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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Los Señores del Averno son una Legión Traidora de Marines Espaciales del Caos que habitan en el Ojo del Terror.

Son la II Legión creada por el Emperador. Justo antes de la Herejía de Horus fueron enviados a una misión secreta junto con la XI Legión, los Caballeros Estelares. Durante aquella misión revelaron su traición al Emperador y tras realizar varias matanzas en nombre de los Dioses del Caos se establecieron en el Ojo del Terror.

Su Primarca es Némesis y su planeta natal, Tártaro.

Infancia del primarca[]

El primarca aterrizó en la superficie de Tártaro al igual que sus otros hemanos aterrizaron en los otros planetas. La zona de aterrizaje del primarca fue en el inteior del mayor volcán del planeta, el Vorgasus, que traducido a la lengua local significaba ´´Señor de la Destrucción``. Rápidamente una patrulla dirigida por uno de los señores de la guerra del planeta se acercó a ver lo ocurrido. El señor de la guerra vio a un recién nacido salir gateando de las llamas por lo que lo adoptó, poniéndole el nombre de Némesis.

Pronto Némesis se convirtió en el lugarteniente de mayor prestigio de su padre llegando a matar a varios de sus rivales en combate singular por lo que la estigma de su padre adoptivo aumentó y los demás señores de la guerra comenzaron a temerle. El primerca siguió derrotando a más señores de la guerra y aumentó los territorios bajo el dominio de su padre adoptivo.

Una noche su padre se reunió con el resto de generales para discutir si matar a Némesis o no. Según ellos, se estaba volviendo demasiado poderoso cualquier día podía acabar con el señor de la guerra para poseer él el título. Para matarlo decidieron llevarlo a Vorgasus y arrojarlo al interior ya que pensaban que Némesis, o el Hijo de la Destrucción perecería del mismo modo que había aparecido.

A los pocos días, el señor de la guerra habló con su hijo y le propuso ir al volcán para realizar una ceremonia ritual. Para aquella ceremonia, Némesis se debía situar en el extremo de un risco que daba hacia la lava. Cuando estaba arrodillado mientras le pintaban unos símbolos tribales, su padre adoptivo de una fuerte patada lo arrojó a la lava. En su caída al interior del volcán, Némesis vio como su padre se reía de él mientras abandonaba el volcán.

Némesis consiguió agarrarse a un saliente aunque le saltaron varios pegotes de lava. Quemado, y dolorido por la traición, Némesis escaló por la pared del volcán y cuando consiguió salir juró vengarse de su padre y llevar la destrucción a todo el planeta.

La noche siguiente Némesis se escabulló en el castillo de su padre y cuando este estaba a punto de acostarse lo ahogó. Tras el asesinato del señor de la guerra se dirigió a acabar con sus generales más importantes uno a uno. Por la mañana, Némesis se presentó en el campamento de los soldados portando la cabeza de su padre y de los generales. Ahora él era el señor de la guerra y con un encendido discurso condujo a los soldados por todo el planeta acabando con los señores de la guerra restantes.

Cuando poseyó el control completo del planeta mandó construir un gran castillo donde dirigiría el planeta con puño de hierro. Némesis pasó varios años como señor absoluto del planeta, fue una época relativamente buena para los habitantes de Tártaro, por un lado, al estar gobernador por una única persona no se producían enfrentamientos entre distintas ciudades por lo que el número de víctamas a causa de la guerra disminuyó. Por otro lado, Némesis era una persona profundamente egoísta y dejaba que muchos pueblos pasasen precariedades, para poder satisfacer él sus propios caprichos. Un día que Némesis salió de cacería, se adentró en una cueva ya que se desató una fuerte tormeta. Cuando se encontraban dentro Némesis decidió ir a explorar las profundidades de aquella cueva porque sentía que ´´unas voces`` lo llamaban. Sus generales le advirtieron de que no fuese ya que aquella cueva estaba maldita desde hacía milenios y querían salir de allí cuanto antes. Némesis no escuhó lo que le decían y se adentró, pasaron varias horas y la tormenta amainó pero Némesis seguía sin regresar.

Pasaron varias semanas y no había regresado. Los generales comenzaron a creer que los espíritus le habían matado por su atrevimiento. Al mes y medio de la desaparición de Némesis, cuando sus generales discutían en el castillo del señor de Tártaro cual le sucedería, apareció Némesis, pintarrajeado con unos símbolos extraños por todo el cuerpo. Lo que les dijo al verles fue esto: ´´Ellos`` me han mostrado cosas que vuestros ojos nunca llegarán a ver. ´´Ellos`` me han mostrado la esencia del universo. ´´Ellos`` me han mostrado todo mi poder.

Némesis movilizó a todo el planeta y ordenó construir una gargantuesca fortaleza según unos planos que había ideado durante su desaparición. A los pocos días ya se estaba construyendo la fortaleza justo donde Némesis había desaparecido meses antes.

Encuentro con el Emperador[]

Pasaron algunos años y la construcción de la fortaleza continuó en marcha. Cuando llegaron más o menos a la mitad, Némesis ordenó a los arquitectos que era la hora de construir sus estancias personales concretamente en el centro de la fortaleza.

Un día, mientas Némesis meditaba en su trono, Elanin, su copero y más ferviente seguidor se acercó a él y le dijo que unos encapuchados solicitaban una audiencia privada. También le dijo que decían que venían de otro planeta. Némesis accedió, y les concedió un encuentro privado en uno de sus salones en la fortaleza. Eran dos encapuchados, con una toga gris que les cubría todo el cuerpo. Estos les dijeron a Némesis que se preparase, que su ´´Padre`` estaba a punto de llegar. Némesis extrañado les dijo que él no tenía padre y que según había oído, ellos eran de otro planeta. Los encapuchados le respondieron que aquello era verdad, venían de la Sagrada Terra, el planeta origen de su civiliazación. Antes de abandonar la sala, los encapuchados le dijeron que faltaba una semana exacta para que su ´´Padre`` llegase.

Némesis comunicó esta noticia a todos sus generales y todo el planeta se preparó para la llegada del que venía de la Sagrada Terra. A los siete días exactos, una gran flota descendió a Tártaro. Némesis contó el número de fortalezas volantes y contó más de 250. La primera que se posó en tierra era una lanzadera parecida a la que usaba él para moverse por el planeta. Era de color dorado y estaba decorada con bellos y complejos adornos. Aunque parecía que aquella lanzadera era de un emisario, el primarca se percató rápidamente de que era de un líder y además muy importante ya que descubrió mortíferas armas escondidas por todo el fuselaje de la lanzadera. La puerta se abrió. Del vapor emergieron una treintena de individuos con armaduras doradas y altos cascos con plumas rojas. Todos portaban mortíferas lanzas con armas de fuego en su parte superior. Cuando todos terminaron de desembarcar, formaron un pasillo con sus lanzas. A los pocos istantes, Némesis distinguió la figura de un enorme guerrero con un porte regio e imponente. Cuando salió a la luz, Némesis se quedó maravillado y corrió a abrazar a aquel magnífico guerrero, para él era como si ya lo hubiese visto, hace muchos años. El Emperador también se acercó y padre e hijo se fundieron en un abrazo. Tras esto, Némesis llevó al Emperador hasta su fortaleza donde este le puso a punto de la Gran Cruzada que estaba realzando por la Galaxia. También le habló de sus hermanos primarcas y de como ellos eran sus generales. Por último le habló de los Marines Espaciales y de como tenían una legión para comandar esperando en la órbita. Némesis le pidió que antes de esto le acompañase a sus estancias personales donde le enseñaría su mayor y preciado secreto. Cuando llegaron el Némesis enseñó al Emperador un mural donde una antigua civilización había pintado múltiples iconos de todos los dioses del Caos. El Emperador comprendió que estaban intentando corromperle y con un rápido chequeo que realizó al alma de su hijo, vio que todavía había esperanzas. Con un rápido movimiento, mientras Némesis le contaba a su padre las maravillas que ´´Ellos`` le habían mostrado, el Emperador golpeó a Némesis en el pecho, haciéndole caer de rodillas. Depués le puso la mano en la cabeza e invocando las palabras de un antiguo ritual, hizo que olvidase todo lo que había descubiertos de los dioses del Caos y todas las experiencias que había tenido con ellos.

Tras despertar, Némesis acompañó al Emperador a la superficie y cuando se encontró con los Adeptus Custodes les ordenó destruir el mural hasta que solo quedase polvo. Luego presentó al primarca a su legión a la que Némesis denominó Señores del Averno. Esto era lo único que lograba recordar de su encuentro con los dioses del Caos. Luego comenzó la reclutación de la población de Tártaro y a las pocas semanas, el Emperador y Némesis partieron a Terra.

En la capital del Imperio, Némesis conoció a su hermano Angron, respetándose y reconocéndose aunque Némesis vio que su hermano era demasiado bárbaro y sanguinario y no poseía la suficiente sutileza e inteligencia que él poseía. Los Devoradores de Mundos partieron de Terra y al poco tiempo llegaron los Amos de la Noche. Némesis y Konrad Curze también se hicieron ''amigos'' al poco de conocerse. A diferencia que con Angron, a Némesis le gustó más el ´´Acechante Nocturno`` ya que sus tácticas de terror le impresionaron de sobremanera. Además el secretismo y sutileza del primarca, hizo que Némesis le tuviese en más estima que a Angron.

Gran Cruzada[]

El Emperador le dijo a Némesis que era hora de partir a conquistar la Galaxia en su nombre y su primer objetivo era conquistar un sistema estelar de poblado por humanos que no aceptaban las leyes imperiales, pero no lucharía solo. Su hermano Horus, el mayor de todos los primarcas. Los Señores del Averno por lo que habían oído hablar de los Lobos Lunares lo consideraron todo un honor y partieron al instante. A las pocas semanas, los Señores del Averno llegaron al sistema y los dos hermanos se reunieron en el Espíritu Vengativo. En cuanto Némesis vio a Horus se quedó fascinado de la personalidad y carisma de su hermano. Durante los primeros combates, Némesis también pudo contemplar las brillantes estrategias de su hermano llegando a igualarle con el Emperador. El primarca pensó que Horus también debía llevarse una buena impresión de él. Para ello, habló con todos sus capitanes para que mostrasen a los Lobos Lunares que ellos también eran una de las mejores legiones, y así fue. Horus se quedó maravillado de la manera de combatir de los Señores del Averno y sus estrategias de conquista, ya usadas durante el dominio de Némesis en Tártaro. Horus también combatió codo con codo con su hermano y también pudo comprobar que Némesis era uno de los mejores primarcas con un estilo de lucha despiadado e inmisericorde. Al final de la campaña, Horus regaló a Némesis un enorme martillo cromado cuya cabeza tenía forma de un horrible monstruo. Este arma forjó un lazo entre Horus y Némesis que nunca llegaría a romperse. Némesis puso a su martillo ´´Lucifer``.

Tras la campaña, los Señores del Averno partieron del planeta y se dedicaron a conquistar planeas en nombre del Emperador.

La flota asignada a los Señores del Averno fue la 413 Flota Expedicionaria cuyo comandante se llamaba Edward Teach y los rumores decían que era uno de los más crueles que se encontraban en la Galaxia. Como fuerza de combate del Ejército Imperial, los Hijos de Aníbal, un antiguo héroe del Cónclave Norafrikano.

La Flota también transportaba a la Legio Volcanus, en honor a la infancia del Primarca.

Aspecto físico del primarca[]

Némesis era un primarca fornido como Leman Russ u Horus. Al principio de la Gran Cruzada, Némesis se cortó el pelo para asemejarse a su hermano Horus, aunque más adelante se lo dejó crecer teniendo una fina capa de cabello negro. Su rostro era anguloso y fuerte, sus ojos eran negros como el carbón con pequeñas líneas naranjas dentro de su pupila. Tenía los músculos muy desarrollados facilitando el manejo de su martillo.

De carácter era bastante reservado, no le gustaba expresar sus sentimientos para que los demás no viesen sus debilidades. También era muy exigente ya que pretendía que sus subordinados le obedeciesen a la primera, por su propio bien. Solo con sus hermanos más cercanos, era por así decirlo amable y simpático. Cuando conquistaba un nuevo planeta, si este no aceptaba al Imperio a la primera, Némesis los sometía a la fuerza y si continuaban luchando, destruía al planeta por completo. El Emperador recriminó a Némesis varias veces por ello ya que no permitía perder un planeta por capricho de alguno de sus hijos.

Señores del Averno durante la Gran Cruzada[]

Los Señores del Averno fueron pertrechados con servoarmaduras mk.II y mk.III así como munición, equipo, armamento y vehículos.

Estructura de la legión:[]

La estructura dictaminada por el primarca era:

Primarca: Némesis

Capitanes:

1. Capitán: Elenin. Esta era la compañía de los veteranos y losexterminadores. Durante la conquista de Tártaro,

Señordelaverno1

Marine táctico, 7ª compañía.

Elenin fue el copero y más ferviente seguidor que Némesis tenía, cumpliendo cualquier orden que le encomendase. Debido a su juventud, cuando el Emperador llegó al planeta fue convertido en marine y ascendiendo hasta convertirse en ''Primer Capitán''.Cumple las funciones de palafrenero de Némesis.

2. Capitán: Ison.

3. Capitán: Swift.

4. Capitán: Tuttle.

5. Capitán: Catalin.

6. Capitán: Biela.

7. Capitán: Tempel.

8. Capitán: Mrkos.

9. Capitán:Shoemaker.

10. Capitán: Apophis.

11. Capitán: Halley.

12. Capitán: Luxell.

Señordelaverno2

Sargento táctico, 10ª compañía.

13. Capitán: Borelly.

La Flota donde viajaba la legión estaba compuesta por las propias naves de la legión, así como algunas del Ejército Imperial. Cada compañía tenía su propia nave, capaz de alojar a toda la compañía entera, así como los vehículos, las aeronaves y las cápsulas de desembarco. En cada una había varias salas de entrenamiento para los marines tanto de tiro como de combate cuerpo a cuerpo. En todas se podían alojar otros astartes que estuvisen de visita. Los astartes de los Señores del Averno dormían en barracones dentro de las naves, excepto los oficiales y algunos veteranos que tenían estancia propia. Cada una de las naves estaba conectada en todo momento con la nave principal, Leviatán.

Los Señores del Averno tenían 3 naves principales:

Leviatán: su capitán era Humason. Era la nave insignia de Némesis durante la Gran Cruzada. De tamaño gigantesto, fue construida en uno de los astilleros de Júpiter como regalo del Emperador. Aquí Némesis tenía su santasactorum personal, donde recibía las visitas de los otros primarcas o altos cargos del Imperio. La nave se usaba también para el transporte de los titanes más

Señordelacerno3

Sargento veterano, 9ª compañía.

grandes de la Legio Volcanus y algunos de los tanques superpesados de los Hijos de Aníbal. También contaba con alojamiento para los casi la mitad de astartes de los Señores del Averno. Allí residían los rememoradores y los miembros más importantes del Administratum, Adeptus Mechanicus que viajaban con la Legión así como los oficiales de los Hijos de Anibal. También contaba con salas de entrnamiento para los astartes. Los primarcas invitados y su embajada residían allí. Era la nave mejor armada de toda la flota, contando con numerosos cañones y baterías de todo tipo. Leviatán era capaz de aniquilar a toda una flota enemiga sin ayuda del resto de naves y sin apenas sufrir daños. En la proa llevaba incorporados una batería de lanzas de energía modificada para que fuese mucho más destructiva siendo esta la perdición de muchas naves enemigas. Otro de los aspectos en los que destacaba la nave era en su increble sistema de escudos de vacío que le hacía resistir una gran cantidad de impactos sin sufrir daños en el fuselaje.


Behemot: su capitán era Hyakutake. Era la 2ª nave más grande de los Señores del Averno durante la Gran Cruzada. Su función era ser la nave de mando si la legión debía dividirse en dos, siendo Leviatán la otra. La nave contaba con casi las mismas funciones de hospedaje que Leviatán, aunque en menor cantidad, ya que era de

Señordelaverno4

Veterano, 1ª compañía.

menor tamaño. La nave poseía un sistema de armas bastante fuerte pero en lo que más destacaba era su defensa y resisencia. Su sistema de escudo de vacío eran similares a las de Leviatán, pero su fuselaje era mucho mayor, debido a esto la velocidad de esta nave era mucho más reducida que las de la otras de la Flota, pero se usaba para atraer el grueso de disparos de la Flota enemiga ya que aun perdidos los escudos de vacío era capaz de resistir muchos impactos hasta que se empezasen a notar daños graves.

Ziz: su capitán era Kohoutek. Era la 3ª nave más grande de la Flota. De las tres era la más maniobrable y rápida, a pesar de su gran tamaño. Se usaba como embajada de los Señores del Averno cuando Leviatán o Behemot, no podían llegar a tiempo al punto de reunión. No poseía un poder armamentístico tan poderoso como las otras dos naves, aunque comparado con el resto de naves de la Flota, si era impresionante. Su función era transportar a los máximo astartes posibles, llegando a 6 compañías completas.

Encuentro con Sol[]

El Emperador contactó con Némesis mientras los Señores del Averno se encontraban lucgando contra los Orkos en un sistema espacial vital para el Imperio. El Emperador le dijo a su hijo que purgase el sistema de todos los pielesverdes y que esperara allí, ya que él llegase. Némesis así lo hizo y durante todo un mes, eliminó a los orkos que habían osado atacar ese sistema. Cuando el Emperador llegó, le dijo a su hijo que ambos se dirigirían a otro sistema que un hermano suyo estaba conquistando. Por lo que le dijo el Emperador a Némesis, aquel sistema estaba habitado por humanos que se negaban a aceptar la Verdad Imperial. La legión de su hermano, los Caballeros Estelares habían conquisado todos los planetas, sitiando el planeta capital hasta su llegada.

Cuando llegaron al sistema, se acordó que la reunión se realizaría en el Dragón, la nave insignia de su hermano. Cuando la Stormbird se estaba acercando, Némesis vio que se trataba de una nave magnífica, debido a sus grandes cristaleras e inmaculado color. Lo que más llamó su atención fue la proa de la nave que en vez de acabar en flecha, tenía una gran cabeza de dragón. Por dentro la nave también resultó ser magnífica, enormes galerías de estatuas en honor a su Padre, los Caballeros Estelares y sus hermanos primarcas. Cuando llegaron a la sala donde su hermano estaba esperando su Padre entró primero y abrazó efusivamente a su hermano, después entró Némesis. El Emperador presentó a ambos primarcas y Némesis al conocer a su hermano sintió algo especial, incluso más que cuando conoció a Horus.

En el asalto final, el Emperador vio como los dos hermanos se cordinaron a la perfección incluso conociéndose desde hacía poco tiempo. Los dos primarcas acabaron con los 100 guardias personales del emperador del sistema, acabando su padre con este último. Tras la pacificación del último planeta, el Emperador volvió a Terra y los dos hermanos se despidieron para seguir conquistando planetas en nombre de su Padre.

Durante la Gran Cruzada, los Señores del Averno lucharon junto con el resto de legiones. Némesis era un primarca muy reservado que hacía que sus demás hermanos no se acercasen mucho a él. Únicamente Horus y Konrad Curze eran sus dos hermanos con los que se llevaba realmente bien, además de Sol. Más adelante estrechó relaciones con Fulgrim, Magnus el Rojo y Ferrus Manus. Némesis apenas trataba con sus demás hermanos excepto los citados anteriormente y solo hablaba con ellos cuando era necesario. Los primarcas que más detestaba eran Roboute Guilliman y Rogal Dorn, a los que consideraba buenos estrategas pero el primero era demasiado teórico, confiando siempre en sus hombres y en estrategias previamente diseñadas a la perfección y el segundo demasiado estricto, dando apenas libertad a sus hombres a la hora de la batalla. Otro primarca al que considero parecido a él fue Lion El'Jonson, ya que ambos eran reservados de carácter. Esto hizo que si llegasen a luchar juntos en numerosas ocasiones aunque nunca llegó a considelarlo un amigo de verdad como Sol u Horus. El León era otro de los grandes estrategas casi al mismo nivel que su hermano Horus, pero la falta de confianza hasta en sus propios hombres, disgustó a Némesis, ya que pensaba que un líder no debía mostrar sus sentimientos para no enseñar sus debilidades pero la paranoia y neurosis de su hermano hacía que algunos de sus generales no confiasen en él. En cambio Némesis, si confiaba en sus líderes lo que les daba mayor autonomía a la hora de la batalla, aunque tampoco permitía que todo el liderazgo lo tuvieran sus capitanes.

La misteriosa desaparición de la Legión[]

En algún momento de la Gran Cruzada, el Emperador llamó a Sol y a Némesis para que se reunieran con él en sus estancias más privadas en Terra. Cuando estuvieron los tres a solas, el Emperador hizo una petición que cambiaría el destino de ambas legiones. El Emperador estaba llevando a cabo un proyecto secreto y necesitaba una ´´partícula de energía pura`` que se originó con la formación de la Galaxia. Tras décadas de investigación y meditación había percibido la partícula en el Halo de Estrellas que rodeaba a la Vía Láctea. El mismo tras meditarlo había decidido que los Señores del Averno y los Caballeros Estelares, serían los encargados de ir a buscarla pero tenían que pagar un alto precio. Las 2 legiones serían borradas de todos los regitros imperiales y perderían el honor de ser una legión. Ambos primarcas aceptaron porque ante todo, cumplir el sueño de su padre y de la Humanidad era lo primero.

El Emperador mandó llamar al resto de primcarcas a Terra. Allí los volvió a llevar a una sala y comunicó a todos los primarcas que Sol y Némesis había atentado contra él con el objetivo de conquistar la Galaxia para ellos solos. Por lo tanto serían condenados a muerte y las legiones serían disueltas. La gran mayoría de primarcas intentaron detener al Emperador, alegando que aquella clase de traición no era posible. Todos excepto Perturabo y  Angron intentaron convencer al Emperador de que aquello no podía ser verdad. El mismísimo Horus, se acercó a su padre y le dijo que era imposible que ningún primarca le traicionase. Primarca a primarca, el Emperador fue diciéndoles que no cambiaría de parecer y que deberían aceptar el destino de sus hermanos. También les pidió que no volviesen a mencionar el tema ya que había sido una decisión muy cruel. Al final, todos los primarcas se despidieron de Sol y Némesis. Cuando todos habían abandonado la sala, Lorgar se acercó a Némesis y le dijo que lo sabía todo y que le mantuviese informado durante toda la travesía. Tras esto le tocó la frente con el dedo índice. Cuando la puerta se cerró tras él, Némesis solo tenía un fuerte dolor de cabeza y la imagen de una pared que recordaba con unos extraños símbolos.

Desarrollo de la misión[]

Además de dirigirse hacia el misterioso planeta donde se encontraba la ´´Partícula``, el Emperador encomendó a las dos legiones que conquistasen algunos de los planetas que habían en su camino. Esto fue tarea fácil para Sol y Némesis que con su sincronización sometieron a los planetas de los xenos en poco tiempo, para poder continuar con su camino.

Pero algo cambió en Némesis durante el trayecto. En sus sueños, comenzaron a aparecer unos símbolos que recordaba familiares y unas oscuras voces que le susurraban que diese la espalda a su padre y que se uniese a ellos. Al principio Némesis quedó extrañado y recurrió a Lorgar como le dijeron. Su hermano le mostró al Caos, la fuerza primordial del Universo e infinitamente más poderosos al Emperador. Durante todos los meses de la travesía, Lorgar fue envenenando a su hermano

Llegada al halo de estrellas[]

Al poco tiempo de haber estallado la Herejía de Horus, las dos legiones llegaron al halo de estrellas que rodea la Vía Láctea. Cuando situaron las flotas orbitando alrededor del planeta, donde el Emperador les había dicho que estaba la partícula, Sol y Némesis decidieron enviar primero una embajada para establecer un contacto inicial y obtener la partícula de la manera menos violenta posible. Los primarcas bajaron a la superficie del planeta después de varios días y su asombro llegó cuando les contaron que llevaban mucho tiempo esperándoles. Se presentaron como los Sag-Giga y eran una de las razas más antiguas de la galaxia. 

Los Sag-Giga eran similares a los humanos pero con la piel mucho más oscura y bastante más bajos. Sol y Némesis les contaron cual era su misión y el motivo por el que había viajado hasta tan lejos. Los alienígenas accedieron a darles las partículas pero antes debían pasar una serie de pruebas para demostrar que eran dignos y puros de poseer la partícula.

Sol fue el primero de los dos hermanos en bajar a la superficie del planeta y a los 7 días regresó, diciéndole a Némesis que había superado toda las pruebas y que avisaría al Emperador del éxito de la misión. Una vez en el planeta, Némesis fue conducido a un gran templo donde tuvo que realizar varias pruebas de chequos psíquicos, mentales y físicos, que superó con facilidad. La última y la más complicada, requería que el sujete mostrara toda su alma y se demostrara puro. En un principio, Némesis logró esconder su reciente unión al Caos, pero al final, los más poderosos sabios de los Sig-Gaga descubrieron la influencia del Caos en el primarca. Rápidamente, enviaron a una hueste de soldados de élite para asesinarlo pues lo consideraron un peligro que debía ser eliminado. Sin embargo, Némesis consiguió sobrevivir al primer envite, asesinando a toda la hueste mientras se abría paso hasta su stormbird. Cuando regresó al Leviatán, mintió a Sol argumentando que los xenos los habían traicionado e intentado asesinarle sin ningún motivo y debían ser destruidos. 

El asalto al templo[]

Las dos legiones se lanzaron descendieron y desembarcaron las tropas y rápidamente cercaron el gran templo donde los alienígenas tenían guardada la partícula.

En los primeros combates, Némesis fue el que tomó la iniciativa, siendo sus tropas las que entraron primeras en el templo pues los Caballeros Estelares se mostraban reacios a luchar contra una cultura que se había mostrado tan respetuosa. Aprovechando esto, Némesis consolidó muy bien la posición, casi asegurándose que sería él quien obtuviese la partícula. Sin embargo, sus planes ya no eran llevársela al Emperador. Había contactado recientemente con Horus, al que había jurado absoluta lealtad, prometiéndole que le llevaría la partícula a él para que pudiese acabar con el plan del Emperador y para otorgar al Señor de la Guerra el máximo poder. También le juró acabar con su hermano y toda su legión si era necesario.

Cuando accedieron a los niveles inferiores del emplo, descubrieron que este era gigantesco y se extendía muchísimos kilómetros bajo la superficie. Pese a la ventaja obtenida por Némesis, Sol descubrió un atajo y llegaron antes a la cámara donde se guaraba la preciada partícula. Némesis contempló con ira como su hermano se encontraba a 500 metros del valioso objeto. De súbito, una perersa idea se le vino a la cabeza que le serviría para detener a su hermano y minar la moral de los Caballeros Estelares. Némeis le arrancó de los brazos un potente cañón a un Sig-Giga que tenía cercaq u abrió fuego contra Toliman, Comandante General de los Caballeros Estelares y hombre de mayor confianza de Sol. Con una sonrisa en el rostro, vio como Toliman caía al suelo y mientras una gran cantidad de sangre le caía al borbotones por todo el cuerpo y a Sol intentándo sin éxito detener la hemorragia, lo que le dio a Némesis un valioso tiempo para avanzar y adelantar a su hermano. Pero algo ocurrió que Némesis no se había imaginado pues creía conocer a la perfección a su hermano. En vez de llorar y cesar su ataque por la pérdida de un amigo, Sol se levantó enfurecido y cargó contra los xenos, siendo el primero en llegar frente a la partícula.

Una vez conseguido el objeto, las fuerzas volvieron a sus naves y partieron rumbo a Terra, no sin antes detenerse en Lumen, planeta natal de los Caballeros Estelares, para enterrar a Toliman y abastecerse de suministros. Némesis aprovechó todo el viaje para pensar una venganza contra Sol y como arrebatarle la partícula.

La Batalla de Camuck VII[]

Durante la estancia en Lumen, y el posterior traslado a Terra, Némesis contactó con Horus para comunicarle como iba a conseguir la partícula. Le pidió que le enviara una flota prescindible para que se trabara en combate con ellos y poder atacar a los Caballeros Estelares cuando no se lo esperasen.

El día esperado, una flota con los colores del Señor de la Guerra, emergió de la disformidad y comenzó el ataque contra las dos legiones. Los Señores del Averno se quedaron rezagados, con el pretexto de que su flota era más resistente y para dar tiempo a los Caballeros Estelares para escapar. Pero como Némesis había previsto, el espíritu noble de su hermano hizo que el grueso de la flota se quedase cerca para dar apoyo y envió a la restante, capitaneada por el Argos, la tercera nave de la flota, a que se entablase en combate directo. La última nave que salió del empíreo fue un gran crucero de combate. Por fuera, parecía que la nave iba armada con un arsenal de armas muy peligroso pero en realidad, la nave estaba apenas tripulada por lo que sirvió de señuelo perfecto. Némesis permitió que la pequeña fuerza de los Caballeros Estelares tuviese el ´´honor`` de torpedearla, para así poder separarla de la flota principal. 

Durante todo el combate, Némesis no había contactado con Sol y cuando sus naves se estaban replegando fue cuando lo hizo. Le contó que el había sido quien había matado a Toliman y le habló de su traición al Emperador. Para finalizar con su afrenta, Némesis ordenó que la nave de Elenin persiguiese al Argos que se había quedado más rezagada para proteger a las demás. Con una mueca cruel en el rosto, Némesis vio desde el puente de mando del Leviatán como el Argos estallaba en la inmensidad del espacio tras una descarga de lanzas de energía. Tras felicitar a su primer capitán, volvió a contactar con Sol para humillarle aun más y le retó a un combate a muerte en la superficie del planeta.

1er enfrentamiento entre Némesis y Sol[]

Némesis se teleportó a una meseta y a los pocos minutos llegó su hermano. Durante intensos minutos los dos hermanos se golpearon con sus armas, Lucifer, el martillo de Némesis y Helios, la espada de Sol. En mitad del combate se desató una intensa tormenta de rayos y truenos que junto con los destellos de la batalla espacial, era lo único que iluminaba a los dos primarcas. Motivado con el odio de acabar con su hermano, Némesis dio un potente golpe a Sol y lo dejó casi inconsciente en el suelo. Preparado para dar el golpe de gracia, su hermano se levantó con fuerzas renovadas y tras una serie de rápidas y letales estocadas tumbó a Némesis. En vez de matarlo, Sol lo dejó allí tirado y humillado y le prometió que si se volviesen a encontrar, no tendría refrenaría su hoja. 

Con un aullido de furia, Némesis contempló impotente como su hermano se teleportaba y lo dejaba allí herido. A los pocos minutos llegaron sus hombres para llevarlo de vuelta al Leviatán. Su furia aumentó cuando descubrió que Sol había destruido la nave de Elenin, aunque encontraron vivo al capitán. 

Némesis ordenó que la flota se trasladara de inmediato a Tártaro para reparar los daños, reclutar nuevas tropas y sanar a un desfigurado Elenin, que había jurado odio absoluto a los Caballeros Estelares.

Regreso a Tártaro[]

Cuando la legión llegó a su planeta natal, Némesis se apresuró en volver a descender al centro de su fortaleza y entrar de nuevo en contacto con los dioses del Caos, como había hecho años atrás. Sintió como sus energías oscuras le recorrían por dentro y voces susurrantes le rebelaban los secretos que siempre había ansiado conocer. Némesis juró lealtad eterna a Horus y al Caos firmando un pacto de sangre. Después ordenó que se remodelase la fortaleza a partir de los conocimientos que les habían dado los Cuatro. Luego, comenzó a imponer las enseñanzas del Caos a lo largo y ancho de todo el planeta, y lo más importante, comenzó a alterar las estructuras de su legión, así como empezó a investigar cuales de sus hombres eran leales al Emperador, y cuando encontraba a alguno lo sacrificaba en público a los dioses. 

Tras varios meses donde el planeta se sumió en tinieblas y una terrible dictadura sometió a la población, Némesis se consideró preparado para ir a por Sol y vengarse de su afrenta.

Tras la Herejía []

2º enfrentamiento entre Némesis y Sol[]

Un día, mientras estaba reunido con varios de sus mejores capitanes, un astartes entró corriendo en la sala. Interrumpiendo una importantísima reunión, Némesis juró matarlo si no le traía un motivo extremadamente importante. El marine le dijo que el capitán Halley de la décima compañía, había escapado en su nave con algunos de los astartes leales. Furioso, comenzó a golpear todo lo que tenía cerca, pero se relajó cuando Elenin le dijo que ya tenía sospechas de él y tenía localizadores en la nave. Además, Némesis estaba completamente seguro de a quien recurriría Halley, y ese no era otro que su hermano Sol. 

Los Señores del Averno se pusieron en marcha de inmediato, hasta el planeta Bamatuvdes, donde se había posicionado toda la flota de los Caballeros Estelares. Cuando entraron a distancia de tiro, le llegó un mensaje desde el Dragón. Su hermano lo retaba en la superficie del planeta para acabar con él de una vez por todas.

De nuevo, los dos primarcas entablaron una titánica pero se había preparado concienzudamente y poco a poco, iba haciendo que Sol retrocedisese. En mitad del combate, Elenin le comunicó que más astartes leales estaban aprovechando la batalla para abandonar su flota y unirse a los Caballeros Estelares. Comprendido pues el plan de Sol, Némesis ordenó que el resto de la flota saliese a la disformidad y destruyese a sus enemigos acérrimos. Viendo la desesperación en los ojos de Sol, continuó machacándolo, hasta dejarlo semi-inconsciente en el suelo. En vez de matarlo, ordenó que todos sus capitanes bajasen a donde estaban para humillar a Sol por su derrota. Cuando todos creían que iba a dar el golpe de gracia, Némesis se contuvo y le perdonó la vida, alegando que si lo mataba no disfrutaría totalmente con su muerte, aunque algún día lo mataría.

La flota de los Caballeros Estelares había conseguido escapar, pero él se había cobrado su venganza.

3er enfrentamiento entre Némesis y Sol[]

A la vuelta a Tártaro, Némesis entró de nuevo en comunicación con los dioses oscuros. Conocedor del destino que habían seguido los primarcas traidores supervivientes, juró que cien mundos arderían y todas las almas que allí habitasen serían sacrificadas al Caos. Como recompensa obtendría la demonicidad y trasladarían su planeta al Ojo del Terror mediante oscuros hechizos.

Rápidamente, convocó a toda su legión y fueron invadiendo todo planeta con el que se encontraron, acabando con innumerables vidas en honor de los dioses oscuros. A la vuelta, Némesis se preparó para la transición a la disformidad. Como hacía amenudo, se adentraba en su cámara personal y más privada, aquella donde había sido bendecido por primera vez por el Caos. Tras horas de comunión, comenzó a apreciar las primeras transformaciones corporales. A la salida, Elenin le comunicaron algo que no se esperaba en absoluto. Sol, había descendido al planeta con varias compañías y habían llevado a la superficie a todos los habitantes de la colmena Elíseo, de donde prácticamente todos los astartes que fueron reclutados eran leales. Con sus nuevos poderes, percibió la partícula junto a su hermano, así que una vez más, volvió a retar a su hermano, pero esta vez no fue solo. Los Caballeros Estelares se lanzaron en cápsulas de desembarco a la superficie del planeta y Némesis llevó a sus tropas a la zona de aterrizaje. En poco tiempo, los astartes que años atrás habían combatido codo con codo, se mataban con el bolter y la espada. En medio de la colosal batalla, los dos hermanos se iban acercando, acabando con todo aquel que se ¡interpusiese en sus caminos. La cosa se puso más interesante ya que durante la batalla comenzó la transición a la disformidad y si aquello no acababa rápido, ambas legiones podrían ser destruidas por completo. 

Al final, los dos hermanos se encontraron y combatieron con una fuerza e intensidad como nunca antes lo habían hecho. Sus armas centelleaban, chocaban, cortaban y golpeaban, pero ninguno de los 2 primarcas parecía dispuesto a rendirse y continuaba luchando con más fuerza. Némesis viendo que aquello sería un duelo eterno sino ponía fin rápido, pidió a los dioses del Caos que cada uno le cediera una ínfima parte de su fuerza y a cambio, la partícula sería suya. El deseo fue concedido y con el nuevo poder que poseía, un poder que rivalizaba con el de Horus o el mismo Emperador comenzó a golpear a su hermano, destrozándole la armadura y haciéndo que sufriera cada vez más. Preparado ya el definitivo golpe de gracia, alzó a Lucifer al cielo y con un grito descendió el potente martillo. Sin embargo, en su último aliento Sol alzó a Helios y detuvo el golpe, haciendo que la espada y el martillo volasen por los aires. A duras penas su hermano se levantó y una energía empezó a brillar en torno a él. Adivinando lo que iba a hacer, Némesis se volvió hacia Elenin y su Legión, lanzándoles una última arenga donde les ordenaba continuar combatiendo contra el Falso Emperador y llevar a cabo el perverso plan de los Dioses del Caos de destruir la Galaxia. Justo después, Sol se abalanzó contra él y ambos desaparecieron, sembrando el Caos y la confusión entre sus hombres.

Los Caballeros Estelares abandonaron el planeta antes de que este fuese absorvido por la disformidad y Elenin justo después de coger a Lucifer, ordenó la retirada a las fortalezas para evitar la pérdida de tropas.

Tártaro fue tragado por la Disformidad, siendo arrasado en el proceso y empezando cambiar según los designios siempre cambiantes del Caos. Una vez establecidos en el Ojo del Terror y estando Elenin como nuevo señor de los Señores del Averno, comenzó otra reformación de la legión. Esta redujo su número de tropas, pues ciertos capitanes fundaron sus propias partidas de guerras, pero prometiendo acudir con los Señores del Averno si la situación lo requiriese. Desde el centro de su nueva fortaleza, Elenin pensaría y luego dirigiría los innumerables ataques al espacio real que acontecerían en los milenios que estaban por venir.

Los Señores del Averno en la actualidad[]

El número de astartes que componen los Señores del Averno se ha reducido considerablemente tras la división de la legión en varias partidas de guerras, pero aun siguen teniendo un número considerable de tropas y Tártaro sirve como planeta de reclutamiento, así como otros planetas que toman tras incursiones. 

Lo que queda de legión lo componen diez compañías de tamaño considerable y cada una dedicada a un estilo de combate distinto, así como algunas están dedicadas en concreto a una deidad, aunque la legión profesa la fe del Caos Absoluto. Todas están sometidas bajo el mando de Elenin que con su odio hacia el Imperio ha lanzado miles de incursiones contra los que antiguamente llamó hermanos,

Tártaro[]

El planeta, antaño poseía una climatología muy variada por lo que había extensos bosques, regiones montañosas varios océanos. Sin embargo, en la transición a la disformidad el planeta comenzó a cambiar y ahora grandes regiones de tierra yerma y estéril se extiende a lo largo y ancho de la superficie. Ya solo quedan pequeños mares continentales de agua negra e infecta, donde solo habitan terribles monstruos y criaturas de pesadilla. 

La población, totalmente dedicada al Caos, viven en pequeñas tribus nómadas que vagan por todo el planeta batallando con las otras tribus que se encuentran y sacrificando a los perdedores a sus dioses. La vida es muy difícil, pues la traición y la fuerza bruta es lo que impera en todas las tribus y solo los más fuertes son capaces de sobrevivir. Por otro lado, ciertos caudillos han logrado fundar pequeños y medianos asentamientos en los cuales la vida es algo más próspera que en los fríos páramos de Tártaro. Los caudillos más brutales y sanguinarios han llegado a formar grandes ciudades donde se concentran las forjas del planeta, por lo que deben estar a plena disposición de los Señores del Averno sino quieren ser brutalmente asesinados y que otro ocupe su ''próspero'' lugar.

Cuando un guerrero cree ser lo suficientemente fuerte y siente que el Caos lo recurre por todas sus venas, emprende un viaje de miles de kilómetros para llegar a Karakum, la fortaleza de los Señores del Averno.

Karakum: la fortaleza de los Señores del Averno está construida en obsidiana y ónix negro, y sus imponentes murallas, repletas de cuernos. Situada en las montañas donde Némesis se perdió cuando era joven, resulta una fortificación impenetrable y las partidas del Caos que han osado intentar invadirla han fracasado en el intento. La fortaleza posee capacidad para todos los astartes y vehículos pues cada vez que se necesitan nuevos espacios, numerosos esclavos son enviados a las profundidades para abrir nuevas salas, por lo que la fortaleza nunca ha dejado de crecer. En las murallas exteriores, se han instalado numerosas armas antiaéreas y cañones defensivos lo que hace que osarse a atacar sea prácticamente un suicidio. Las inmensas puertas, de adamantium negro, están decoradas con escenas de demonios y de los Señores del Averno acabando con sus enemigos. Dos imponentes estatuas de demonios alados flaquean la entrada y todo aquel que entre debe pasar primero bajo su negra mirada. 

Aunque parezca que la fortaleza no sigue ningún orden lógico, la verdad es que si. Karakum está compuesta por un total de 12 anillos descendentes en cada cual se hospeda una compañía, excepto el primero que sirve de recepción y como círculo neutral. Cada uno de los círculos es autosuficientes y en cada uno duermen todos los astartes que componen cada compañía, se guarda todo su equipo y posee sus propios altares e iconos del Caos. Los círculos son los siguientes:

1 círculo: neutral.

2 círculo: iniciados a los Señores del Averno y aquellos que no profesan un culto específico.

3 círculo: dedicado a Slaanesh.

4 círculo: dedicado a Nurgle.

5 círculo: dedicado a Tzeentch.

6 círculo: dedicado a Khorne.

7 círculo: dedicado al Caos Absoluto, concretamente formado por veteranos dedicados a tareas de defensa de fortalezas.

8 círculo: dedicado al Caos Absoluto, formado por veteranos expertos en tareas de asalto.

9 círculo: dedicado al la Forja de Almas. Se encargan de los vehículos más grandes.

10 círculo: dedicado al Caos Absoluto. Formado por los Hechiceros y sus subordinados. (A parte de los del quinto círculo). Cabe destacar que estos hechiceros no se centran en un solo dios del Caos, sino que buscan los poderes de Nurgle, Slaanesh y Tzeentch.

11 círculo: dedicado al Caos Absoluto. Formado por los apóstoles oscuros, son herencia de los tratos con los Portadores de la Palabra poco antes de la Herejía de Horus.

12 círculo: dedicado al Caos Absoluto. Constituido por los miembros más antiguos de la legión. Son los únicos privilegiados en poseer armaduras de exterminador.

En el centro de la fortaleza, y el punto más profundo, se encuentran las antiguas cámaras de Némesis, actualmente de Elenin. Allí se erige un trono de ónice de sangre, una variante rara de este mineral que solo se encuentra en el planeta. Justo detrás, se encuentra el mural del Caos donde antes el primarca y ahora Eledin, entra en contancto con los demonios del empíreo que le revelan los secretos que ansia conocer.

Vorgasus: es un gigantesto volcán donde se haya el punto más alto del planeta, llegando a más de 8.000 metros de altitud. Para todos los Señores del Averno, este es un lugar sagrado pues es donde apareció Némesis y donde comenzó la conquista del planeta. Es por ello, que se han construidos numerosas estatuas del primarca y el altar mayor, donde se realizan la gran mayoría de sacrificios. Es en Vorgasus donde Elenin antes de partir en un nuevo saqueo, convoca a sus tropas y recitan los oscuros catecismos. Además, los Señores del Averno creen que Némesis regresará con ellos, surgiendo de las entrañas más ardientes del volcán.

Organización:[]

Los Señores del Averno al tratarse de una legión caótica siguen una organización peculiar, donde generalmente los más fuertes, inteligentes o taimados ocupan los puestos de mayor importancia y nunca deben confiarse o relajarse pues hay cientos que matarían por su poder.

La máxima autoridad es el señor del duodécimo círculo que siempre ha sido regido por Elenin. Él es el encargado de comandar a los mejores guerreros de la legión y la menor muestra de insubordinación se pena con la muerte. Tras él, el Señor del undécimo y décimo círculo llevan una continua lucha para ser el favorito de Elenin, pues esto le reporta grandes beneficios. No es raro que en la superficie de Tártaro se den sangrientos combates entre los integrantes de dichos círculos. Al igual que en los anteriores círculos, los Señores del octavo y el séptimo también mantienen una lucha constante por ser el favorito de su señor. El noveno, dedicado a la Forja de Almas, se mantienen apartados de la continua lucha de los demás círculo, pues poco les importa el poder aunque saben que el apoyo de sus ingenios demoniacos y otros vehículos son claves en muchas batallas. 

Los círculos tercero, cuarto, quinto y sexto dedicados cada uno a un dios del Caos, están muy lejos del poder por lo que los enfrentamientos que se están produciendo constantemente es por demostrar cual de los dioses es mejor. Es por todo esto que la tarea de Elenin es saber controlar a todos sus guerreros para que no acaben matandose entre ellos, lo que sería terrible para la legión, aunque sabe que que debe fomentar la competitividad y el odio entre sus oficiales para que sepan dirigir a sus hombres al combate sin piedad ni compasión.

Los Señores del segundo y primer círculo son los peores considerados, pues casi todos sus integrantes son iniciados que han derramado muy poca sangre. De los 2 círculos, el señor del primero es el peor considerado pues muchos de sus hombres todavía no han abrazado ninguno de los caminos del Caos por lo que debe ganarse el respeto con sangre, acero y muerte.

Estructura de la Legión:[]

Señor del Duocécimo círculo: Elenin.

Segundo al mando: Samyaza.

Señor del Undécimo círculo: Belpeghor.

Señor del Décimo círculo: Eligos.

Señor del Noveno círculo:  Amdusias.

Señor del Octavo círculo: Leraje.

Señor del Séptimo círculo: Agares.

Señor del Sexto círculo: Satanchia.

Señor del Quinto círculo: Cimejes.

Señor del Cuarto círculo: Decarabia.

Señor del Tercer círculo: Sidragaso.

Señor del Segundo círculo: Furcas.

Señor del Primer círculo: Hale Bopp.

Colores de la Legión[]

La Legión cambió el celeste de sus armaduras por un azul oscuro. Esto simbolizaba el abandono de su pasado y el comienzo de una nueva era de sangre y muerte. Sin embargo, los adornos y ribetes naranjas los conservaron, apareciendo sobre los iconos y estrellas del Caos. Los capitanes y miembros de mayor rango, así como exterminadores suelen pintarse el casco del color de su círculo.

Para distinguir cada compañía cada una tiene los ribetes de las hombreras pintadas de un color distinto.

1 Círculo: blanco.

2 Círculo: gris.

3 círculo: rosa.

4 círculo: verde oscuro.

5 círculo: celeste y fucsia.

6 círculo: rojo.

7 círculo: negro.

8 círculo: amarillo.

9 círculo: metalizado.

10 círculo: azul.

11 círculo: burdeos.

12 círculo: dorado y crema.

Semilla genética:[]

La semilla genética de los Señores del Averno, al igual que las de las otras legiones traidoras ha ido escaseando con el devenir de los siglos, pero gracias a un férreo control llevado a cabo por Elenin, su número nunca se ha visto tan reducido como para tener que obtenerle de los capítulos leales al Imperio ya que los Señores del Averno consideran esto todo un deshonor.

Por otra parte, todos los órganos funcionan a la perfección y gracias a la influencia de la Disformidad los astartes renegados pueden obtener las mutaciones y trasformaciones que tanto anhelan.

Flota de los Señores del Averno:[]

Barcazas de batalla:

Leviatán: nave insignia de Elenin y más grande la legión. Data de la Gran Cruzada.

Behemot: la otra nave que ha sobrevivido hasta la actualidad. Debido a sus excelentes características, los señores del undécimo y décimo círculo se la disputan continuamente.

Ziz: otra gran nave de la Gran Cruzada fue destrudida por los Caballeros Estelares cuando un contingente de los Señores del Averno atacó la Glacekoc la luna en la cual residen los Señores del Averno que se mantuvieron leales al Emperador.

Escila: perteneciente al undécimo círculo.

Caribdis: perteneciente al décimo círculo.

Jormundgander: perteneciente al noveno círculo.

Ifrit: sin dueño determinado.

Cruceros de Ataque:

Mirada de la Gorgona: perteneciente al 8 círculo.

Cántico de Sirena: perteneciente al 7 círculo.

Destucción del Minotauro: perteneciente al 6 círculo.

Estruendo Kelpie: perteneciente al 5 círculo.

Putrefacción de Dullahan: perteneciente al 4 círculo.

Desgarro de la Banshee: perteneciente al 3 círculo.

Colmillo de Gul: perteneciente al 2 círculo.

Suspiro de Pandora: perteneciente al 1 círculo.

Reliquias de la Legión[]

Lucifer: el legendario martillo de Némesis que le forjó Horus para sellar su amistad. Su cabeza tiene el horripilante rostro de un demonio rugiente. Tras la desaparición del primarca, ha sido usada por Elenin, convirtiendose en un signo de autoridad dentro de la Legión y toda una pesadilla para sus enemigos.

Cadenas del Martirio: conjunto de cadenas que fueron forjadas en el interior del Vorgasus y que Némesis regaló a uno de sus campeones. Además de poseer un valor estético, estas encierran el alma de un poderoso demonio que si el portador puede dominar se convertirán en una destructiva arma.

Hacha de los Sacrificios: arma forjada por los mejores herreros de la Legión para el señor del 8 círculo durante el M35. Esta ha ido pasando de Señor en Señor a lo largo de los milenios aunque es de sobra conocido que señores de otros círculos ansían este arma para ellos.

Rostro de la Perdición: poderoso escudo perteneciente al Señor del 7 círculo. Es capaz de detener e incluso reflejar cualquier ataque a distancia o cuerpo a cuerpo. Su nombre viene de su forma ya que tiene esculpida una horrible cara que causa pavor a todos los enemigos que la miran.

Creencias del Capítulo[]

Tras la desaparición de Némesis, los Señores del Averno creen fervientemente que su primarca volverá pero mientras tanto, no deben permanecer ociosos y deben llevar la destrucción y la muerte a todos sus enemigos. El día que su amado líder retorno a ellos, comandará una Cruzada que los llevará a la erradicación completa del Imperio.

Además, todas las salvajes costumbres y brutales tradiciones se han mantenido siendo parte del día a día de la legión por lo que las competiciones mortales y los retos no son nada raro. Para los Señores del Averno esta es una forma de ser mejores a ojos de los dioses del Caos al mismo tiempo que los débiles van siendo eliminados.

Gran Knosos[]

El Gran Knosos es una figura emblemática dentro de los Señores del Averno. Se trara de un paladín que solo responde ante Elenin. Para su tarea se le entraga un yelmo y una espada demoniaca que acabará con todos los enemigos del Gran Knosos de un solo golpe.

La elección de un Gran Knosos no se toma a la ligera sino que los poderosos hechiceros del 10 círculo junto con los apóstoles oscuros del 11 círculo preguntan a sus dioses para que estos les muestren al próximo Gran Knosos. Hay que destacar que este puede ser cualquier miembro de la Legión desde el más veterano hasta un iniciado y su elección debe ser respetada por todos los miembros ya que sino se verán con la furia de Elenin. 

Actualmente el puesto lo ostenta Hale Bopp, Señor del primer círculo, algo que no a sentado nada bien a casi ninguno de los otros señores. El único Gran Knosos que queda con vida además de Hale Bopp es Apophis legendario capitán de la 9 compañía durante la Gran Cruzada y la Herejía de Horus que obtuvo el puesto al poco de que su primarca mostrase su lealtad al Caos. Tras siglos de muerte y terror, Apophis fue ascendido a Príncipe Demonio y comanda su propia partida de guerra, los ´´Asesinos de Estrellas`` que es un aliado muy habitual de los Señores del Averno.

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