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Legión de la Cruz de Hierro
El contenido de este artículo pertenece a la saga No Oficial de Balhaus, que ha recibido el Sello de Calidad Wikihammer.

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Antropofobia Imperial

Versión del libro Antropofobia Imperial en Herrin en un dispositivo Kampfcomm en modo de lectura

Antropofobia Imperial es un escrito filosófico radical creado por el filósofo balhausita Bern Raussen y publicado en el 172 DDF (097.M37).

De corte claramente crítico, el trabajo es todo un compendio analítico de principios, situaciones y hechos acaecidos que se estudian formando la base de toda la corriente derivada posterior.

Asimismo, la Antropofobia Imperial da nombre a una corriente de pensamiento activa y afecta a algunos militares balhausitas.

Descripción[]

El ensayo de Raussen es un conjunto de pensamientos argumentados que toman al Homo Sapiens Sapiens como base en contraposición al Homo Balhaus, incidiendo en su comportamiento, acciones, historia, relación con el universo, creencias y su posible futuro próximo en relación a los anteriores conceptos.

Esta obra sentó las bases de toda una corriente de pensamiento que se extendió por la sociedad de Balhaus y que en la actualidad sigue presente como fundamento de muchas de las actividades balhausitas con respecto al Imperio de la Humanidad, especialmente en el ámbito militar, sustentando la idea del Ewigschlacht y la densa fobia a todo lo relacionado con la cultura humana desde hace Miclos.

Resumen[]

Antropofobia Imperial analiza en detalle y trata de explicar los motivos por los cuales existe la sociedad humana (refiriéndose en concreto a la cultura Imperial), las acciones emprendidas por sus miembros en el pasado y el presente, su comportamiento y ambiciones, todo analizado de forma concienzuda desde un punto de vista lógico.

Dicho análisis, muy en resumen, concluye en que existe un choque insalvable entre la racionalidad y el comportamiento del hombre del Imperio a lo largo de los milenios, estableciendo la máxima fundamental de la obra: Menschenreich räuberisch menschsein, que traducido del Herrin (donde adquiere ciertos matices no trasladables completamente) significa "el Imperio es el depredador del ser humano", y que constituye el argumento fundamental del texto.

"Las alimañas más horribles se matan y devoran entre ellas cuando no tienen qué comer, pero los hombres del Imperio van mucho más allá, pues aún teniendo objetivos comunes para todas sus gentes a lo largo de los Miclos, se revuelven y devoran internamente masacrando a sus congéneres sin necesidad de ello. El Imperio es el depredador natural del ser humano. Las alimañas siguen su instinto natural y el hombre también."

Bern Raussen, Antropofobia Imperial, capítulo I, párrafo IV

Según Raussen, asimismo, el hombre del Imperio es un ser religioso por conveniencia —en términos de control absoluto de su población—, apegado a un misticismo impuesto, único y retrógrado que obstaculiza por completo su evolución y que requiere de una defensa a ultranza de sus convicciones hasta el punto de imponerlas a todos sus semejantes, al igual que un virus que se extiende de forma imparable infecta todos los organismos a su alcance, acabando por destruirlos.

"El hombre del Imperio es una criatura beligerante, aterrada y extremadamente violenta, el cual cría a todos sus vástagos en el miedo, la religión y el odio a lo desconocido, rechazando cualquier punto de vista que no imponga a su especie como única y futura heredera del universo, a cualquier precio."

Bern Raussen, Antropofobia Imperial, capítulo II, párrafo XVII

Por último, Raussen establece que el futuro del ser humano Imperial no pasa por controlar la Galaxia, como creen y predican en su fe, sino que incluso si consiguieran situarse como dominadores de todas las demás razas —algo altamente improbable—, sin duda acabarían matándose unos a otros en la eterna guerra en la que están acostumbrados y destinados a vivir, pues no existe evolución ni en sus pensamientos ni en sus pretensiones.

El Imperio es así la cuna de billones de criaturas que degeneran cada vez más, excusando sus espantosas acciones en la necesidad de sobrevivir, cuando ellos mismos son la propia amenaza a su existencia.

Corriente[]

Las conclusiones de Raussen, ampliamente discutidas y analizadas con el paso del tiempo, dieron origen a un movimiento antropofóbico que se adhirió a muchos balhausitas, especialmente a aquellos más proclives a apoyar la militarización como método de supervivencia en un entorno agresivo muy influenciado por la presencia del Imperio.

Para los seguidores de esta doctrina, el único medio de combatir la amenaza progresiva que supone el Imperio es desarrollar las capacidades bélicas balhausitas hasta conseguir una ventaja tecnológica lo suficientemente grande como para poder equilibrar la balanza, incrementar sus ejércitos, dotarlos de medios y presentar batalla allí donde puedan obtener la victoria.

La corriente de Raussen, así, aparece mezclada con varias de las máximas seguidas por la Casa Bluthaiden desde el Miclo II (M37), extendiéndose asimismo por la Wehrwaffen como principio.

Crítica[]

Pese a que la Antropofobia Imperial es una corriente muy en boga, sobre todo entre el espectro de población más apegado a las actividades militares, existen voces que lo tachan de excesivo radicalismo, lo cual fomenta un odio ciego al ser humano como entidad general, pero sin considerar suficientemente las condiciones que le han llevado a ser lo que es.

Los antagonistas de esta creencia inciden en el hecho de que el Imperio, tan solo por su inmenso volumen y los incontables mundos que alberga, no puede considerarse como entidad única, ya que los sucesos que ocurren a lo largo de sus fronteras ni siquiera están plenamente controlados por un organismo central, sino que es un cúmulo de acciones a menudo inconexas que conforman el todo.

Aparte de esto, la militarización de la sociedad imperial y su fuerte componente religioso convierte a muchos de sus individuos en fanáticos y a la comisión de actos reprobables, pero eso no está necesariamente ligado a la naturaleza humana, sino a la coyuntura, el aprendizaje y en muchos casos a la supervivencia.

En suma, considerando esto, no se pueden excusar muchos sucesos llevados a cabo históricamente por el Imperio, pero tampoco puede condenarse a la ligera a toda la especie por los eventos ocurridos.

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