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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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"Claro que puedo descubrir al tataratío lejano del Duque. Solo tengo que aplicar una meta-sonda alfa-omega en el Repositorio de Santa Capelina. Sin embargo, tendré que llevar a cabo una búsqueda sigilosa, ya que no quiero que todos esos centinelas de datos rastreen mi pauta de cogitación. Eso duele... Me pasó una vez durante una misión en Malfi. Estuve inconsciente tres días, ó eso fue lo que me dijeron... Tuve sueños rarísimos... ¿Ya le he dicho que puedo rastrear al pariente del Duque? Todo lo que necesito es..."

Adepto Gatasis (presuntamente fallecido)
Sabio

Imagen típica de un Sabio

Los Sabios (conocidos asimismo como Eruditos, Calculus Logi o Lexicomecánicos) son personas de mente brillante con un talento especial para los números, la lógica y los cifrados; eruditos y sabios llenos de conocimiento y saber, son guardianes de las verdades y poseen un conocimiento incomparable de la galaxia.

Descripción[]

Muchos Inquisidores reúnen a su alrededor, a lo largo de sus años de servicio, a un verdadero ejército de estudiosos y escribas, cada uno de los cuales aporta conocimientos y habilidades especializadas totalmente distintas a las que pueda tener el Inquisidor.

Durante el curso de sus tareas junto a otros Acólitos, un Adepto llega a ver cosas que el resto de los suyos no podría siquiera imaginar, y aprenden secretos que condenarían a muchos a un borrado mental. Al finalizar dichas tareas, al Inquisidor se le suele presentar un dilema - purificar las memorias del Adepto y devolverle a sus anteriores amos (seguramente convertido en un babeante idiota), o introducirlo de lleno en los secretos de la Inquisición. La cuestión es que las habilidades mentales únicas de muchos adeptos para descubrir los misterios y resolver los acertijos que se les presentan son tales que muchos Inquisidores prefieren reclutarles de forma permanente a menos que puedan revelar de forma no intencionada secretos que la Inquisición preferiría mantener ocultos.

Los Sabios son Adeptos que han llegado hasta más allá de los confines de su previa vocación. Aunque muchos conservan el contacto con sus vidas pasadas, se han convertido en miembros permanentes del séquito de un Inquisidor. Otros sirven a la Inquisición en su conjunto, enclaustrados en lugares como el Tricornio, hasta que se les requiere para formar parte del equipo de un Inquisidor que precisa de sus servicios. Gracias a la enorme sed inconsciente por el conocimiento que suelen sentir los Sabios, muchos Inquisidores prefieren hacer uso de sus propios Sabios de confianza, prefiriendo que dichos contenedores ambulantes de conocimiento maldito estén al alcance de la mano en todo momento.

La razón por la que los Sabios son tan útiles para los Inquisidores radica en que no existe secreto lo bastante oculto, ni archivo lo bastante protegido, ni misterio lo bastante impenetrable como para que la verdad que contienen no pueda ser revelada. Los Sabios se dedican en cuerpo y alma a desentrañar hasta el último fragmento de conocimiento en un área, sin importar lo trivial que pudiera parecer. Muestran una dedicación por el descubrimiento del saber que está más allá de las del común de los mortales, lo que hace pensar que quizá hayan sido bendecidos, o malditos, pro alguna clase de predisposición genética no muy diferente a la que permite que un Navegante pueda dirigir a una nave a través de la Disformidad. Un Sabio es capaz de penetrar dentro de los sistemas mecánicos de cualquier archivo, navegar a través de estratos de datos con miles de años de antigüedad, acceder a ficheros sellados mucho tiempo atrás y romper códigos que se suponía que eran infranqueables.

Normalmente es tarea del Inquisidor el obtener conclusiones a partir de la información recuperada por el Sabio, pero un controlador hábil suele atar a sus sabuesos de datos con una correa bastante larga. Los Sabios pueden pasarse horas inmersos en reinos de datos invisibles, aplicando 'meta-sondas' sobre archivos antiquísimos. Muchos se sumerge tanto en la tarea que deben ser supervisados para evitar que desdeñen o descuiden sus funciones y necesidades corporales básicas.

Muchos de ellos, debido a la compartimentalización a la que fuerzan a sus mentes día tras día y a haber tenido que encontrarse con cosas que podrían fracturar las mentes de las personas normales, han llegado a adquirir un grado de habilidad a la hora de recabar información que les permite adquirir conocimiento peligroso de ciertas fuentes sin tener que observar con demasiada atención los datos y sin verse expuestos, por ello, a los peligros que encierran (Una especie de "lectura sin leer"). Algunos de ellos, sin embargo, han llegado a sucumbir inadvertidamente a lo que se ha bautizado como 'virus meméticos', que les fuerzan a adquirir volúmenes inmensos de información cada vez más inútil y trivial en una eterna cruzada por unir hasta los fragmentos más insignificantes de las verdades más profundas del Universo.

Los Sabios con mayor tiempo de servicio a sus espaldas acaban con la mente llena a rebosar de todo el conocimiento que han ido sumando y adquiriendo a lo largo de su trabajo, información que se niegan en redondo a olvidar. La mente de un ser humano común parece ser capaz de absorber una cantidad increíble de información, y muy pocas personas emplean a su máxima capacidad el potencial que les ha concedido el Emperador. La potencia mental de un Sabio es absolutamente increíble, manteniéndose siempre en movimiento y operativa, considerando pros y contras, posibilidades y certezas, acciones y reacciones. Es por ello que los vastos conocimientos de los Sabios les hacen conocer sobre el Universo más de lo que cualquiera debería tener derecho a conocer, lo que les da la flexibilidad suficiente como para poder afirmarse que saben un poco acerca de todo. Muchos Sabios escogen hacerse expertos en una materia en concreto, convirtiéndose con ello en verdaderas enciclopedias de saber acerca de dicho campo.

Sin embargo, algunos Sabios se ven lastrados por el puro volumen de conocimiento que han llegado a adquirir, lo que les lleva a ampliar sus capacidades mediante implantes cerebrales creados y provistos por el Adeptus Mechanicus, sacrificando partes de su humanidad a cambio de incrementar su capacidad de memoria. Otros se someten a procedimientos en los que las memorias que consideran menos importantes son borradas y eliminadas, dejando solo los hechos y datos que han obtenido para cumplir con sus tareas. Dichos individuos van volviéndose cada vez más desapegados del mundo real a medida que se someten una y otra vez a dichos procesos, siendo capaces de recordar con minucioso detalle cada misión en la que se hayan embarcado, pero siendo totalmente incapaces de recordar qué ocurrió entre cada una de las misiones.

Inquisicion erudito sabio

Sabio al servicio de la Inquisición

Algunos Sabios implicados en ciertas misiones se ven a veces metidos en toda clase de peligrosas situaciones, de los que, por lo general, han de sacarlos sus compañeros. Muy a menudo, una sencilla sonda de datos acaba por convertirse en un barrido completo del sistema, por lo que el Sabio se mantiene totalmente ajeno a que sus compañeros agentes estén luchando oleada tras oleada de enemigos mientras que él procesa toda la información surgida de la terminal que esté utilizando.

Podría parecer que los Sabios no tienen un instinto de autopreservación demasiado arraigado, ya que su insaciable sed de conocimientos en bruto les hace seguir siempre adelante sin importar el riesgo para sí mismos o para sus compañeros. Sin embargo, a pesar de los riesgos, muchos Inquisidores encuentran totalmente indispensables los servicios de un Sabio de confianza para llevar a la luz las actividades de los enemigos del Imperio.

Fuentes[]

  • Dark Heresy - Libro Basico (RPG).
  • Dark Heresy - Ascensión (Ayuda de Juego).
  • Dark Heresy - Reglamento (2ª edición).
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