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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Khorne medio sin fondo

Cerberus el Rebañacráneos, mascota de los Poderes Ruinosos, patrocina este espacio para honrar a sus demoníacos señores. Pulsa sobre él y te introducirá en los misterios del Caos.

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Aplastador de almas

Aplastador de Almas destruyendo un Rhino de los Ultramarines.

Los Aplastadores de Almas (Soul Grinders en inglés) son fusiones diabólicas de Demonios y máquinas, impulsadas por una oscura malevolencia y un deseo de destruir. Estos engendros metálicos de muchas patas, que alcanzan una estatura capaz de ridiculizar incluso a algunos Grandes Demonios, y que van equipados con poderosísimas armas demoníacas, siendo casi imparables. Aquellos que les hagan frente serán aplastados como insectos hasta quedar convertidos en una pulpa irreconocible. Las mayores monstruosidades alienígenas serán partidas por la mitad por sus garras de acero, y los tanques enemigos serán hechos trizas como si fueran madera podrida.

Los Aplastadores de Almas forman la punta de lanza blindada de las huestes demoníacas. El brutal ímpetu y violencia de sus asaltos es tan horrible que muy pocos guerreros aguantan el tipo cuando un Aplastador de Almas choca contra sus líneas. Su naturaleza demoníaca les permite aparecer de la nada donde menos se espera, y su armazón de metal disforme los hace invulnerables a todo excepto a las armas antitanque más potentes. Los Aplastadores de Almas avanzan hacia el enemigo mientras desatan una tormenta de destrucción con las armas de asedio fusionadas en sus brazos. Estos cañones fueron construidos por sus artesanos del Caos que los encantaron para que disparasen andanadas de puro odio ígneo. Con todo, esas no son las armas más poderosas del arsenal de un Aplastador de Almas, pues sus humeantes mandíbulas son capaces de liberar la energía pura de la Disformidad. Estos ataques toman distintas formas, todas ellas letales. A veces los Aplastadores de Almas vomitan chorros de fuego disforme, mientras que otras veces usan sus lenguas como si fueran latigos de energía. Incluso se les ha visto escupir grandes masas de icor mutante a distancias increíbles, aniquilando a escuadras enemigas enteras en una sola explosión.

Según las leyendas, los Aplastadores de Almas se crearon en el reino-limbo conocido como la Forja de las Almas. Aunque los Demonios nunca pueden ser destruidos realmente, sí que pueden quedar tan maltrechos que su esencia se vea obligada a languidecer durante incontables siglos antes de poder reformarse. Tal periodo de inexistencia es intolerable para los Demonios, que hacen lo posible por saltárselo. Los planes más comunes consisten en sacrificar cierto número de almas mortales a cambio de obtener un nuevo cuerpo físico. Aquellos Demonios que logren acumular una cantidad de cuerpos suficiente podrán saltarse el purgatorio de la Forja, pero el precio de almas es invariablemente muy elevado. Ocasionalmente, no obstante, la Forja de Almas puede ofrecer a un Demonio lo bastante desesperado un regalo alternativo: la promesa de construirle un cuerpo nuevo, capaz de desatar una gran destrucción. Por supuesto, esta bendición tiene un coste. El precio exigido por la Forja puede ir desde un mero puñado de vidas mortales hasta incontables millares de almas (la tarifa requerida nunca es igual para dos Demonios distintos). Si el Demonio acepta, deberá revelar su verdadero nombre a la Forja y proferir los Juramentos del Pacto de Hierro. Con ese trato sellado, la esencia del Demonio se fusionará en un cuerpo de metal disforme y renacerá como Aplastador de Almas.

Se dice que si un Aplastador de Almas logra reunir el número de almas mortales prometido, el Demonio que mora dentro de él quedará liberado de su prisión mecánica para volver a la existencia que un día conoció. No obstante, esta no es una deuda fácil de pagar, y el precio pedido siempre puede aumentar de manera errática, permaneciendo fuera de su alcance. Si el Aplastador de Almas es destruido antes de saldar la deuda, se ofrecerá al Demonio una nueva reencarnación como Aplastador de Almas, solo que a un precio mucho mayor. Así inicia un inescapable ciclo de acumular "deuda de almas" que condena al Demonio por toda la eternidad, igual que les ha ocurrido a las almas cosechadas por él.

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Fuentes

  • Codex: Demonios del Caos (6ª Edición).
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