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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Portaestandarte Guerreros Trueno Estandarte Legion V Emperador Wikihammer

Arik Taranis fue el Portador del Estandarte del Relámpago durante las Guerras de Unificación.

Arik Taranis, también conocido como Babu Dhakal, fue uno de los primeros Guerreros Trueno, el primer grupo de soldados de ingeniería genética creados por el Emperador de la Humanidad para ayudar a vencer a los Señores Tecnobárbaros de la Vieja Tierra y reunificar el planeta natal de la humanidad bajo su gobierno después de la larga noche de la Era de los Conflictos. Una vez que la unidad se hubo logrado tras el final de las Guerras de Unificación, el Emperador pretendía lanzar su Gran Cruzada galáctica y establecer su Imperio de la Humanidad; reuniendo todos los mundos coloniales perdidos de la humanidad bajo su gobierno con la ayuda de una segunda generación de guerreros de ingeniería genética, que serían los primeros Marines Espaciales.

Los registros de historia imperial narran que Arik Taranis murió valientemente junto a todos los restantes Guerreros del Trueno en la Batalla del Monte Ararat, la batalla final de las Guerras de Unificación, donde Taranis levantó audazmente el estandarte del Emperador en el momento en que la Unidad de Terra se logró finalmente, antes de morir. Pero la verdad era muy diferente. Arik Taranis sobrevivió a esa batalla, pero sólo para enfrentarse a una terrible traición por parte del propio Emperador y tener que guardar consigo ese oscuro secreto durante siglos; hasta que jugó un extraordinario papel por segunda vez en la historia del Imperio, durante la Herejía de Horus.

Historia

Su nombre mortal no está registrado en los archivos históricos imperiales, pero cuando volvió a nacer en la nueva forma de uno de los primeros proto-Astartes, fue nombrado Arik Taranis. El Emperador había hecho a estos guerreros genéticamente mejorados para ser más rápidos, más fuertes y más poderosos que cualquiera de los salvajes geno-guerreros Tecnobárbaros que habían pretendido dominar el mundo natal de la Humanidad al final de la Era de los Conflictos. Taranis y sus Hermanos de Batalla fueron creados como instrumentos de eficacia mortal, destinados a sembrar el terror entre los enemigos del Emperador y servir como máquinas de matar perfectas. Su objetivo era arrastrar Terra fuera de la anarquía en la que había caído durante más de cinco milenios, y empujarla a una nueva era de iluminación y paz, aunque ellos mismos nunca conocieron otra cosa que la guerra.

Fue contra este trasfondo de opresión, violencia y brutalidad gratuita que Arik Taranis y sus compañeros Guerreros Trueno se labraron una reputación como los soldados invencibles de su era. Arik Taranis forjaría una leyenda que todavía resonaría en los modernos Marines Espaciales creados como sustitutos de los Guerreros Trueno antes del inicio de la Gran Cruzada. Incluso milenios después, los registros imperiales estaban sembrados de las batallas históricas que Arik Taranis había ayudado a ganar, los terribles enemigos que había asesinado y los grandes honores que había ganado luchando en las legiones del Emperador durante las Guerras de Unificación. Se convertiría en historia viva: El Vencedor de Gaduaré, el Último Jinete, el Carnicero de Scandia, el Asesino de Tronos... Estos y cientos de otros honores de batalla ganados por este incomparable guerrero se encuentran dispersos en los textos históricos escritos sobre la fundación del Imperio. Todos estos relatos culminaron en el final de la vida de Taranis sobre una montaña una vez sumergida, durante el gran choque final de las Guerras de Unificación, la Batalla del Monte Ararat; librada en el Reino de Urartu.

Taranis recibió póstumamente el título de "Portador del Relámpago" tras lo sucedido en el Monte Ararat. Las crónicas imperiales cuentan que Taranis y sus Hermanos de Batalla, junto a los restantes Guerreros Trueno, cayeron en esta batalla final del gran conflicto; sacrificándose para ganar la última y más importante victoria para el Emperador y estableciendo su gobierno sobre Terra, que acabaría convirtiéndose en el Imperio del Hombre. Las crónicas imperiales registran que Taranis murió, sucumbiendo a sus numerosas heridas mortales, una vez que cumplió con el honor de elevar el Estandarte del Relámpago del Emperador en la declaración final de Unidad para el mundo natal de la Humanidad.

La verdad, sin embargo, era muy diferente y mucho más oscura; pues Arik Taranis había sobrevivido en realidad a la Batalla del Monte Ararat, y también sabía que en el instante en que el Emperador había fundado su Imperio, también había dispuesto la traición a los hombres que habían luchado tan ferozmente por él, eliminando hasta al último de los supervivientes de los Guerreros Trueno porque ya no eran necesarios y serían un impedimento para la siguiente etapa en los planes del Emperador de forjar una nueva Edad de Oro de la Humanidad. Sorprendentemente, Taranis no guardaba rencor hacia su creador por esta monstruosa y secreta traición, porque él entendía mejor que nadie que los Guerreros Trueno nunca habían sido más que un medio para conseguir un fin. Él y todos los suyos habían sido dejados de lado por el Emperador en favor del modelo genético más avanzado de los Marines Espaciales. Arik Taranis fue uno de sólo un pequeño número de Guerreros Trueno que lograron escapar de la purga final de su género tras el Monte Ararat a manos de la Legio Custodes.

Taranis logró esconderse entre las grandes multitudes de la Humanidad de Terra durante más de un siglo tras el final de las Guerras de Unificación, evitando su antiguo nombre y asumiendo una nueva identidad. Se convirtió en el despreciable señor de la guerra criminal Babu Dhakal, jefe de la banda Dhakal, el amo de la mayor parte las empresas criminales de la Ciudad de los Suplicantes, como las dedicadas a la prostitución, el juego y el contrabando de alimentos, drogas y armas. Nada se movía dentro de la ciudad sin la aprobación del Babu. Durante el siglo que pasó huyendo de las autoridades imperiales, Taranis descubrió el fallo inherente que se encontraba en la estructura genética de cada Guerrero Trueno, pues su esperanza de vida había sido diseñada para ser extremadamente limitada, a diferencia de los verdaderos Astartes que vinieron después de ellos y que vivirían durante cientos del años terranos. Sin el conocimiento de nadie de fuera de la Ciudad de los Suplicantes, Taranis mantuvo un laboratorio de genética bien equipado en el centro de la ciudad. El hecho de que existiera un laboratorio tan avanzado en Terra no era sorprendente, pero que se encontrara en el corazón de una ciudad de almas perdidas era poco menos que un milagro, parecido a buscar una nave espacial en pleno funcionamiento enterrada en las ruinas de la antigua prehistoria de la Vieja Tierra. Afortunadamente para Taranis, había aprendido tanto como pudo de su creador en los años de las Guerras de Unificación y había llegado a dominar gran parte del saber del Emperador de la antigua ciencia de la genética. Desgraciadamente, Taranis no poseía conocimientos suficientes como para poner fin a su deterioro celular, sólo los suficientes como para aferrarse desesperadamente a la vida el tiempo suficiente como para que su suerte cambiara definitivamente, durante los primeros días de la Herejía de Horus.

Los Muertos Exiliados

Finalmente el destino quiso poner a Taranis en el camino de los traidores conocidos como los Muertos Exiliados. Este pequeño grupo de guerreros Astartes se componía de los restos de la Hueste Cruzada, una pequeña Guardia de Honor de Marines Espaciales compuesta por representantes de cada una de las 18 Legiones Astartes, que servía de forma rotativa dentro de la Ciudad Imperial exterior al Palacio Imperial de Terra. Estos Astartes fueron considerados traidores por las acciones de sus Legiones, a media Galaxia de distancia, durante los primeros días de la Herejía de Horus; cuando éstas se unieron a la rebelión del Señor de la Guerra Horus contra el Emperador. Fueron perseguidos y finalmente capturados por las fuerzas imperiales y encarcelados por la Legio Custodes en Khangba Marwu. Ubicado bajo el montañoso pico de Rakaposhi, Khangba Marwu era donde los individuos considerados hostiles al Emperador eran aislados del mundo exterior. Excavado en la roca de la montaña, con sus paredes de piedra caliza revestidas con placas de adamantio, un material resistente a casi todos los tipos de armamento y sordo a las súplicas de inocencia que resonaban en sus celdas. Pero los siete guerreros no eran presos comunes, ellos se consideraban una hermandad diferente compuesta por Astartes de las diversas Legiones Traidoras, incluyendo un Astartes de los Mil Hijos, tres Devoradores de Mundos, un miembro de los Hijos del Emperador, un Guardia de la Muerte y un Lobo Lunar.

Taranis se encontró con los Muertos Exiliados en el Templo de la Aflicción, ubicado dentro de los barrios pobres de Ciudad de los Solicitantes. Allí, los Muertos Exiliados fueron arrinconados por un equipo de cazadores imperiales que los habían seguido desde que escaparon de la prisión. Durante la siguiente lucha con las fuerzas imperiales la mayoría de los Astartes de los Muertos Exiliados murieron. Pero Taranis y su lugarteniente en la pandilla Dhakal, Ghota, otro Guerrero Trueno que había sido creado por el propio Arik, se aprovecharon de esta distracción y lograron escapar durante el desconcierto resultante. De alguna manera, Taranis logró obtener las glándulas progenoides de uno de los Astartes caídos. Estos órganos contenían la clave esencial que proporcionaría a Taranis los medios para desentrañar los secretos genéticos que permitieran a los Guerreros Trueno supervivientes extender sus vidas. En el corazón de la ciudad de los solicitantes Taranis experimentó con sus muestras dentro de su laboratorio secreto. Usando instrumentos genéticos logró extraer la información necesaria encriptada en los cigotos de órganos astartes del interior de la glándula, y cadenas de aminoácidos increíblemente complejas fueron decodificadas. Taranis desentrañó las complejidades de este milagro biológico, y se las arregló para replicar el proceso de su creación y clonar un nuevo conjunto de glándulas progenoides a partir de la muestra original. Se cree que Taranis implantó los nuevos órganos dentro de su cuerpo y del de su lugarteniente. Su paradero después de la Herejía de Horus sigue siendo desconocido.

Fuentes

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

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