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Asdrúbal Vect Eldars Oscuros 3ª Edición ilustración

"Estoy decepcionado porque el cruel destino me haya colocado en una situación en la que no me queda otra elección que enviar mis guerreros contra tus centros de población. Si tan sólo hubierais abandonado esas vanas esperanzas de proteger vuestros recursos y regresar a vuestros hogares con vuestras familias, podría haberse evitado una gran matanza y un gran pesar.

Sin embargo, todavía estáis a tiempo. Cualquiera que abandone inmediatamente será perdonado, y os doy mi palabra de que podrá atravesar libremente el desierto. Esta oferta de amnistía tan sólo será válida hasta dentro de dos de vuestras horas, tras lo que empezará de nuevo el terror. Tan sólo espero que consideréis cuidadosamente vuestra posición. Enviadme vuestros representantes para discutir las condiciones si así lo preferís, o enviad a varios si no confiáis en que uno de los vuestros hable en nombre de todos. Estoy seguro de que todo puede... arreglarse.
"

Grabación de una comunicación encontrada en la masacre de Delta 9

Asdrúbal Vect es el Señor Supremo de la Kábala del Corazón Negro y el Drukhari más poderoso de toda Commorragh.

Destacan su bello y cruel rostro, con una sonrisa autocomplaciente. Sus dedos tienen uñas perfectamente recortadas y cuidadas. Cuando ríe, el sonido de sus carcajadas restallaba como látigos de fuego en el alma.

Historia[]

Poder a cualquier precio[]

La sociedad de los Drukhari solía girar en torno a un pequeño número de casas nobles. Los vástagos de estas instituciones aristocráticas tanteaban los abismos hedonistas que llevaron a la Caída. La nobleza commorrita guardaba su posición celosamente, buscando y matando a quienquiera que amenazase o cuestionase su supremacía. La masa central de Commorragh, una apabullante metrópolis de rascacielos, arquialtares, torreones palaciegos y templos del placer, era el dominio exclusivo de las casas nobles. Solo se podía acceder por derecho de nacimiento y el elitismo era una forma de vida. Así fue durante milenios tras la Caída. La sociedad de Commorragh permaneció tan estancada y corrupta como sus antiguos señores. Con toda probabilidad habría seguido así indefinidamente, de no ser por Asdrúbal Vect.

Asdrubal Vect es lo que en la suciedad Drukhari se conoce como un “semigestado”. Vect empezó su existencia siendo un Drukhari de clase baja, que fue vendido como esclavo durante su niñez. Nunca ha llegado a ser aceptado entre las clases altas de su raza. Quizás esto ayude a explicar que su mente esté afilada como una cuchilla, y que su ambición de conquista no conozca límites, pues Vect se ha visto siempre obligado a ser más listo que sus privilegiados "superiores". Escalón a escalón, Vect ha tenido que escalar la tortuosa estructura de poder que vertebra la Ciudad Siniestra. En su camino ha dejado un reguero de cadáveres, aunque hay que decir que nunca ha sido su propia mano la que ha acabado con ellos (Vect es demasiado prudente como para tomar la acción de manera tan directa). Durante gran parte de su vida joven, Vect supo aprovechar el hecho de ser subestimado; subestimado por la aristocracia de Commorragh, por sus rivales, incluso por sus propios guerreros. Bajo la tapadera de sus humildes orígenes, fue amasando más y más poder, y fundó la Kábala del Corazón Negro, una organización que empezó como una llama titubeante, pero que desde entonces ha conseguido crecer hasta convertirse en una rugiente tormenta de fuego.

Esta banda preparó el ascenso de su fundador infiltrando agentes en todos los niveles de la civilización Drukhari, tanto dentro como fuera de Commorragh. Para cuando Vect hubo establecido su base de poder, ya era conocido por la auténtica aristocracia como una auténtica amenaza. La Kábala del Corazón Negro se oponía a las casas nobles más influyentes de la Alta Commorragh: Xelian, Kraillach e Yllithian. Vect, un auténtico maestro manipulando a sus enemigos para conseguir ventajas, organizó un plan para atraer la furia del Imperio de la Humanidad sobre sus enemigos.

Dicho plan era tan audaz que muchos hubieran pensado que se trataba de una apuesta terrible. Ese pensamiento no se alejaba demasiado de la verdad. Cada paso había sido pensado cuidadosamente, cada lealtad necesaria comprada. El plan de Asdrúbal Vect para ascender demostraba que su mente era una maquinaria de relojería intrincada e imparable y, cuando el plan se puso en movimiento, millones habían caído entre sus engranajes. Vect, entretanto, alcanzó una posición de supremacía total, elevado hasta una altura inimaginable sobre una montaña aún creciente de cadáveres todavía calientes.

Poniendo cebo a la trampa[]

Las semillas del conflicto de Vect se sembraron en el Golfo de Desaderia. Esta región del espacio era bien conocida entre los viajeros habituales del Segmentum Tempestus debido al número de naves que habían desaparecido en ella. Lo que no sabía el Imperio era que existía un gran portal que llevaba hasta una de las arterias principales de la Telaraña, protegido por campos holográficos que lo hacían parecer un titilar en el espacio estrellado. Las flotas de los Drukhari acechaban a las naves del Imperio desde este hueco en la realidad. No obstante, estas atacaban en escasas ocasiones, ya que querían evitar cualquier represalia. Por tanto, el número de naves desaparecidas se consideraban pérdidas aceptables o se borraban de los registros cual error burocrático.

La primera maniobra de Vect consistió en multiplicar por diez la frecuencia de estas incursiones piratas. Convirtió en la máxima prioridad de su Kábala la captura de cada nave de guerra y la invasión de cada mundo humano que estuviera al alcance del portal. Así, aniquiló a los regimientos del Astra Militarum que estaban acantonados en los planetas del sistema, arrasó sus fortificaciones, y desapareció de nuevo llevándose su botín de esclavos a las profundidades de la Ciudad Siniestra y dejando solo ruinas a su paso. La campaña de saqueo enriqueció considerablemente a la Kábala del Corazón Negro, y aunque los detractores de Vect pensaron que era un loco por buscar enemistarse con la máquina de guerra imperial, los ataques siguieron su curso a buen ritmo.

Vect era consciente de que el Imperio acabaría por reaccionar a las desapariciones en el Golfo de Desaderia. El Crucero de Asalto Martillo de Forja, del Capítulo de los Salamandras, estaba lo bastante cerca como para investigar, y el Hermano Capitán Phoecus le ordenó acercarse al Golfo de Desaderia. Como una manada de depredadores acechando a su presa, la flota de Vect cayó sobre el Martillo de Forja, rodeándolo antes de ser detectados y golpeándolo con toda su fuerza. Tras una escaramuza breve pero muy violenta, el Martillo de Forja fue desarbolado con bombas de disrupción y remolcado hasta Commorragh.

El furor resultante de la captura de tantos Marines Espaciales vivos, recursos preciosos para las arenas, desató todo tipo de intrigas en las torres de Commorragh. Las casas nobles no podían permitir que una Kábala ascendente retuviera un premio tan prestigioso. Vect no tardó mucho en ver su flota sometida por la armada de Lord Xelian y el Martillo de Forja "confiscado". La nave, que aún seguía inutilizada por el campo disruptor, fue arrastrada hasta la Alta Commorragh, a la fortaleza de Lord Xelian. Sin embargo, el Arconte había subestimado a los Marines Espaciales atrapados en ella. Aunque los comunicadores del Martillo de Forja estaban inoperativos, el Bibliotecario Hestion había enviado una llamada psíquica en el momento en el que los sistemas de la nave fueron desactivados. Hestion estaba actuando como baliza viviente para el resto del Capítulo; una baliza que señalaba directamente a los confines de la Alta Commorragh.

El enemigo de mi enemigo es mi arma[]

Cuando Lord Xelian envió a su corte de guerreros de élite al interior del Crucero de Asalto para llevar a los Marines Espaciales a sus cámaras de tortura, se encontró con una resistencia mucho más dura de la que había imaginado. Para los Drukhari fue relativamente sencillo penetrar el casco de la nave imperial, pero doblegar a los Marines Espaciales resultó prácticamente imposible. El Martillo de Forja era una nave de tamaño considerable y su interior estaba fortificado frente a acciones de abordaje. Los Marines Espaciales estaban en territorio familiar y luchaban con una determinación irrompible. Tras sufrir considerables pérdidas, Xelian se retiró devolviendo los derechos de saqueo a Vect. A fin de cuentas, siempre podría conseguir los Marines Espaciales más tarde, cuando la Kábala del Corazón Negro los hubiera derrotado.

Vect estaba preparado para ello y le siguió el juego, enviando a todos aquellos guerreros de su Kábala en los que no confiaba hacia el fuego de los Marines Espaciales, mientras esperaba que el Imperio respondiera. El decimoctavo día de asedio se abrieron los cielos sobre Commorragh. El Capítulo de los Salamandras había seguido la baliza psíquica de Hestion y había encontrado el portal de Desaderia misteriosamente abierto, sus guardias muertos y completamente operativo.

La furia del Imperio bramó desde el crepitante portal, directamente sobre la torre personal del Arconte Xelian. A través de la Telaraña llegaron todo tipo de naves, mostrando las insignias no sólo de los Salamandras sino también de los Grifos Aullantes y los Cráneos Plateados. El espectáculo de su descenso vertical tras aparecer de la nada dejó boquiabiertos a los commorritas. Dos docenas de navíos de combate, cada uno de ellos un impresionante ejemplo de arquitectura gótica preparada para la guerra, cruzaron el portal con la fuerza de un ariete hacia los cielos de la Ciudad Siniestra. En el centro estaba la Barcaza de Batalla Ira de Vulkan, una inmensa nave con baterías tan poderosas a ambos costados que sus disparos podían derribar ciudades enteras. Su proa ejerció de ariete, abalanzándose sobre la aguja donde Xelian se alzaba, como un martillo golpeando cristal.

Commorragh en llamas[]

Una vez que desapareció el asombro inicial, los Drukhari reaccionaron con rapidez. Las naves no tardaron en llegar, aunque cada una de ellas parecía poco más que una astilla frente a las enormes naves del Imperio. Los Bombarderos Cuervo y los Cazas Estilete descendieron en bandadas desde sus hangares sobre las naves de los Marines Espaciales. Los Cruceros de Asalto lanzaron una ensordecedora descarga de Cápsulas de Desembarco, y el aire entró en erupción debido a la ferocidad pirotécnica desatada por ambos bandos. Los transportes de tropas impactaron contra el centro del Distrito de Kraillach, vomitando cientos de Marines Espaciales listos para hacer frente a la furia de la Ciudad Siniestra.

La lucha se extendió como un fuego salvaje, y la Alta Commorragh ardió conforme los guerreros de la Casa Kraillach se enfrentaban brutalmente a los Marines Espaciales. Infernales y Guadañas cruzaban los cielos sobre los combatientes mientras que los Mandrágoras surgían de las sombras y los Azotes planeaban desde arriba. Los Incursores cargados con Brujas atravesaban las filas de los Marines Espaciales dejando caer ágiles guerreras cuyas armas se entrechocaban contra las espadas sierra de sus oponentes.

Kraillach e Yllithian lideraban este contraataque brutal, ardiendo de indignación frente a esta profanación de su reino. Kraillach se abrió paso a través de los Astartes con su arma ensangrentada. Pero su furia llegó a un abrupto final cuando un disparo desviado de una lanza oscura le desintegró. El patricio Yllithian, entretanto, se encontró liderando la carga junto a Lelith Hesperax y su Culto del Conflicto. Los Marines Espaciales se vieron obligados a retirarse debido a este asalto imparable. Sin embargo, Yllithian no pudo disfrutar del espectáculo ya que las armas plateadas de Hesperax atravesaron su torso para surgir con su negro corazón ensartado.

Aunque la batalla continuó durante muchas horas, las muertes de Xelian, Kraillach e Yllithian marcaron el fin triunfal de los planes de Asdrúbal Vect. Los pactos de regeneración no se cumplieron, ya que los restos fueron arrastrados inexplicablemente hacia las sombras de Aelindrach por Mandrágoras sibilantes. Aunque numerosos, los Marines Espaciales no podían esperar derrotar a la Ciudad Siniestra al completo. Sin embargo, tras el misterioso colapso del campo de energía que le aprisionaba, el Martillo de Forja consiguió escapar, junto con el grueso de las fuerzas invasoras. Esto, junto con la devastación de la Alta Commorragh, completó la humillación de las viejas familias nobles. Sus señores estaban muertos más allá de la recuperación, y sus fortalezas habían quedado reducidas a cenizas.

Durante la época de vacío de poder Asdrúbal Vect y su Kábala del Corazón Negro se alzaron. Evitando cualquier pretensión de inocencia, Vect se aseguró de que sus maquinaciones fueran públicas, pues quería que todos supieran que cruzarse en el camino de Asdrúbal Vect implicaba la muerte. No obstante, muy pocos saben de los tratos que Asdrúbal tenía en aquel momento con la Mascarada de la Senda Velada, ni del terrible pacto que selló con ellos tras su entronización. Uniendo por la fuerza los dispersos Reinos Satélite que se habían fundado anteriormente a la Caída, el poder de Vect siguió aumentando hasta consumir la práctica totalidad del territorio de los Drukhari. El último sub-reino que cayó fue Shaa-dom, que Vect destruyó sin la menor sombra de remordimiento, dejándolo convertido en un mero montón de ruinas.

Después del alzamiento de Vect, fechado en el 984.M35, los caprichosos Drukhari adoptaron el sistema de Kábalas con un entusiasmo nacido de la autoconservación. Al percatarse de cómo iban a ser las cosas en adelante, incluso las casas nobles supervivientes se reinventaron formando Kábalas, a pesar de que en sus corazones seguían convencidas de su superioridad innata. En cualquier caso, nadie puede negar que el sistema cabalista ha gozado de un triunfo tras otro. El poder ya no es hereditario en Commorragh: hay que luchar por él y debe tomarse por la fuerza. Los artífices del destino de la Ciudad Siniestra son quienes poseen las mentes y las espadas más afiladas y que, a causa de la precariedad de su posición, no pueden permitirse caer en la autocomplacencia.

Actualidad[]

"¿Crees que vas a morir aquí? No morirás. No te permitiré disfrutar de ese lujo. Te comportaste como un idiota vanidoso al vanagloriarte de los planes que tenías para mi muerte cuando deberías haber sabido que mis espías me contarían todo lo que decías antes de que acabaras de cerrar los labios. Puede entender y aceptar la traición y el engaño, incluso puedo llegar a perdonarlos. Pero lo que realmente me irrita son la estupidez y la incompetencia. Tu colosal vanidad y tu ego desproporcionado fueron el motivo de tu fracaso y creo que es apropiado que sean tus compañeros conscientes de ese fracaso. Te expulsaré de Commorragh, nuestra siniestra ciudad, y te enviaré al exilio, junto a las especies que son nuestras presas habituales."

Asdrúbal Vect, Señor Supremo de la Kábala del Corazón Negro

Vect es el cáncer en el corazón de Commorragh, la araña negra en el centro de la telaraña galáctica. Fue Vect quien, a lo largo de varios milenios, transformó la Ciudad Siniestra de un pequeño espaciopuerto a una metrópolis galáctica. Fue Vect quien conquistó las casas nobles y sometió a sus sub-reinos uno por uno. Y es su voluntad de hierro la que ha gobernado Commorragh desde el M34 hasta el día de hoy.

Asdrúbal Vect es simple y llanamente el Drukhari más taimado e inteligente que jamás haya existido. Su blanquísima piel no muestra ni la más mínima cicatriz, pero sus ojos negros dejan entrever tanto odio y crueldad que su alma sin duda debe estar llena de supurantes heridas. La complejidad de la mente de Vect es tal, que parece estar hecha a base de fractales, o formar parte del cristalino laberinto de Tzeentch. Su psique es como un palacio infinito donde se almacenan planes, contramedidas y conspiraciones que llevan siglos desarrollándose (aunque para alguien que ha vivido durante muchos milenios, el paso de un centenar de años sea poco más que el paso de una estación). No existe intriga que Vect no haya frustrado una docena de veces, ninguna traición que no haya visto venir de lejos y haya modificado para que se vuelva en su favor.

Y aun así, aunque nadie se atrevería a decirlo en voz alta, la presa de Vect sobre Commorragh parece estar aflojándose. Aquellos que durante mucho tiempo han permanecido ocultos en las sombras, acechando, empiezan a emerger a la luz para aprovechar su momento. Vect aplica contra sus enemigos, cada vez con más frecuencia, castigos de una naturaleza extrañamente torpe. Y su ira no se limita a la Ciudad Siniestra, sino que a medida que transcurren los años sus incursiones en el espacio real se hacen más comunes. Hay quien cree que su cuerpo, del que ha abusado hasta más allá de lo que pueda reparar ningún proceso de regeneración, empieza a dar síntomas de agotamiento. Otros opinan que sus súbditos más directos han descubierto por fin un punto débil en su hasta ahora pétrea armadura.

Las teorías abundan. La gente susurra que quizás Vect se ha cansado ya del éxito, del poder, o hasta de la vida; que está jugando contra sí mismo por simple aburrimiento, para plantearse un verdadero desafío; y también, por supuesto, que sólo está fingiendo, que todo es un plan perfectamente orquestado para hacer que sus enemigos revelen su identidad. En todo caso una cosa es segura: si Vect cae, sea cual sea la razón, la Ciudad Siniestra se verá consumida por la guerra.

Armamento[]

Asdrúbal Vect se une a las incursiones de la Kábala del Corazón Negro en el espacio real a bordo de su Plataforma de Destrucción, un Incursor especialmente modificado, y va armado con una armadura fantasma, una espiral de sombras, una pistola cristalina y granadas de plasma y de disrupción. Sus armas predilectas, no obstante, son unas esferas de avanzada tecnología espiritual conocidas como orbes de obsidiana, y el Cetro de la Ciudad Siniestra, un ornamentado cetro de mando que contiene sofisticados inductores de dolor.

Etimología[]

Asdrúbal era el nombre de dos personalidades de la antigua Cartago: Asdrúbal el Bello, yerno de Amílcar Barca y cuñado de Aníbal, que sucedió al primero al mando de los dominios cartagineses en la Península Ibérica y la gobernó desde la recién fundada Qart Hadasht (Cartagena) mediante una política de rehenes hasta su asesinato a manos de un celtíbero; y Asdrúbal Barca, hermano mediano de Aníbal, que participó en la Segunda Guerra Púnica y alcanzó el norte de Italia siguiendo los pasos de su hermano, pero murió en la Batalla del Metauro.

Miniatura[]

Fuentes[]

  • Codex: Eldars Oscuros (Ediciones 3ª, 5ª y 7ª).
  • Codex: Drukhari (9ª Edición) pg 15.
  • Codex: Arlequines (7ª Edición).
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