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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Varios años después de su complicado origen y con una nueva vida subterránea ampliada y creciente, Alois decidió que era el momento de dejar de hurgar en las entrañas de la tierra y mirar hacia el exterior, hacia el páramo envenenado con su cielo oscurecido por los gases tóxicos. Él soñaba con un objetivo que podía parecer utópico, pero que él consideraba posible: la recuperación del planeta y de su ecosistema.
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Varios años después de su complicado origen y con una nueva vida subterránea ampliada y creciente, Alois decidió que era el momento de dejar de hurgar en las entrañas de la tierra en búsqueda de los menguados recursos y mirar hacia el exterior, hacia el páramo envenenado con su cielo oscurecido por los gases tóxicos. Él soñaba con un objetivo que podía parecer utópico, pero que él consideraba posible: la recuperación del planeta y de su ecosistema.
   
 
Con este fin, había ideado un plan que comenzaba con el saneamiento del suelo y la depuración atmosférica de forma concéntrica, comenzando desde la propia Balhaus. Dicha tarea, que en condiciones normales podría llevar muchos siglos, sería artificialmente acelerada gracias a la biotecnología y a los dispositivos que el mismo Alois había ingeniado en su afilada mente.
 
Con este fin, había ideado un plan que comenzaba con el saneamiento del suelo y la depuración atmosférica de forma concéntrica, comenzando desde la propia Balhaus. Dicha tarea, que en condiciones normales podría llevar muchos siglos, sería artificialmente acelerada gracias a la biotecnología y a los dispositivos que el mismo Alois había ingeniado en su afilada mente.

Revisión del 16:47 24 feb 2020

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Balhaus IV

Ciudad de Balhaus por la noche

Balhaus es una grandiosa ciudad erigida sobre las cenizas de la destruida colmena imperial que existía en el mundo minero de Helheim desde el M35, abandonado y eliminado de los archivos del Adeptus Administratum tras la realización de una violenta purga, la cual se impuso para acabar con la vida de millones de trabajadores rebeldes que se negaron a abandonar el planeta tras la casi completa esquilmación de sus recursos naturales y práctica destrucción de la biosfera.

Su fundación data del 753.M36 (0 DDF) en los anales históricos, tomándose esa fecha como origen real de toda la civilización. Esta ciudad fue erigida siguiendo las instrucciones y planificación de su principal impulsor, Alois Krautzmitt, el cual también sentó las bases para la creación de una sociedad tecnológica libre, controlada y fuera de la poderosa influencia del Imperio, la cual fue bautizada con el mismo nombre y establecida como capital: Balhaus.

Desarrollo

Situación original

Altar 967 había quedado devastado por completo a niveles biosféricos tras la huella dejada por el Imperio. Siglos de sobreexplotación habían convertido la superficie y sus entrañas en un paraje horadado y yermo, con sus mares contaminados y prácticamente sin vida, vegetación mínima y fauna prácticamente extinta. Cientos de subcolmenas abandonadas poblaban el paisaje, y en medio de todas ellas la colmena principal, una inmensa y caótica urbe derruida que fue purgada por los fuegos del bombardeo orbital y la destrucción que llegó en la mano de los Espectros de la Muerte.

Aquello es lo que encontró Alois Krautzmitt y su familia cuando se exiliaron en aquel mundo muerto a ojos del Imperio, del cual se había olvidado de él completamente y lo había borrado de los archivos de su propia historia.

No obstante, los visitantes se encontraron con que algunos de los subniveles de la demolida colmena no se habían derrumbado completamente, de modo que usaron uno de ellos para refugiarse y establecer allí su nuevo hogar. Fue entonces, un año después, cuando se dieron cuenta también de que la purga Imperial no había exterminado a todos los pobladores originales, sino que aún quedaban unos pocos que, aterrados, sobrevivían a base de las raíces que crecían en las profundidades y las alimañas subterráneas que vivían sin ser afectadas por los efectos de la venenosa superficie.

El descubrimiento de los supervivientes hizo que Alois los congregara poco a poco de forma tranquilizadora, explicándoles que ni él ni su familia querían nada con el Imperio, y que si estaban allí era porque buscaban un nuevo comienzo. De esta forma aquellas gentes, no más de doscientos descendientes de los primeros trabajadores que se negaron a abandonar la colmena cuando el Imperio decidió evacuarla, se unieron a Alois y su familia con la esperanza de que los días de oscuridad terminaran.

Así nació una diminuta sociedad, la cual fue bautizada como Balhaus por su nuevo guía, y para la cual tenía ambiciosos planes de futuro gracias a sus grandes dotas organizativas y su brillante ingenio.

Primeros pasos

Los inicios de Balhaus fueron muy duros, el planeta ya no contaba con recursos naturales de fácil acceso y sus tóxicas condiciones impedían que sus pobladores permanecieran en el exterior por un tiempo prolongado, pues podían morir envenenados de docenas de formas. Debido a ello, la primera etapa de la andadura de la proto-sociedad se desarrolló completamente bajo tierra, donde la superviviencia era posible, iniciándose como primer paso la reconstrucción de las infraestructuras básicas para establecer unas condiciones de habitabilidad mínimas.

Con durísimo trabajo, los escasos habitantes recuperaron parte de un nivel donde en primer lugar fueron instaladas varias granjas hidropónicas, las cuales, gracias a los conocimientos de Alois y su mujer Ada, fueron eficazmente iluminadas con luces artificiales que imitaban la luz natural de Dagr, siendo alimentadas con aguas filtradas y libres de contaminantes. Asimismo, Alois comenzó el desarrollo de embriones de animales domésticos que su familia y él habían transportado hasta allí con objeto de contar con otra fuente de alimentación además de los cultivos que enseguida comenzarían a germinar.

Las primeras cosechas fueron básicas, si bien poco a poco se introdujeron diferentes tipos de cultivos que gracias a los atentos cuidados de los llamados balhausitas germinaron con éxito, permitiendo con el tiempo algunos excedentes alimentarios que derivaron en la capacidad de mantener a una población mayor. Al mismo tiempo se seguían reconstruyendo cámaras y galerías, creando un entramado con buen orden que se extendía cada vez más a medida que el número de habitantes se incrementaba rápidamente.

Expansión

Varios años después de su complicado origen y con una nueva vida subterránea ampliada y creciente, Alois decidió que era el momento de dejar de hurgar en las entrañas de la tierra en búsqueda de los menguados recursos y mirar hacia el exterior, hacia el páramo envenenado con su cielo oscurecido por los gases tóxicos. Él soñaba con un objetivo que podía parecer utópico, pero que él consideraba posible: la recuperación del planeta y de su ecosistema.

Con este fin, había ideado un plan que comenzaba con el saneamiento del suelo y la depuración atmosférica de forma concéntrica, comenzando desde la propia Balhaus. Dicha tarea, que en condiciones normales podría llevar muchos siglos, sería artificialmente acelerada gracias a la biotecnología y a los dispositivos que el mismo Alois había ingeniado en su afilada mente.

En su laboratorio trabajó día y noche en el desarrollo de bacterias mutadas y microorganismos diseñados específicamente para consumir los vertidos tóxicos, procesarlos y devolver elementos orgánicos a la tierra como desechos. Estas bacterias, con el tiempo, serían esparcidas por la superficie del planeta en cantidades ingentes para que el letal limo ácido del exterior desapareciese paulatinamente, tras lo cual se introducirían organismos más complejos que dieran lugar a un ecosistema natural. De la misma manera, con objeto de que el aire pudiera limpiarse y dejara pasar la necesaria luz de Dagr, Alois había diseñado un eficaz procesador atmosférico cuya primera unidad sería situada justo sobre los restos de la colmena que Balhaus tenía encima, la cual supuestamente reciclaría una franja atmosférica lo bastante grande como para que los balhausitas pudieran salir al exterior. Se construirían más procesadores a medida que la tierra se fuese limpiando, creando una zona concéntrica habitable que permitiese la expansión exterior de la urbe, dejando por fin el submundo.

La búsqueda

Livitium

La Livitium abadonando Helheim para iniciar su búsqueda

Alois sabía que se necesitarían varias vidas para lograr siquiera una mínima parte de los planes que tenía en su cabeza, pero incluso para esto tenía un plan, el cual no estaba exento de riesgos. La única manera de que Balhaus pudiera abrirse paso a mayor velocidad era con ayuda externa, concretamente la de ciertos individuos con capacidades específicas que pudieran ayudar a la recuperación de Helheim en un tiempo reducido: científicos, ingenieros y sobre todo psíquicos biomantes, los únicos capaces de modificar la vida a voluntad y lograr un crecimiento sostenido y masivo de las bacterias y organismos que se requerirían para tal fin.

Debido a esta necesidad, ya que de no hacerlo la recuperación natural requeriría una espera de cientos de generaciones, se construyó y fletó una nave aprovechando los restos encontrados en la antigua colmena Imperial. La bautizada como Livitium fue construida como una gran nave comercial, pero cuyo objetivo no consistía en transportar mercancías, sino que tenía el objetivo de reclutar y llevar en sus enormes bodegas a individuos con el perfil adecuado, seleccionados a lo largo de los mundos fronterizos alejados del interés del Imperio, lugares olvidados donde habría menos posibilidades de despertar las preguntas de sus agentes y de la Inquisición.

La tripulación de la Livitium tardó una década en completar su cometido, pues se trataba de un proceso laborioso y arriesgado que debía llevarse a cabo con el máximo secreto, ya que si eran detectados por el Imperio y descubrían la existencia de Balhaus seguramente tendrían graves problemas, o incluso -aunque muy poco probable- podría repetirse la misma experiencia destructiva ocurrida cuando se trataba de una colmena a su servicio. Sin embargo, pese a su tardanza, para cuando la nave por fin regresó a Helheim la tripulación traía consigo un valiosísimo pasaje de más de dos mil científicos y psíquicos biomantes huidos de la sombra Imperial, gracias a los cuales se impulsó enormemente la reconstrucción y recuperación del ecosistema del planeta.

Crecimiento

Tras el periplo de la Livitium y durante siglos Balhaus creció exponencialmente, a la vez que la limpieza del planeta se iba completando zona tras zona. Cuando la maquinaria del último procesador atmosférico se detuvo simbólicamente en el 184 DDF (120.M37), ya no era necesaria la intervención externa porque Helheim ya era capaz de filtrar su propia atmósfera de forma natural.

Animales y plantas ya existían en la superficie, en la que si bien aún se veían las cicatices del paso del Imperio, se atisbaba con claridad cómo la vida se abría paso inexorablemente. La población balhausita se contaba ya por millones, los cuales convivían pacíficamente siguiendo las enseñanzas y los dogmas del desaparecido Alois Krautzmitt, con una mentalidad firme y orientada a objetivos completamente distintos a los de la mayoría de los humanos.

Poco a poco los restos de las infraestructuras Imperiales fueros removidos, como si jamás hubieran puesto el pie en aquel planeta, el inmenso océano fue limpiado y se repobló, nacieron frondosos bosques que cubrieron las heridas que antaño hicieran las inmensas máquinas para extraer los preciados recursos, y el aire quedó libre de las partículas pesadas que acabaron casi por completo con toda la naturaleza.

A partir de entonces, siempre teniendo muy presente el pasado, los balhausitas siguieron con su existencia centrando su futuro en la lógica, la investigación y la racionalidad más pura, sabiendo que, como Alois Krautzmitt estableció, el conocimiento es libertad.

Cuando se procedió al desmantelamiento de los procesadores atmosféricos sólo se dejó en pie el primero que se instaló, aquel que fue construido justo en el centro de Balhaus, convirtiéndose en un monumento dedicado al fundador, al que los balhausitas otorgaron desde entonces el honorable título de El Primero de los Sabios.

Vida en Balhaus

Spendhaus & Sicherhaus

Sedes del Spendhaus y del Sicherhaus en la ciudad.

Los balhausitas tienen una serie de usos y costumbres muy identificados. En la actualidad la inmensa urbe -pues sólo existe una en Helheim- alberga a un total aproximado de 1000 millones de individuos asentados en un territorio metropolitano de alrededor de 950 millones de kilómetros cuadrados erigidos tanto en el exterior como en varios subniveles interiores, los cuales han sido reformados siguiendo un patrón sostenible y no agresivo para el medio, teniendo siempre muy en cuenta el destructivo pasado Imperial que acabó por completo con el ecosistema del planeta.

Debido a esto existen zonas naturales protegidas dentro de la propia ciudad, así como una inmensa e interminable masa boscosa conocida como Regenwald o simplemente El Gran Bosque, fuera de la influencia directa de Balhaus, que se extiende a lo largo de gran parte del planeta y donde no hay intervención ninguna por parte de los balhausitas a lo largo de miles y miles de kilómetros, exceptuando pequeños puestos de estudio específicos y una red de sensores que controla el equilibrio natural. La tecnología ha desarrollado asimismo industrias limpias de todo tipo, centros de reciclaje cuya efectividad es del 100% y maquinaria que reduce en su totalidad la polución que se despide a la atmósfera.

Los ciudadanos de Balhaus viven en grandes complejos muy avanzados que se elevan en altos pináculos de diferentes formas, similares a las espiras de las colmenas Imperiales, si bien su aspecto es ordenado y no existe diferenciación social entre sus pobladores independientemente de la altura en la que se alojan. También se aglutinan en los profundos niveles residenciales inferiores, lugares acogedores y perfectamente acondicionados para garantizar una existencia agradable. Asimismo la energía, la comida común y el agua corriente son del todo gratuitas –no así los artículos considerados de lujo– y dispensadas por la administración central, una entidad conocida como Spendhaus.

Se fomenta el deporte, especialmente los juegos de equipo, siendo muy popular el Ringenball, que pese a su brutalidad inspira una gran camaradería y cuenta con multitud de seguidores, existiendo estadios dedicados a este juego en casi todas las urbes del territorio balhausita.

No existe la delincuencia común ni el crimen organizado, pues dichas situaciones se controlan firmemente por las fuerzas de seguridad –dirigidas por el Sicherhaus– y se promueve el estudio de las ciencias en amplísimos laboratorios, universidades, colegios, gremios e institutos que son muy prolíficos y ocupan grandes espacios tanto en el propio Balhaus como en todas las ciudades.

Balhaus cuenta con una extensión suficiente para albergar con comodidad a todos sus miles de millones de habitantes, incluyendo no solo la parte exterior en la superficie, sino también los niveles inferiores donde se desarrolla gran parte de la vida. Existen actualmente 215 niveles bajo el subsuelo de la ciudad, casi todos ellos creados con una altura que varía entre los veinte y los treinta metros, siendo la profundidad a la que se encuentran los últimos niveles de hasta seis kilómetros. Todos ellos cuentan con un sistema autónomo de iluminación, refrigeración y abastecimiento de luz y agua, lo cual permite que en el caso de fallos del sistema en alguno de ellos los demás no se vean afectados, pudiendo proporcionar el soporte vital sin problemas e indefinidamente.

Arquitectura

Balhaus está construida siguiendo el estilo denominado Metaclásico, un modo de edificación moderno y tecnológico que sigue una evolución de las líneas clásicas y neoclásicas de la civilización humana, pero con una intensa evolución distintiva que aprecia las formas limpias y huye del excesivo recargamiento del gótico o el barroco, potenciando la luminosidad, la amplitud, los espacios abiertos y las combinaciones naturales y artificiales. El resultado es un urbanismo planificado y perfeccionista, con agradables simetrías y trazas modernas pero a la vez con elementos clásicos bien repartidos. El Lagelung, sección dependiente del Spendhaus, es el encargado de planificar la evolución urbana exterior e interior gracias a un amplio colegio de arquitectos que proyectan edificios, estancias, calles, corredores, áreas y conjuntos de edificaciones siguiendo un patrón racional. Los materiales de construcción más utilizados por lo general son el Cermaflex, el Plastidrio y el Ultracarbono.

Estructura

Niveles Balhaus

Estructura de niveles inferiores de Balhaus

Los niveles inferiores de Balhaus varían en composición, tamaño y estructura dependiendo del uso que vayan a tener. El número de ellos puede incrementarse en función de las necesidades, si bien durante los últimos tiempos su número se ha mantenido invariable. Algunos de ellos están combinados con otros formando gigantescos espacios abiertos que albergan vegetación, plazas, avenidas e incluso grupos residenciales completos donde no falta la luz ni el aire puro, pues están pensados y conectados de manera que se mantengan en cualquier tipo de condición. Muchos de ellos cuentan con su propio microclima, el cual es beneficioso para el crecimiento de vegetación o representar diferentes condiciones climatológicas. En general los niveles se dividen en cinco tipos:

  • Niveles de transporte – Son los niveles inmediatamente bajo la superficie, del 1 al 6, que se utilizan para minimizar el impacto del trasiego de vehículos en el exterior de la megaciudad. Son niveles de maquinaria automatizada y controlada completamente por el sistema VT para optimizar el tráfico de mercancías. Antiguamente también fueron utilizados por los propios balhausitas para sus desplazamientos, pero la llegada de los trasladores fotónicos en el 1624 DDF (997.M39) eliminaron esta necesidad, quedando así destinados exclusivamente a ser niveles de transporte de productos y cargas. Los niveles de transporte, más amplios en la zona superior, están conectados con el resto de la estrcutura de Balhaus mediante una compleja estructura vertical que se distribuye para comunicar unos con otros.
  • Niveles plantación – Son los niveles donde se ubican las subgranjas nutropónicas, dedicadas a los cultivos de cereales, vegetales y frutales que abastecen a la colonia. Ocupan los niveles desde el 7 hasta el 42 y son los más amplios con extensiones variables de 1000 kilómetros cuadrados de media, si bien hay algunos específicos que llegan a doblar esa superficie.
  • Niveles de trabajo – Son los niveles donde muchos de los ciudadanos de Balhaus llevan a cabo su labor. Cuentan con fábricas limpias, industrias de todo tipo, talleres, laboratorios, plantas de procesamiento y cualquier otra infraestructura necesaria para el desarrollo del trabajo en general. Pese a lo que pueda pensarse, estos niveles no son lugares oscuros, sucios y claustrofóbicos como los que existen en algunas ciudades del Imperio, donde la gente muere en las tinieblas, exhausta por un trabajo agotador y sin posibilidad de ver luz natural. En Balhaus los niveles de trabajo cuentan con una avanzada tecnología para asegurar que los trabajadores no están en condiciones infrahumanas. Cuentan con espacios abiertos, luz con intensidad y características idénticas a la natural, aire puro y un sinfín de mecanismos que hacen de esos niveles lugares donde puede pasarse la jornada laboral perfectamente sin sensación de ahogo ni confinamiento.

Asimismo, todos los niveles de trabajo cuentan con trasladores fotónicos y veloces elevadores gravitatorios que conectan rápidamente no sólo con otros niveles, sino con el propio exterior, adonde los trabajadores pueden acceder en sus descansos si lo desean a lugares habilitados para el esparcimiento en la superficie. Los niveles de trabajo son bastante grandes debido a la necesidad de espacio para la industria, y se aglutinan bajo los niveles plantación, en concreto entre los niveles 43 y 150. 

  • Niveles residenciales – Son los niveles donde se encuentran la mayor parte de los servicios y residencias de los habitantes de Balhaus, ubicados desde el nivel 151 hasta el 215. Ubicados bajo los niveles de trabajo, todas estas secciones excavadas en las entrañas de Helheim son un prodigio de la técnica de construcción, ya que cuentan con un sinfín de comodidades que hacen la vida interior mucho más agradable de lo que cabría pensar, muy alejada de la idea de masificación total y asfixiante que se da en otras colonias humanas.

Estos niveles son los más seguros de todo Balhaus, ya que la profundidad a la que se encuentran y la tecnología que usan los hacen virtualmente inalcanzables para cualquier amenaza exterior o desastre natural o artificial. Centros de ocio y de salud, plazas, calles comerciales, restauración, instalaciones deportivas y todo lo que pudiera necesitarse para llevar a cabo una vida plena se encuentra a lo largo de estos niveles, donde el estándar de vida es alto y se cuidan todos los detalles para asegurar la comodidad de sus pobladores.

Además de esto, entre las alturas 165 y 170 existe lo que los llaman el Waldgraben o también Bosque Interno, una maravilla a más de cuatro kilómetros de profundidad que consiste en la unión de cinco niveles –una altura total de unos 200 metros- en una inmensa cúpula boscosa con su propio clima, especies e incluso un hermoso lago interior denominado Musse. Este paraje sirve como pulmón natural para toda la colonia soterrada y se extiende muchos kilómetros, iluminado en varios puntos por grandes esferas Gebenlicht ubicadas estratégicamente para simular a la perfección la claridad y tonalidades exteriores dependiendo del momento del día.

  • Niveles de mantenimiento – Estos niveles contienen maquinaria y todo lo necesario para el mantenimiento del resto, siendo utilizados como niveles de servicio a los que normalmente sólo acceden los trabajadores encargados de dichas tareas y los controladores que revisan las infraestructuras. Están dispersos a lo largo de todos los demás niveles.

En el nivel 100 se erige un control central que recibe toda la información de todos los demás niveles para determinar la situación general de toda la colonia. En caso de emergencia, los controles individuales de cada nivel pueden aislar por completo el acceso mediante la activación de un protocolo que bloqueará todas las entradas para evitar cualquier intrusión. Esto se consigue con compuertas de ultracarbono de dos metros de espesor que sellan herméticamente las entradas principales así como las accesorias en caso de catástrofe, dejando el nivel concreto completamente aislado, pero con el soporte vital asegurado para mantener a todos los que se encuentren en su interior. 

Sociedad

Laboratorio Geológico

Laboratorio de investigación geológica

La sociedad balhausita es un sistema noocrático altamente desarrollado, en el cual sus habitantes –con una gran comunidad científica–, libres de cualquier prejuicio e influencia Imperiales o de cualquier otra facción, aprovechan todos los conocimientos posibles independientemente de su procedencia, humana o alienígena.

Combinan las diferentes tecnologías y conocimientos y los adaptan a sus necesidades, gracias a lo cual consiguen una evolución fuera del alcance de muchas otras sociedades lastradas por su intolerancia. El objetivo final de todo es fomentar una sociedad en constante progreso y libre, pero sólidamente estructurada para evitar los excesos, injusticias y problemas que azotan a otras culturas.

La especialización científica y la vida en general en Balhaus son controladas por un organismo centralizado, un concilio de sabios conocido como Weisering, el cual determina el alcance de las investigaciones así como su idoneidad y los posibles riesgos, vetando aquellas más peligrosas y fomentando las que pueden proporcionar aplicaciones beneficiosas para el resto.

El Weisering es el organismo más antiguo de Balhaus, y está constituido por los cien individuos más inteligentes que se pueden encontrar entre toda la población, los cuales tienen como tarea principal la toma de decisiones que afectan al resto de la sociedad, siempre teniendo en cuenta todos los puntos de vista posibles. Sus miembros son evaluados en ciclos de cinco años, evitándose la corrupción entre los cargos electos con una constante y eficaz supervisión.

Adicionalmente, la sociedad de Balhaus contiene cuatro clanes o casas diferentes, a las cuales se adscriben voluntariamente sus habitantes: La Casa Krautzmitt, que reúne a la comunidad de científicos e ingenieros, la Casa Bluthaiden, que congrega a todos los ciudadanos dedicados a la defensa y seguridad de Balhaus, la Casa Landerbeit, que representa a los trabajadores, y finalmente la Casa Wassengeist, a la que pertenecen los psíquicos. Al contrario que en muchos otros mundos del hombre, los psíquicos son vistos como individuos normales en Balhaus y se les anima a desarrollar sus habilidades a través de la enseñanza y experiencia de otros psíquicos. Sus dones son usados en beneficio de la comunidad y tienen un estricto control desde su nacimiento para evitar la peligrosa influencia del Caos.

Las Casas están ideadas como gremios especializados y no hay obligatoriedad de afiliarse a ninguna de ellas. No existe rivalidad entre las mismas, pues todas están consideradas como un beneficio para toda la comunidad, pudiendo abandonarse o incluso cambiarse de una a otra, si bien se dan pocos casos de esta índole. La pertenencia a las mismas no da ningún estatus o beneficio, salvo facilitar el acceso a información y asuntos relacionados con ellas, si bien la mayor parte de la población está integrada en alguna, tanto en Balhaus como en sus colonias.

El idioma oficial hablado en Balhaus y territorios adscritos es el Herrin, una derivación del antiguo idioma pregermánico hablado en Terra que fue adquiriendo diferentes modismos adaptados y palabras de creación propia hasta formar un idioma completo. La cultura de Balhaus no obstante está notablemente influenciada por ciertas reglas y modelos de comportamiento de épocas pasadas (primeros milenios de existencia de la humanidad) y que en general no casan con las convenciones actuales de la mayoría de los mundos del hombre.

Estos ideales, recogidos y simplificados en un Decálogo, promueven el honor, la honestidad, la disciplina, la templanza, la fidelidad, el sentido del deber, la justicia y la rectitud entre otras, haciendo del modelo un sólido conjunto de reglas a las que todos sus habitantes tratan de aferrarse, huyendo de las tradiciones humanas corrientes que en otra época llevaron a las distensiones, guerras y antagonismos dentro de la propia raza. El respeto al Decálogo es algo inherente a todo balhausita, los cuales se sienten orgullosos de poder adherirse al mismo distinguiéndose de las demás civilizaciones humanas que pueblan la galaxia.

La esperanza de vida natural actual de un balhausita es de 150 ciclos, lo que equivale aproximadamente a más de 300 años de Terra, mientras que la de un soldado de la Legión de la Cruz de Hierro puede ser incluso de miles por sus características.

Las particularidades sociales de los balhausitas siguen unas normas poco cambiantes, aunque también evolucionan para adaptarse a las circunstancias en la galaxia.

La expansión de sus territorios suele estar precedida por la implantación de las Zeilichbaun o colonias temporales, las cuales posteriormente pueden derivar en una colonia fija o simplemente quedar como un asentamiento temporal para la provisión de recursos fundamentales y explotaciones de diversa índole.

Política

Cámara del Weisering

Una de las cámaras del Weisering

Balhaus se rige por un eficaz sistema Noocrático [[1]] adaptado. No existen facciones políticas ni en sus territorios, ya que las decisiones están centralizadas en los organismos existentes, de modo que las cámaras constituidas ejercen como entidades legisladoras y ejecutivas, sin que haya parlamentos u otros mecanismos de discusión de ninguna índole.

Esto es posible gracias a la propia predisposición racional de los balhausitas y su misma genética, ya que la lógica guía sus argumentos y por lo general todos los puntos de vista coinciden, sin que haya intromisión de emociones en las decisiones importantes ni intereses meramente individuales, ya que la colaboración y progreso común son el fin de su existencia.

Debido a esto, el concepto de política es un término que no cala en la sociedad, pues podría decirse que sólo existe una corriente general a la que todos se adhieren y que busca el beneficio común siguiendo planteamientos puramente racionales y de equidad, descartándose el resto de alternativas por no ser métodos óptimos de gestión social. La discusión siempre se plantea desde un punto de vista práctico y ecléctico, sin influencias morales o costumbristas, lo cual elimina de raíz la necesidad de otros planteamientos.

Economía

Balhaus es una sociedad que gracias a sus colonias y a su avanzada tecnología no tiene necesidades perentorias de nada necesario para su subsistencia, si bien existe el comercio tanto interno como con otras razas xenos pacíficas. Su sistema económico recoge la captación de impuestos a sus ciudadanos para el mantenimiento de toda la estructura, tanto civil como militar, si bien estas cargas están estandarizadas y no suelen variar. Se trata de un sistema de libre mercado donde las insituciones oficiales son mínimamnente intervencionistas sólo cuando hay necesidad real, y que se denomina Fairenwirst.

La moneda usada en Balhaus y en todas sus colonias es el Austauch, a la que simplemente se denomina Tauch, una moneda exclusivamente controlada y definida por el Hausbank. Si bien todas las transacciones son virtuales entre los ciudadanos de Balhaus, en los intercambios comerciales con otras razas se usan los tauch de curso legal, en forma de monedas rectangulares de composición concreta, imprimadas con una película electrónica especial que codifica inequívocamente cada unidad haciéndolas imposibles de falsificar.

Creencias

Respecto al Imperio, la mera existencia de Balhaus constituye una herejía para sus conceptos y reglas actuales, ya que sus prácticas van completamente en contra de los predicados de la Eclesiarquía y la cultura establecida de servidumbre hacia el Emperador.

Considerados no como una civilización, sino de forma despreciativa como un mero culto tecnológico extendido fuera de sus fronteras, la sociedad existente en Balhaus está basada en preceptos muy alejados de los imperiales, no creen en el dios–Emperador ni respetan su culto, y están completamente en contra del fanatismo religioso predicado por la Eclesiarquía, el Adeptus Mechanicus o cualquier otro tipo de institución derivada. El transcurso del tiempo y sus enfrentamientos han aumentado significativamente la fobia entre ambas facciones, las cuales han guerreado en diversos momentos de forma abierta y también velada.

Del mismo modo los balhausitas tampoco creen en la idea previa del Emperador de unir a toda la humanidad en la galaxia por la fuerza, rechazando también la barbarie y destrucción promovida por esta idea y la erradicación de las culturas cuya tecnología hubiera alcanzado avances en inteligencia artificial, la denominada Inteligencia Abominable, en un intento de evitar la repetición de su oscuro pasado. Para Balhaus sus IAs, con control específico y siempre bajo unos cánones lógicos, son completamente habituales y se las considera como muy beneficiosas y necesarias en multitud de campos.

La lejanía de la civilización de Balhaus más allá de la Franja Este, fuera incluso de la luz del Astronomicón, la nula interacción con otras comunidades humanas y los innumerables frentes que tiene el Imperio, son los motivos fundamentales de que su sociedad no haya despertado por el momento las venganzas Imperiales de forma coordinada, si bien son conocidos en sus archivos (aunque no su origen o dispersión) y muy odiados por la Eclesiarquía, que los considera por su modo de vida enemigos declarados de la fe y por tanto candidatos a ser purgados si existe la oportunidad.

Los conceptos que la sociedad de Balhaus respeta desde su fundación en el 753.M36 (recogido en el Decálogo) se basan en una versión modernizada de las antiguas virtudes prusianas procedentes de la antigua Tierra. Dichos conceptos fueron introducidos por Alois Krautzmitt y el Weisering original, seguidos posteriormente por sus descendientes hasta la actualidad, lo cual acusa las insalvables diferencias entre la cultura imperial y la de Balhaus, que son más que obvias en cuanto a sus miembros se refiere. Mientras que los humanos pertenecientes a la sociedad Imperial viven y mueren bajo el yugo de la religión y el Emperador, los ciudadanos de Balhaus no creen en ningún dios y valoran el conocimiento por encima de todo.

"Billones de seres humanos adoran –o se ven forzados a adorar– un trono donde habita una criatura semimuerta desde tiempo inmemorial, al que también se aferra un interesado séquito de parásitos que los obliga a una vida miserable de trabajo extenuante para mantener la maquinaria de su organización, sirviéndose de la imposición de un fervor religioso radical e intolerante. Así es como se perpetúa el horror."

Bern Raussen

Su desprecio por el misticismo no significa, sin embargo, que ignoren la presencia de entidades de gran relevancia, como pueden ser los Poderes Ruinosos, pero no son considerados como dioses, sino como seres conformandos por potencias inimaginables, aunque tan reales como cualquier ente físico pero de sustancia inalcanzable por su naturaleza.

Emblemas

Legión de la Cruz de Hierro

Símbolo de la Legión de la Cruz de Hierro de Balhaus.

Los colores emblemáticos de Balhaus son el blanco y el negro, y sus ejércitos toman como distintivo la Cruz de Hierro, generalmente en negro con filo de plata, mientras que científicos, ingenieros y trabajadores usan en combinación como símbolo otras imágenes representativas de su dedicación.

Si bien cada colonia balhausita tiene su signo específico, la Cruz de Hierro está presente en todas ellas como norma general representando la centralidad de su pensamiento. Otros símbolos adicionales que representan el conocimiento y la fuerza son la pluma y la espada, no tan presentes en su simbología social, pero también parte de su civilización.

Amigos y enemigos

Como toda criatura inteligente en el Universo, los balhausitas tienen afinidad y animadversión por otras razas o culturas. En primer lugar, Balhaus es enemigo declarado del Imperio (Ewigschlacht), han combatido contra ellos innumerables veces y suponen una amenaza para sus intereses.

Del mismo modo también han tenido enfrentamientos contra el Caos, los Orkos y otras razas xenos. Por otro lado existen o han existido pactos entre Balhaus y los T'au, los Nagi, los Demiurgos, los Grohmianos, los Dardevitas, los Pelagianos los Vesk, los Pétridos, los Berlateriones, los Muspelínos e incluso se sabe que ha habido acercamientos con ciertas facciones de los Eldars (vagabundos), además de varias otras razas como los Naiv con las que comercian pacíficamente.

En otros casos, si bien la relación durante mucho tiempo con algunas razas como los T'au fue amistosa y fructífera, el empeño paulatino de los alienígenas por atraer a los balhausitas hacia el Bien Supremo modificó dichas relaciones hacia un punto de desencuentro, el cual finalmente culminó en un enfrentamiento que los convirtió en enemigos.

Actualidad

A partir del 2663 DDF (078.M42), y debido a la llegada de la temible Flota Enjambre Tödringen que da origen al período conocido como El Fin de los Tiempos, Balhaus se ve forzada a una profunda reconversión de su estrategia territorial basándose en el llamado Plan von Stradwich, el cual determina el abandono de gran cantidad de colonias de la Elipse con objeto de poder hacer frente a la amenaza Tiránida de una forma efectiva, pues hasta el momento, dada la extensión de sus fronteras, resultaba imposible plantear una oposición firme a destructivo avance de los alienígenas.

Debido a esto, se produce el desmantelamiento y abandono de veintidós colonias: Urd, Auriwan, Prandal, Corvix, Hoenir, Starkad, Norsia, Jagd, Skul, Nodik,Björnia, Arvak I y II, Gahrn, Lurg, Walburg, Hollus, Egil, Gamla, Nikwuz, Feeriz y Ardirök, concentrándose en la Esfera Interior un total de tan solo catorce mundos, cinco de ellos de nueva fundación, con los cuales debe reorganizarse para no desaparecer y mantener los niveles de producción necesarios para el abastecimiento básico en una economía de guerra literal.

A partir de ese momento la política balhausita es mucho más cuidadosa tanto en su expansión como en su estructura, pues se multiplican las amenazas y es necesario aplicar regulaciones que aseguren la superviviencia.