa Wassengeist, a la que pertenecen los psíquicos. Al contrario que en muchos otros mundos del hombre, los psíquicos son vistos como individuos normales en Balhaus y se les anima a desarrollar sus habilidades a través de la enseñanza y experiencia de otros psíquicos. Sus dones son usados en beneficio de la comunidad y tienen un estricto control desde su nacimiento para evitar la peligrosa influencia del Caos.

Las Casas están ideadas como gremios especializados y no hay obligatoriedad de afiliarse a ninguna de ellas. No existe rivalidad entre las mismas, pues todas están consideradas como un beneficio para toda la comunidad, pudiendo abandonarse o incluso cambiarse de una a otra, si bien se dan pocos casos de esta índole. La pertenencia a las mismas no da ningún estatus o beneficio, salvo facilitar el acceso a información y asuntos relacionados con ellas, si bien la mayor parte de la población está integrada en alguna, tanto en Balhaus como en sus colonias.

El idioma oficial hablado en Balhaus y territorios adscritos es el Herrin, una derivación del antiguo idioma pregermánico hablado en Terra que fue establecido como lengua común y que fue adquiriendo diferentes modismos adaptados y palabras de creación necesaria hasta formar un idioma completo que no ha variado durante Miclos.

La cultura de Balhaus, no obstante, está notablemente influenciada por reglas y modelos de comportamiento de épocas pasadas, concretamente de los primeros milenios de existencia de la humanidad, algo que en general no casa con las convenciones actuales de la mayoría de los mundos del hombre.

Estos ideales, recogidos y simplificados en un Decálogo, promueven idealmente el honor, la honestidad, la disciplina, la templanza, la fidelidad, el sentido del deber, la justicia y la rectitud entre otras, haciendo del modelo un sólido conjunto de reglas a las que todos sus habitantes tratan de aferrarse huyendo de las tradiciones humanas corrientes que en otra época llevaron a las distensiones, guerras y antagonismos dentro de la propia raza. El respeto al Decálogo es algo inherente a todo balhausita, los cuales se sienten orgullosos de poder adherirse al mismo distinguiéndose de las demás civilizaciones humanas que pueblan la galaxia.

La esperanza de vida natural actual de un balhausita es de 150 ciclos, lo que equivale aproximadamente a más de 300 años de Terra, mientras que la de un soldado de la Legión de la Cruz de Hierro puede incluso triplicarlo por sus características.

Las particularidades sociales de los balhausitas siguen unas normas poco cambiantes, aunque también evolucionan para adaptarse a las circunstancias en la galaxia.

La expansión de sus territorios suele estar precedida por la implantación de las Zeilichbaun o colonias temporales, las cuales posteriormente pueden derivar en una colonia fija o simplemente quedar como un asentamiento temporal para la provisión de recursos fundamentales y explotaciones de diversa índole.

Política[]

Cámara del Weisering

Una de las cámaras del Weisering

Balhaus se rige por un sistema Noocrático [1] adaptado. No existen facciones políticas en sus territorios ya que las decisiones están centralizadas en los organismos existentes, de modo que las cámaras constituidas ejercen como entidades legisladoras y ejecutivas, sin que haya parlamentos u otros mecanismos de discusión de ninguna índole.

Esto es posible gracias a la propia predisposición racional de los balhausitas y su misma genética, ya que asumen que la lógica guía sus argumentos y por lo general todos los puntos de vista siguen ese modelo, sin que haya intromisión de emociones en las decisiones importantes ni intereses meramente individuales, ya que la colaboración y progreso común deben ser el fin de su existencia.

Debido a esto, el concepto de política es un término que no cala en la mayoría de la sociedad, pues podría decirse que sólo existe una corriente general a la que todos se adhieren y que busca el beneficio común siguiendo planteamientos puramente racionales y de equidad, descartándose el resto de alternativas por no ser métodos óptimos de gestión social. La discusión siempre se plantea desde un punto de vista práctico y ecléctico, sin influencias morales o costumbristas, lo cual elimina de raíz la necesidad de otros planteamientos.

No obstante, existen y han existido movimientos que no apoyan dentro de Balhaus la teoría noocrática per se, como pueden ser los Inconformistas, el Serenismo, el Artificialismo y otras ramas, que si bien son admitidas como modelos de pensamiento conforman grupos diferenciados que ejercen su influencia en distintos ámnbitos.

Economía[]

Balhaus es una sociedad que gracias a sus colonias y a su tecnología no es deficitaria en casi ningún recurso necesario para su subsistencia, si bien existe el comercio tanto interno como con otras razas xenos pacíficas. Su sistema económico recoge la captación de impuestos a sus ciudadanos para el mantenimiento de toda la estructura, tanto civil como militar, si bien estas cargas están estandarizadas y no suelen variar. Se trata de un sistema de libre mercado donde las insituciones oficiales son mínimamnente intervencionistas sólo cuando hay necesidad real, y que se denomina Fairenwirst.

La moneda usada en Balhaus y en todas sus colonias es el Austauch, a la que simplemente se denomina Tauch, una moneda exclusivamente controlada y definida por el Hausbank. Si bien todas las transacciones son virtuales entre los ciudadanos de Balhaus, en los intercambios comerciales con otras razas se usan los tauch de curso legal, en forma de monedas rectangulares de composición concreta, imprimadas con una película electrónica especial que codifica inequívocamente cada unidad haciéndolas prácticamente imposibles de falsificar.

Creencias[]

Respecto al Imperio, la mera existencia de Balhaus constituye una herejía para sus conceptos y reglas actuales, ya que sus prácticas van completamente en contra de los predicados de la Eclesiarquía y la cultura establecida de servidumbre hacia el Emperador.

Considerados no como una civilización, sino de forma aislada como un mero culto tecnológico prácticamente desconocido y extendido fuera de las fronteras, la sociedad existente en Balhaus está basada en preceptos muy alejados de los imperiales, pues no creen en el dios–Emperador ni respetan su culto y están completamente en contra del fanatismo religioso predicado por la Eclesiarquía, el Adeptus Mechanicus o cualquier otro tipo de institución derivada. El transcurso del tiempo y sus enfrentamientos han aumentado significativamente la fobia entre ambas facciones, las cuales han guerreado en diversos momentos de forma abierta y también velada.

Del mismo modo los balhausitas tampoco creen en la idea previa del Emperador de unir a toda la humanidad en la galaxia por la fuerza, rechazando también la barbarie y destrucción promovida por esta idea y la erradicación de las culturas cuya tecnología hubiera alcanzado avances en inteligencia artificial, la denominada Inteligencia Abominable, en un intento de evitar la repetición de su oscuro pasado. Para Balhaus sus IAs, con control específico y siempre bajo unos cánones lógicos, son completamente habituales y se las considera como muy beneficiosas y necesarias en multitud de campos.

La lejanía de la civilización de Balhaus más allá de la Franja Este, fuera incluso de la luz del Astronomicón, la nula interacción con otras comunidades humanas y los innumerables frentes que tiene el Imperio son los motivos fundamentales de que su sociedad no haya despertado la atención Imperial de una forma coordinada, si bien son conocidos en sus archivos (aunque no su origen, tamaño o dispersión) y por defecto catalogados como herejes por la Eclesiarquía, que considera todo modo de vida distinto al predicado por ella como enemigo declarado de la fe y por tanto, todos aquellos que no están dentro de sus parámetros de sumisión son candidatos a ser purgados si existe la oportunidad.

Los conceptos que la sociedad de Balhaus respeta desde su fundación en el 753.M36 se basan en una versión modernizada de olvidadas virtudes procedentes de la antigua Tierra. Dichos conceptos fueron introducidos por Alois Krautzmitt y el Weisering original, seguidos posteriormente por sus descendientes hasta la actualidad, lo cual acusa las insalvables diferencias entre la cultura imperial y la de Balhaus, que son más que obvias en cuanto a sus miembros se refiere. Mientras que los humanos pertenecientes a la sociedad Imperial viven y mueren bajo el yugo de la religión y el Emperador, los ciudadanos de Balhaus no creen en ningún dios y valoran el conocimiento por encima de todo.

"Billones de seres humanos adoran –o se ven forzados a adorar– un trono donde habita una criatura semimuerta desde tiempo inmemorial, al que también se aferra un interesado séquito de parásitos que los obliga a una vida miserable de trabajo extenuante para mantener la maquinaria de su organización, sirviéndose de la imposición de un fervor religioso radical e intolerante. Así es como se perpetúa el horror."

Bern Raussen

Su desprecio por el misticismo no significa, sin embargo, que ignoren la presencia de entidades de relevancia, como pueden ser los Poderes Ruinosos, pero no son considerados como dioses, sino como seres conformados por potencias inimaginables, aunque tan reales como cualquier ente físico pero de sustancia inalcanzable por su naturaleza.

Emblemas[]

Legión de la Cruz de Hierro

Símbolo de la Legión de la Cruz de Hierro de Balhaus.

Los colores emblemáticos de Balhaus son el blanco y el negro, y sus ejércitos toman como distintivo la Cruz de Hierro, generalmente en negro con filo de plata, mientras que científicos, ingenieros y trabajadores usan en combinación como símbolo otras imágenes representativas de su dedicación.

Si bien cada colonia balhausita tiene su signo específico, la Cruz de Hierro está presente en todas ellas como norma general representando la centralidad de su pensamiento. Otros símbolos adicionales que representan el conocimiento y la fuerza son la pluma y la espada, no tan presentes en su simbología social, pero también parte de su civilización.

La elección de la cruz de hierro fue debido a una elección promovida por el propio Alois Krautzmitt, estudioso de la historia de la humanidad, quien la tomó de un antiguo tratado en el que se desvribía este símbolo como perteneciente a un viejo reino desaparecido antes del segundo milenio y cuyas virtudes o conjuntos ideales más elementales representaban lo que él consideraba noble.

Aliados y enemigos[]

Como toda criatura inteligente en el Universo, los balhausitas tienen afinidad y animadversión por otras razas o culturas. En primer lugar, Balhaus es enemigo declarado del Imperio (enfatizado a través del Ewigschlacht), han combatido contra ellos en innumerables ocasiones y por ello suponen una amenaza para sus intereses, si bien comparativamente los balhausitas no son más que una mota de polvo en relación al formidable tamaño imperial.

Del mismo modo también han tenido enfrentamientos contra el Caos, los Orkos y otras razas xenos. Por otro lado existen o han existido pactos entre Balhaus y los T'au, los Nagi, los Demiurgos, los Grohmianos, los Dardevitas, los Pelagianos los Vesk, los Pétridos, los Berlateriones, los Muspelínos e incluso se sabe que ha habido acercamientos con ciertas facciones de los Eldars (concretamente con vagabundos), además de varias otras razas como los Naiv con las que comercian pacíficamente.

En otros casos, si bien la relación durante mucho tiempo con algunas razas como los T'au fue amistosa y fructífera, el empeño paulatino de los alienígenas por atraer a los balhausitas hacia el Bien Supremo modificó dichas relaciones hacia un punto de desencuentro, el cual finalmente culminó en un enfrentamiento que los convirtió en enemigos.

Actualidad[]

A partir del 2663 DDF (078.M42), y debido a la llegada de la temible Flota Enjambre Tödringen que da origen al período conocido como El Fin de los Tiempos, Balhaus se ve forzada a una profunda reconversión de su estrategia territorial basándose en el llamado Plan von Stradwich, el cual determina el abandono de gran cantidad de colonias de la Elipse con objeto de poder hacer frente a la amenaza Tiránida de una forma efectiva, pues hasta el momento, dada la extensión de sus fronteras, resultaba imposible plantear una oposición firme a destructivo avance de los alienígenas.

Debido a esto, se produce el desmantelamiento y abandono de veintidós colonias: Urd, Auriwan, Prandal, Corvix, Hoenir, Starkad, Norsia, Jagd, Skul, Nodik,Björnia, Arvak I y II, Gahrn, Lurg, Walburg, Hollus, Egil, Gamla, Nikwuz, Feeriz y Ardirök, concentrándose en la Esfera Interior un total de tan solo catorce mundos, cinco de ellos de nueva fundación, con los cuales debe reorganizarse para no desaparecer y mantener los niveles de producción necesarios para el abastecimiento básico en una economía de guerra literal.

A partir de ese momento la política balhausita es mucho más cuidadosa tanto en su expansión como en su estructura, pues se multiplican las amenazas y es necesario aplicar regulaciones que aseguren la supervivencia.

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