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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Puños Imperiales 3ª Compañía Jaula de Hierro

La Batalla de la Jaula de Hierro tuvo lugar entre los Guerreros de Hierro y los Puños Imperiales, y fue una secuela inmediata de la Herejía de Horus. La batalla involucró a la totalidad de la Legión de los Puños Imperiales y un considerable contingente de los Guerreros de Hierro, aunque el número exacto de estos últimos se desconoce.

Trasfondo[]

Rivalidad y enemistad[]

Imperial fist

Emblema de los Puños Imperiales.

Los Puños Imperiales, liderados por Rogal Dorn, y los Guerreros de Hierro, liderados por Perturabo, desarrollaron una fuerte rivalidad que rayaba el desdén durante la Gran Cruzada. Ambas Legiones estaban especializadas en los ámbitos del asedio y la defensa, llevando tal rivalidad a la competición. Las tensiones aumentaron dramáticamente poco después de que a Dorn y a su Legión se les encomendara el honor de fortificar el Palacio Imperial en la sagrada Terra, tras la existosa conclusión de la Batalla de Ullanor. Poco después de aquello Horus declaró que los Guerreros de Hierro eran los verdaderos maestros en el arte del asedio. Tras esto, Fulgrim preguntó a Dorn si creía que el Palacio aguantaría un asedio por parte de los Guerreros de Hierro. Dorn respondió que las defensas aguantarían contra cualquier adversario mientras se hiciesen las cosas a su modo. Perturabo se enfureció sobremanera, profiriendo unos insultos tan viles e infundados que los presentes quedaron consternados. A raíz de aquello, los dos Primarcas ya apenas se hablaron, y sus Legiones no volvieron a luchar juntas en las mismas contiendas.

La enemistad entre las dos Legiones llegó a su máxima expresión durante la Herejía de Horus, en particular debido a la conducta de los Guerreros de Hierro. Tras la victoria de Horus en Istvaan V, este tuvo en cuenta el desdén de los Guerreros de Hierro hacia su contrapartida en los Leales y dispuso que estos interceptaran una gran flota de los Puños Imperiales, resultando en la Batalla de Phall. Durante el asedio del Palacio Imperial, supervisado por Perturabo, los Guerreros de Hierro hallaron un macabro placer en el desmantelamiento de las defensas erigidas por los Puños Imperiales.

Durante el período inmediatamente posterior a la Herejía, Dorn lideró a su Legión contra las Legiones Traidoras, concentrándose especialmente en los Guerreros de Hierro. En el transcurso de la Cruzada contra la Legión, Dorn fue desmantelando sistemáticamente todo el imperio que Perturabo había construido durante la Gran Cruzada.

La Fortaleza Eterna[]

Caos guerrero de hierro

Guerrero de Hierro

Perturabo decidió vengarse de su hermano por la destrucción de su imperio y así demostrar su superioridad en el asedio después que la muerte de Horus le hubiese negado el poder destruir por completo las defensas del Palacio Imperial. Por ello, Perturabo preparó una trampa para el Primarca en el planeta Sebastus IV, donde mandó construir la singular "Fortaleza Eterna". En cuanto tuvo noticias de la fortaleza, Rogal Dorn declaró públicamente que los Puños Imperiales sacarían a rastras a Perturabo de su agujero y lo traerían de vuelta a Terra "en una jaula de hierro". Roboute Guilliman ofreció su colaboración a Dorn; pero este, tal y como Perturabo había planeado, fue lo bastante arrogante como para llevar a cabo la misión en solitario.

Rogal Dorn esperaba una batalla honorable, pero no era esto lo que Perturabo tenía en mente. La Fortaleza Eterna no era otra cosa que una trampa tremendamente sofisticada. En su centro había una fortaleza amurallada rodeada por treinta y cinco kilómetros cuadrados de búnkeres, torres, campos de minas, trincheras, alambradas, trampas antitanque y reductos. Dispuestos en radios que partían del centro de la fortaleza formando una estrella de ocho puntas, había infinidad de túneles subterráneos que conectaban las fortificaciones de la superficie. Todas las entradas a la red subterránea estaban selladas y la propia fortaleza era una construcción decorativa sin valor real. La mayoría de fortificaciones se limitan a proteger algo cuando es necesario; la Fortaleza Eterna eran más de cien kilómetros cuadrados de terreno letal.

Los motivos que impulsaron a Rogal Dorn a seguir pese a todo tal curso de acción fueron dos. Primero, Dorn tenía la intención de continuar su cruzada contra las Legiones Traidoras y contra los Guerreros de Hierro en particular. Segundo, Dorn decidió acabar con la crisis del Codex Astartes aceptándolo, aunque su deseo fue que la totalidad de su Legión se preparara simbólicamente unida en el Guantelete del Dolor para luego reemerger lista para dividirse en Capítulos. El asalto a la Fortaleza Eterna de los Guerreros de Hierro le proporcionó tal oportunidad. Esto nos indica que Dorn estaba preparado para que su Legión recibiese enormes bajas y quizás incluso esperaba tal perspectiva.

Video trasfondo[]

La Batalla de la Jaula de Hierro[]

Asalto Orbital[]

Marines puños imperiales asalto espacial sombras traicion

Abordaje de los Puños Imperiales a una nave de los Guerreros de Hierro.

Perturabo y los Guerreros de Hierro aguardaron los primeros impactos del bombardeo orbital bajo la superficie. En cuanto comenzaron, respondieron a ellos con una serie de disparos desde unos silos alejados de la fortaleza. Los Puños Imperiales reaccionaron precipitadamente enviando al ataque contra los silos a sus tropas transportadas en Thunderhawks y, pronto, desembarcó el resto de la Legión en pleno para llevar a cabo un asalto a gran escala. En cuanto los Puños Imperiales iniciaron su ataque a los silos, Perturabo hizo explotar los almacenes de misiles. Miles de toneladas de escombros se esparcieron por la atmósfera de Sebastus interrumpiendo cualquier posible comunicación entre las tropas terrestres y su flota.

La Batalla en el Espacio[]

La explosión era la señal que esperaban los Guerreros de Hierro para atacar. La flota Traidora no era más fuerte que la de los Puños Imperiales, pero las cañoneras Thunderhawk de la flota Leal se encontraban en la superficie del planeta. Además, las naves del Caos contaban con muchos Guerreros de Hierro ansiosos por dirigir las naves de asalto. La flota de los Puños Imperiales intentó resistir, pero fue inexorablemente alejada de su posición. Después de algunas horas, los únicos objetivos atacados en el planeta eran coordenadas calculadas previamente por Perturabo.

Ataque a la Fortaleza Eterna[]

Batalla jaula de hierro

Los Puños Imperiales intentan sobrepasar las defensas exteriores de la Fortaleza Eterna.

Los Puños Imperiales, bajo el fuego que llegaba del espacio, procedieron a preparar su asalto y formaron un frente de cuatro Compañías. Perturabo los vigilaba desde una torre de observación y empezó a destruirlos metódicamente. Primero, los campos de minas diezmaron sus filas; después, en cuanto los Puños Imperiales alcanzaron la primera hilera de fortificaciones, los Guerreros de Hierro emergieron de sus trincheras y abrieron fuego. Mientras las trincheras atraían la atención de los Marines Espaciales Leales, varias escuadras de Guerreros de Hierro equipados con granadas perforantes y bombas de fusión salieron de sus búnkeres ocultos y atacaron los tanques que se habían detenido al lado de las fortificaciones. Los Puños Imperiales se dieron la vuelta para responder a aquella nueva amenaza y, durante varios minutos, fueron acribillados entre las trampas antitanque. Se reagruparon una vez más y efectuaron un movimiento de barrido para arrasar a los Guerreros de Hierro de las trincheras; no obstante, cuando llegaron, las encontraron vacías.

La lucha prosiguió así: Perturabo eliminaba a los Puños Imperiales tanque por tanque y escuadra por escuadra. Rogal Dorn seguía convencido de que la victoria estaba al alcance de la mano, así que hizo avanzar a sus hombres. Perturabo replegó a algunos de sus defensores y dio orden de mantener la posición a otros: una estratagema que fracturó a los Puños Imperiales primero en Compañías, después en escuadras. Al sexto día de combates, cada Marine luchaba prácticamente solo. Las tropas de Dorn se vieron obligadas a esconderse en el fango y a apilar los cadáveres de sus compañeros para tener algo de cobertura. Perturabo conservó la paciencia y dejó que Dorn corriera de trinchera en trinchera gritando su nombre y retándole a un combate personal, pues contaba con que la visión de la impotencia de su Primarca minaría la moral de los Puños Imperiales.

El asedio de la Fortaleza Eterna iba a durar tres semanas más todavía. Los Puños Imperiales habían penetrado en la zona letal y no tenían posibilidad de escapar. Aunque sus Capitanes aconsejaron la retirada, Rogal Dorn no quiso dar la orden. Rechazó las evidencias que le mostraban sus ojos y siguió insistiendo en esa "última carga" o en que Perturabo se enfrentaría a él. Incapaces de abandonar a su Primarca, los Puños Imperiales se prepararon para morir con él.

Final y consecuencias[]

Caido pero no Olvidado

El precio de la Jaula de Hierro.

Si Perturabo cometió algún error, fue el de recrearse demasiado en atormentar a sus enemigos. Podría haber acabado con los Puños Imperiales en cualquier momento, pero prefirió no hacerlo. Por fortuna para Rogal Dorn, Roboute Guilliman puso la seguridad del Imperio por delante del orgullo y llevó a los Ultramarines al rescate. La poderosa flota de los Ultramarines obligó a los Guerreros de Hierro a replegarse, mientras que sus Thunderhawks se zambullían entre las nubes de polvo para evacuar a los Puños Imperiales. Perturabo no tenía ningún deseo de luchar contra dos Legiones y se concentró en evitar que los Puños Imperiales pudieran evacuar a sus muertos y heridos.

Rogal Dorn estaba deshecho. Tuvieron que pasar diecinueve años para que él y los Puños Imperiales pudieran volver a participar en una guerra. Dejaron a varios cientos de Marines en la Fortaleza Eterna y los que sobrevivieron lo hicieron con horribles heridas. Lo que quedó de los Puños Imperiales fueron unas fuerzas endurecidas y veteranas, capaces y dispuestas a cumplir con el Codex Astartes, tal y como Dorn pretendía. La Legión fue dividida en, al menos, tres Capítulos, incluyendo los Puños Carmesíes, los Templarios Negros y los propios Puños Imperiales.

La Semilla genética capturada fue sacrificada a los Dioses Oscuros, que, a su vez, elevaron a Perturabo a la categoría de Príncipe Demonio. Uno de los insultos había sido vengado y, desde entonces, los Guerreros de Hierro solo han vivido para saldar cuentas con el cadáver encerrado en el Trono Dorado.

Fuentes[]

Extraído y traducido parcialmente de Lexicanum Inglés y Wikihammer 40K UK.

  • Index Astartes I y II.
  • Codex: Marines Espaciales (6ª Edición).
  • Fulgrim, por Graham McNeill.
  • Shadows of Treachery (Antología).
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