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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Khorne medio sin fondo

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"Mírame y date cuenta de que puedo matarte cuando quiera y no tienes ninguna posibilidad de evitarlo, a menos que contemples la oscuridad que yace oculta en el rincón de tu propia mente. Allí encontrarás al Padre Nurgle listo para darte vida a cambio de tu obediencia. Niégate a él y serás mío"

Typhus
Caos guardia de la muerte typhus nueva edicion

Cuando Mortarion, Primarca de la Guardia de la Muerte, se alió junto con su Legión con las fuerzas del Señor de la Guerra Horus contra el Emperador de la Humanidad, desconocía el precio que tendría que pagar por aquella traición. Sin embargo, uno de los guerreros de la Guardia de la Muerte lo sabía muy bien. Su nombre era Typhus.

Descripción[]

Typhus, Señor de la Primera Compañía de la Plaga de Mortarion y Anfitrión del Enjambre Destructor, es el más temido de los comandantes de la Flota de Plaga. Desde su antigua nave de guerra, la Terminus Est, Typhus propaga el contagio y la miseria a toda la galaxia. Que Typhus ha sido bendecido por Nurgle es algo indiscutible. Cuando la Guardia de la Muerte quedó a la deriva en la disformidad, muriendo a causa de la Plaga Destructora, Typhus, entonces conocido como Calas Typhon, Primer Capitán de la Legión, absorbió todo el poder de la enfermedad, llegándose a convertir en un recipiente para esta definitiva corrupción. Su cuerpo se hinchó, su piel y su armadura se unieron y grandes y pestilentes embudos surgieron de su cuerpo escupiendo vapores de destrucción. Typhus se había convertido en el Anfitrión del Enjambre Destructor.

Historia[]

Sangre contaminada[]

El nombre original de Typhus era Calas Typhon, y provenía del tóxico planeta natal de la Guardia de la Muerte, Barbarus. Typhus poseía la sangre de los señores de la guerra psíquico-mutantes que habían gobernado el planeta antes de ser derrotados por Mortarion, Primarca de la Guardia de la Muerte, que había sido enviado a Barbarus desde Terra por capricho de los Dioses del Caos.

Cuando era un niño en el planeta tóxico de Barbarus, Calas Typhon era turbado por fenómenos nocturnos sobre los que creía no tenía control. Los objetos se estremecían y eran aplastados a su alrededor cada vez que se asustaba y enfurecía, y las plantas se marchitaban y morían bajo su mirada. Estos poderes le desconcertaban, pero decidió convertirlos a su favor. Para cuando Typhon alcanzó la madurez, ya había aprendido a dominar las energías psíquicas que resonaban dentro de él cada noche; una hazaña de la voluntad que impresionó a sus ancianos poderosamente. Con este acto, Typhon se reafirmó en su determinación de tener más éxito que cualquiera de sus compañeros.

Cuando el Emperador recuperó a su hijo perdido de las nieblas tóxicas de Barbarus y lo reunió con los guerreros sobrehumanos nacidos de su semilla genética, Typhon fue uno de los elegidos para unirse a sus filas. La ciudadela de su clan había sido visitada por los apotecarios de la nueva Legión de marines espaciales de Mortarion, y durante sus evaluaciones, la fuerza interior de Typhon había brillado. Los procesos esotéricos por los cuales Typhon se convirtió en un miembro de la Guardia de la Muerte se pierden en su memoria, pero cuando se enteró de que su Legión rechazó el uso de poderes mentales, Typhon aprendió rápidamente a suprimir su potencial psíquico. Su Primarca desaprobaba el uso de tales tácticas, viéndolas como una muleta impropia de verdaderos guerreros. En cambio, Typhon volvió a la voluntad y resistencia férreas que le permitieron capear los acontecimientos de su tumultuosa infancia. Esto, en sí mismo, era un recurso extraordinario; Typhon superó a todos los demás en las maratonianas pruebas de toxinas y de resistencia protagonizados por su incipiente Legión.

La ascensión de Typhus[]

Cara Calas Typhon Primer Capitán Guardia Muerte Herejía

Boceto de Calas Typhon, Primer Capitán de la Guardia de la Muerte, durante la Gran Cruzada.

Tal era su fuerza mental y física que Mortarion no tardó en favorecer a Typhon, elevándole al rango de Primer Capitán de la Guardia de la Muerte. Tal honor no pasó desapercibido para el estoico guerrero. Si Calas Typhon podía ganarse un puesto tan importante sin hacer uso de sus habilidades ocultas, estaba destinado a la grandeza si cambiaban las circunstancias.

A medida que los mundos errantes de la galaxia eran llevados al sometimiento imperial, Typhon se distinguió una y otra vez. Se convirtió primero en caballero y luego en un rey guerrero que contribuyó en gran medida al éxito de su Legión en la Gran Cruzada. La capacidad de Typhon de hacer caso omiso de los efectos perniciosos de las zonas de guerra hostiles y las armas enemigas por igual le convirtió en una leyenda. Durante las guerras tribales de Rothric IX, perdió su arma y recibió un fortísimo golpe de maza en el lateral de la cabeza que habría matado a cualquier hombre inferior, en su lugar le condujo a una fría rabia que le llevó a matar a todos los guerreros tribales de la zona utilizando una barra de hierro corta. Salvó desinteresadamente la vida de un escuadrón de Hermanas del Silencio sobre Madrighoul arrojándose sobre una granada krak en mal funcionamiento, y después de menos de una semana en el apothecarion, se dio de alta para el servicio activo una vez más. Incluso la hermandad de los Sudarios de Muerte, los cuarenta y nueve guerreros elegidos a dedo y que servían como Guardia de Honor de élite de Mortarion, quedaron maravillados por la extraordinaria fortaleza de Typhon. Aunque ninguno hablaba abiertamente de él, los guerreros de la Guardia de la Muerte obedecían a Typhon por un sentimiento persistente de miedo y respeto.

La creación de un monstruo[]

Fue durante una cruzada con los Portadores de la Palabra donde Typhon se enteró de un camino diferente para las Legiones Astartes, un futuro donde sus habilidades psíquicas duramente ganadas serían una fuente de grandeza en lugar de un tabú que se debía ocultar a plena vista. El más famosos Capellán de los Portadores de la Palabra, Erebus, introdujo a Typhon en los secretos de la Logia de los Siete Pilares, una de las logias guerreras que habían comenzado a extenderse por las Legiones de marines espaciales en los últimos días de la Gran Cruzada. Fue durante este tiempo cuando Typhon alcanzó a ver lo que los marines espaciales podrían llegar a ser si se quitaban el yugo de las ambiciones del Emperador.

Tal vez la revelación de Typhon fue clave en la propia caída de Mortarion al Caos; quizá Mortarion lo hubiera hecho por su cuenta. De cualquier manera, el atormentado primarca vio en Horus a un digno maestro, mientras que en el Emperador sólo vio un egoísta prepotente que le había robado la realeza duramente ganada en un solo día. Con el Primarca de la XIV Legión y su primer capitán unidos en su rebelión, no pasó mucho tiempo para que el resto de los oficiales de la Guardia de la Muerte empezasen a pensar de igual forma. La excepción fue el Capitán de la 7ª Gran Compañía, Nathaniel Garro, cuya negativa a permitir que el honor de su Legión muriera sin más cambió el curso de toda la Herejía de Horus.

La atrocidad de Istvaan III[]

Pre herejia guardia de la muerte calas typhon

Pictografía del Primer Capitán Calas Typhon

La corrupción que se extendía por las Legiones Astartes mostró su rostro en Istvaan III, donde Mortarion ordenó a los leales al Emperador dentro de la Legión destruir a los Cantores herejes del planeta. Mientras estos luchaban sobre el terreno, los elementos corruptos de la Guardia de la Muerte bombardearon el planeta con armamento vírico. Cuando la carne de sus hermanos se desprendió de sus huesos, Horus provocó la ignición de los gases desprendidos durante el bombardeo vírico y encendió la atmósfera del planeta en una tormenta de fuego que carbonizó a miles de marines espaciales.

A pesar de la ofensiva terrestre lanzada por las legiones traidoras bajo el mando de los primarcas traidores, un núcleo de leales sobrevivió. Estacionado a bordo de la fragata Eisenstein, el Capitán Garro y un grupo de leales había descubierto la traición del señor de la guerra antes de que ordenase el Exterminatus. Garro estaba decidido a huir del Sistema Istvaan y marchar hacia Terra. Al darse cuenta que algo andaba mal, Typhon, a bordo del Acorazado Terminus Est, se desplazó a interceptar la pequeña fragata aún cuando no había recibido orden alguna de su bullicioso subordinado, el Comandante Ignatius Grulgor, el cual se encontraba infiltrado en la nave lealista. Se dio a la persecución mientras la Eisenstein intentaba evadir las armas de su nave. La fragata sufrió graves daños por las masivas baterías de cañones de la Terminus Est, pero escapó y Garro y un puñado de legionarios de la Guardia de la Muerte llevaron la noticia de la rebelión a Terra.

Mientras la Herejía que Horus inició pasó poco a poco a una guerra a escala galáctica, Mortarion ordenó a su flota dirigirse a Terra a toda prisa para unirse a las otras legiones traidoras en la destrucción del Falso Emperador. En este punto, Typhon servía a un solo maestro, y no era su primarca. Typhon se había ocupado de matar a los navegantes de la flota, pero tranquilizó a Mortarion diciéndole que el don que poseía los llevaría a través de la disformidad. A pesar de que odiaba la idea de depender de la brujería, Mortarion tenía pocas opciones. La flota de la Guardia de la Muerte hizo la transición a la disformidad, y en el proceso se condenaron a una eternidad de guerras como los títeres de una dios antiguo y malicioso.

Una legión renacida[]

Caos typhus guadaña

Al dirigir a su legión por la disformidad, Typhon la puso al alcance de las garras de su nuevo amo, Nurgle, el Señor de la Descomposición. Las extrañas mareas de la disformidad son notoriamente inconstantes, pero durante su viaje toda la flota quedó varada. Cuando las naves de guerra se quedaron sin dirección y sin esperanza, la influencia del Padre Nurgle comenzó a manifestarse. La Guardia de la Muerte quedó sometida a la terrible infección de la Plaga Destructora y de la Putrefacción de Nurgle cuando estas lograron infiltrarse. Contaminó tanto a las naves como a los guerreros de su interior. Al poco tiempo, las hordas de moscas demoníacas zumbaron en un miasma que llenó cada nave de guerra. Allí dónde mordieron a los desesperados guerreros, la carne se volvió supurante. El veneno de sus picaduras hizo que florecieran cuernos y otras excreciones. Sus barrigas se hincharon y sus ojos se disolvieron como huevos rotos; incluso las servoarmaduras mutaron y fluyeron en extrañas formas. En este caso, la capacidad de resistencia sobrehumana de la Guardia de la Muerte demostró ser un digno enemigo, pues simplemente no podían morir. En cambio, fueron transformados poco a poco en Marines de Plaga, cuyas almas fueron reclamadas por Nurgle a cambio de una liberación permanente de su dolor. Typhon, por haber orquestado esta gran corrupción, fue recompensado más que nadie.

Crecido, su piel y servoarmadura se convirtieron en una. Grandes túneles de hueso pestilente nacieron de su cuerpo. En estos se vertieron miles de moscas-demonio de Nurgle, que le devoraron hasta que su cáscara podrida estuvo llena de bulliciosa vida. Typhon se convirtió en una gran colonia de insectos portadores de enfermedades. Los embudos de hueso que brotaron de su espalda tosían nubes negras mientras siervos de Nurgle regurgitaron las energías psíquicas emanando de lo que quedaba del cuerpo de su heraldo. Typhus, Anfitrión del Enjambre Destructor, había nacido, el más bendito y maldito de todos sus parientes.

Un nuevo comienzo[]

Aunque al final la Herejía de Horus fue derrotada, las Legiones Traidoras reclamadas por los Dioses del Caos cambiaron para siempre. Typhus se encontró luchando contra las criaturas más surrealistas que había visto nunca. Wyrms de cristal viviente que se hicieron añicos por su gran guadaña, minotauros de ocho miembros que fueron reducidos a lodos biológicos con sus explosiones psíquicas y sirenas torneadas que encontraron su final en el cuerno mutante que había brotado de su frente. Como en toda su vida, sobrevivió.

Mortarion, para entonces un Príncipe Demonio de Nurgle, reclamó un distante Mundo Demoníaco, conocido como el Planeta de la Plaga, como su dominio. Allí, gobernó como rey de demonios y marines espaciales del Caos por igual. El Primarca-Demonio reformó su mundo para parecerse a Barbarus, su antiguo planeta natal. Typhus se sentía enfermo por el sentimentalismo. Su lealtad era a Nurgle y él se fortalecía cuando los mortales temían la muerte. Para entonces era una leyenda profana por derecho propio, y no se contentó con una existencia sedentaria como mano derecha de su primarca. Reunió a aquellos cuya amarga enemistad contra el Imperio todavía ardía con fiereza, formando una Flota de Plaga que llevó a las mareas de la disformidad una vez más. A su cabeza iba la Terminus Est, la lanza que Typhus pretendía hundir profundamente en el corazón del Imperio. Con la bendición del Padre de Plagas, se trataría de una herida que nunca sanaría. En una rara muestra de tolerancia, Mortarion dejó que su siempre insubordinado hijo partiera para forjar su propio legado, ya que no quería repetir los mismos errores que había cometido el Emperador con él. Desde ese día, los dos se han acostumbrado a un tolerable pero tenso acuerdo: Typhus seguiría luchando a instancias de Mortarion cuando la causa fuera apropiadamente grande pero, por lo demás, quedaría libre para merodear por el Imperio a su voluntad.

Typhus el Viajero[]

Terminus Est Nave de Plaga Typhus

La Terminus Est, nave de plaga personal de Typhus, el Heraldo de Nurgle.

Desde ese día ha desatado cientos de miles de enfermedades en el Imperio de la Humanidad. La Plaga Destructora es sin duda la más virulenta de todas, aunque su vector de insectos demoníacos significa que es de uso limitado al infectar sistemas estelares. Typhus fue siempre un hombre ambicioso y su búsqueda incansable de la plaga perfecta le ha llevado a la destrucción de naciones, mundos, e incluso sistemas estelares. Incluso ha caminado por el jardín del propio Nurgle, en el Reino del Caos, aprendiendo un gran número de formas de convertir orden y estructura en decadencia y caos. Se murmuraba que siguió a un emisario humanoide compuesto enteramente de sus propias moscas-demonio a las afueras del Jardín, adormeciendo sus hongos sensibles con su profunda voz de bajo y embrujando a sus guardianes con cuentos de entropía y desesperación cuando visitó el reino de los mortales. Cuando las legiones carmesíes de Khorne invadieron el jardín y mataron a todas las bestias que pudieron encontrar, fue Typhus quien coordinó la defensa del jardín, liderando la carga final de Drones de Plaga y bestias como babosas en el Barranco Burbujeante.

En el clímax de la batalla, Typhus venció al gigantesco Príncipe Demonio que comandaba las legiones de Khorne, paralizando a la bestia con cabeza de perro con plagas cada vez más virulentas hasta que fue capaz de vencerle en combate singular y tomar sus entrañas como regalo para el caldero de Nurgle. Tal fue el favor resultante del Señor de la Descomposición que éste le permitió alcanzar su trono, presentando su oferta antes de sumergir su guadaña en la suciedad que se acumulaba alrededor de su base y retirarla rápidamente antes de que la muerte le reclamara.

Cuentos como estos brotan allí donde pisa Typhus, pues su ambición es tan feroz como siempre. A medida que sus viajes a través del Imperio llevan sistema tras sistema a la ruina, Typhus se convence cada vez más de que él es el verdadero hijo de Nurgle. Mortarion ha demostrado su debilidad al no librar la larga guerra contra el Imperio; para Typhus, el primarca era puramente el vector por el cual los Marines de Plaga nacerían en este universo. Por contra, Typhus ha sido incansable en la persecución de los objetivos de su verdadero maestro. Desató la Putrefacción de Nurgle sobre Carandinis VII y Protheus, convirtiendo miles de millones de almas en Portadores de Plaga que catalogan incansablemente las enfermedades menores que surgen a la estela de Typhus. En Ligeta, liberó una canción de plaga que obligó a los infectados a cantar un himno a Nurgle incluso a medida que se consumían. Acabó con toda la población masculina de Florins con la temida Fiebre Roja, y desarrolló la pandemia mundial de Jonás, reduciendo un mundo santuario otrora orgulloso en una necrópolis global de tumbas llenas de podredumbre. Sin embargo, la joya de la corona de los logros de Typhus es la introducción de la Plaga Zombie en el Segmentum Obscurus. Con esta terrible nueva maldición, Typhus ha fusionado los ciclos de la vida y la muerte, un acto que ha complacido sobremanera a su amo.

Caos zombies de plaga warhammer

Plaga Zombie

La Plaga Zombie es una enfermedad disforme, y sólo puede infectar a los que no tienen esperanza ni fe en sus corazones. En la rutina de la vida imperial, la gran mayoría de la población se cuenta en ese grupo. Las desafortunadas víctimas de esta horrenda enfermedad mutan de adentro hacia afuera, tosiendo hasta la muerte durante un período largo y doloroso. Eso es sólo el comienzo de su sufrimiento. Aquellos que caen no permanecen muertos; sus cuerpos son reanimados por el poder sobrenatural de la infección y dan caza a los vivos, desesperados por roer en carne cálida, fresca. Incluso una sola picadura puede transmitir la infección a un nuevo huésped, por lo que el proceso comienza de nuevo.

Cuando no está cosechando para Nurgle con su Sacatripas en el campo de batalla, Tifus se sienta en el trono de mando de la Terminus Est, fusionando su mente con los sensores de la nave para buscar su próximo destino entre las corrientes de la disformidad. Su incesante viaje para encontrar aún más lugares para difundir las bendiciones de Nurgle le ha valido el título mitad reverente mitad burlón de "El Viajero" entre los otros agentes de los poderes de la oscuridad.

Asedio de Charadon[]

Typhus fue el comandante principal de la invasión al Sector Charadon. Aliado con la Legión Negra, encabezó en su Terminus Est una enorme flota que asedió numerosos sistemas y llevó a la muerte a miles de defensores imperiales. Nadie sabe muy bien por qué Typhus se alió con la Legión Negra y con Abaddon. Algunos creen que esto se debe a que respeta la forma en que Abaddon sigue desafiando la daemonicidad y a los propios dioses, mostrando que posee una determinación que supera incluso a la de Typhus. Otros creen que es porque Typhus anhela dar su lealtad a un nuevo Señor de la Guerra, uno que no falle como hizo Horus. Los susurros más perniciosos insinúan que tal vez Typhus tiene otros planes, que al cumplir la voluntad de Abaddon y demostrarle el poder de los adoradores de Nurgle, de hecho sirve al Dios de la Plaga al tratar de tentar por fin al Saqueador hacia su singular culto.

Sea como fuere, Typhus era uno de los señores de la guerra más aterradores en Charadon. Su forma corrupta y abotargada se vio reforzada por sus poderes psíquicos, aumentados desde la apertura de la Gran Fisura. Comandando a sus tropas desde el frente, desató una horrible plaga que hizo que los muertos del Sector se levantasen y enfrentasen a sus enemigos.

Armamento[]

Arma guadaña typhus
  • Enjambre Destructor - El cuerpo de Typhus alberga una plaga horrible que se manifiesta en forma de un enjambre de insectos que escapan por las grietas y orificios de su armadura.
  • Lanzallamas de mano - Como Calas Typhon, este utilizó un lanzallamas de mano con munición química junto con su guadaña de energía artesanal de los Sudarios de Muerte.
  • Moscas-demonio - Las grotescas moscas demoníacas que infestan el Enjambre Destructor son criaturas verdaderamente repugnantes, aunque a los ojos de Typhus y del Padre Nurgle, cada uno es un pequeño ángel de decadencia a la espera de transmitir las bendiciones de la podredumbre y la entropía a todo lo que tocan.
  • Granadas de plaga - Los Marines de Plaga de la Guardia de la Muerte hace mucho tiempo que perfeccionaron la práctica de utilizar las cabezas cortadas de sus enemigos como granadas en bruto. Seccionadas, llenadas de gel tóxico y selladas con cera, estos proyectiles estallan al impacto, rociando con líquido y moscas enfermas que muerden en todas las direcciones.
  • Viento del Caos - El Hechicero del Caos convoca la corrupción dentro de su alma, desatando olas de energía que son sutilmente diferentes para cada brujo; en este caso una corriente de suciedad biliosa de aquellos que sirven a Nurgle.
  • Nuncio Vox.
  • Granadas Radiactivas - Las granadas rad detonan en una lluvia de pequeños fragmentos radioactivos. Las emisiones radiactivas de cada partícula tienen una vida media de milésimas de segundo, lo que garantiza que el usuario puede cargarlas sin exponerse a la contaminación radiológica. Sin embargo, los enemigos atrapados en la explosión inicial sentirán la influencia debilitante de la radiación durante algún tiempo, y pueden verse afectados de forma permanente por enfermedades por radiación a largo plazo.

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Podcast[]

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Fuentes[]

  • Codex: Marines Espaciales del Caos (Ediciones 3ª, 4ª y 6ª).
  • Zona de Guerra Charadon: Acto 1, El Libro de la Herrumbre.

Extraído, traducido y adaptado de Lexicanum inglés y Wikihammer 40K UK.

  • Codex: Ojo del Terror (3ª Edición).
  • Codex: Guardia de la Muerte (8ª Edición).
  • Index Chaotica: Terminus Est (Digital Edition).
  • The Horus Heresy II.
  • Horus Heresy: Collected Visions.
  • Warhammer 40,000: Warlords of the Dark Millennium (Libro de trasfondo).
  • White Dwarf nº 282 (Edición inglesa).
  • Los Primarcas (Antología) - "El León", de Gav Thorpe.
  • Cadian Blood (Novela), de Aaron Dembski-Bowden.
  • The Carrion Anthem (Relato corto), de David Annandale.
  • Typhus: Herald of the Plague God (Relato corto), de David Annandale.
  • Daemonology (Relato corto), de Chris Wraight.
  • The Unforgiven (Novela), de Gav Thorpe.
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