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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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Retrato Alfarius Omegón Horus Heresy III Extermination

Retrato de Alpharius con su armadura ceremonial de la Gran Cruzada, las Escamas Píticas en el Speculum Historiae de Carpinus.

Alpharius (también conocido como el Último Primarca) fueron en realidad dos hermanos gemelos idénticos, y uno de los veinte Primarcas creados por el Emperador de la Humanidad en los primeros tiempos del Imperio de la Humanidad, poco después de la Era de los Conflictos en el 30º Milenio. Al igual que los otros Primarcas, Alpharius y su hermano gemelo Omegon fueron transportados desde el laboratorio genético del Emperador en las Montañas del Himalaya de Terra a través de la Disformidad por los Dioses del Caos, y situados en un lejano mundo en un intento de prevenir el auge del Imperio del Hombre y la expansión de este a través de la Vía Láctea. Alpharius Omegon fue descubierto por el Primarca Horus, y enviado a conocer a su padre a Terra, quien le puso (y en secreto a su hermano) al mando de la XX Legión de los Marines Espaciales, la Legión Alfa, durante la Gran Cruzada del M31.

Secretos y mentiras

Hay que recalcar que el secretismo característico de la Legión Alfa se extiende a los registros de su Primarca. Existe poca información previa almacenada de su historia y su mundo de origen, habiendo sido casi toda ella recopilada y proporcionada por el Inquisidor Kravin del Ordo Malleus. Esto hace pensar que el Inquisidor Kravin pudo ser corrompido por la Legión Alfa, siendo su paradero actual desconocido.

Por consiguiente, mucha de la información imperial relativa al último Primarca puede considerarse sospechosa, y por tanto existen algunos que creen que todo el asunto relacionado con el Inquisidor Kravin fue un complot urdido por la Legión Alfa para sembrar la desinformación en los registros imperiales.

Los Primarcas Gemelos

Alfarius Wikihammer 40k

Un antiguo retrato estilizado de los Primarcas gemelos Alpharius y Omegon de la Legión Alfa

Artículo principal: Omegon.

El mayor secreto acerca del Primarca de la Legión Alfa es aparentemente mantenido en secreto para cualquiera ajeno a la Legión, siendo así desde siempre. A diferencia de los otros Primarcas, Alpharius tenía un gemelo idéntico: Omegon. Se desconoce si el Emperador pretendía este hecho cuando creaba al último Primarca, o simplemente no fue consciente que el embrión se había dividido en dos fetos idénticos durante su gestación en el laboratorio, antes de que fueran sustraídos por los Poderes Ruinosos.

Alpharius y Omegon eran considerados como los Primarcas de la Legión Alfa, pero Alpharius era la cara pública de la Legión, siendo aparentemente el mayor de los dos. Dado que ambos Primarcas eran físicamente idénticos, es posible que pudieran intercambiarse de lugar entre ellos, pudiendo Omegon desempeñar en público la función de Primarca de la Legión. Fueron descritos como "un alma dividida en dos cuerpos", y se les conocía colectivamente simplemente como "Alpharius Omegon".

Mientras que los Astartes de la Legión Alfa hacían esfuerzos para parecerse entre sí hasta ser prácticamente indistinguibles, aún era posible diferenciar a Alpharius y Omegon. Más altos que el resto de los miembros de su Legión, tenían una piel ligeramente bronceada, eran calvos y presentaban una frente marcada, asemejándose de algún modo a su hermano Primarca Horus. A diferencia de él, Alpharius y Omegon tenían unos ojos penetrantes que parecían destellar, y que parecían tener la facultad de variar su color, desde un frío azul ártico hasta un verde brillante. La impresión general causada por Alpharius Omegon era la de una gran nobleza e inteligencia.

Había una forma de distinguir a los dos Primarcas gemelos, y era cuando Omegon se comportaba como comandante de la Escuadra de Infiltración Effrit, ya que grandes secciones de su servoarmadura y equipamiento estaban pintadas de negro u oscurecidas usando otros procedimientos. Por su parte, la armadura que portaba Alpharius normalmente no era particularmente diferente a ninguna que llevase cualquier otro oficial de la XX Legión, para así poder moverse sin ser visto ni siquiera por sus propios hombres entre sus filas. No obstante, cuando decidía abandonar los engaños y revelar su presencia en el campo de batalla, era tan impresionante como cualquier otro Primarca de las Legiones Astartes. Revestido con una armadura forjada a imagen de alguna bestia terrorífica de los mitos terranos, y armado con una panoplia temible de armas de procedencia desconocida, Alpharius atravesaba el campo de batalla como una figura legendaria.

Historia

La Gran Cruzada

Alfarius miniatura

Alpharius fue el último de los hijos perdidos del Emperador en ser encontrado, apenas unas décadas antes del final de la Gran Cruzada y el comienzo de la Herejía de Horus. Mientras que muchos de los demás Primarcas, aparte de Rogal Dorn, fueron encontrados en aquellos planetas a los que habían sido arrojados por los Poderes Ruinosos de la Disformidad, Alpharius aparentemente se encontró con la flota del mismísimo Horus en un Sistema sin nombre.

Empleando una desastrada flota improvisada de cazas monoplaza y biplaza, consiguió oponerse inteligentemente el avance de la flota de los Lobos Lunares en una posición tan precaria que para resolverla se requirió la intervención de Horus en persona. Poco después de llegar a su crucero en peligro, descubrió que un pequeño equipo de abordaje se estaban abriendo camino hacia el puente de mando. El crucero se encontraba en máxima alerta para cuando los cinco intrusos entraron de forma explosiva en el puente. Cuatro de los intrusos fueron rápidamente eliminados por disparos de la Pistola Bólter de Horus. El quinto incursor, cuya altura le hacía elevarse por encima de las cabezas de los Marines Espaciales de los Lobos Lunares, esquivó fácilmente el quinto disparo de Horus y siguió avanzando sin prestar atención al tiroteo. En el último instante, Alpharius cesó en su ataque, ya que tanto Horus como él se habían dado cuenta de cuál era la situación. Horus rompió a reír a carcajadas, puesto que acababa de encontrarse con su último hermano.

Satisfecho más allá de toda medida, Horus mantuvo a Alpharius a su lado durante varios meses, en lugar de enviarle directamente hasta Terra para presentarse ante el Emperador de la Humanidad. Los dos hermanos forjaron un estrecho y poderoso lazo cuando Alpharius y su desharrapada alianza de piratas se unieron con rapidez al Imperio. Ambos quedaron muy impresionados el uno con el otro, aunque Alpharius se negó a revelar cuál era su mundo natal, negando que ninguno los mundos del Sistema Estelar que ambos habían sometido fuera su planeta de origen. Finalmente, Alpharius realizó su viaje hasta Terra para reunirse con su padre, el Emperador. El reencuentro, como ocurría cada vez que el Emperador encontraba a uno de sus hijos perdidos, estuvo rodeado de grandes celebraciones. Sin embargo, dado que la Gran Cruzada estaba en pleno auge, el periodo de vana celebración fue bastante breve, y se dio inmediatamente a Alpharius el mando de la XX Legión de Marines Espaciales, creada a partir del material genético del propio Alpharius apenas unas décadas antes. Dicha Legión, renombrada como la Legión Alfa, siguió a su Primarca a la Gran Cruzada.

Legion Alfa Mundo Rebelde

Miembros de la Legión Alfa conquistando un mundo no adscrito a la Obediencia Imperial, tras llevar a cabo con éxito varias misiones clandestinas

Alpharius desarrolló con rapidez una aproximación única a la doctrina y la forma de realizar las cosas de los Astartes, concentrándose en las filosofías de iniciativa propia y flexibilidad, así como al extenso uso del subterfugio y de operativos especialistas ajenos a la estructura de los Astartes. Este enfoque, multitudinario y casi desestructurado, molestó sobremanera a Roboute Guilliman, el Primarca de los Ultramarines, llevándole a cuestionar en público la forma de ver la guerra de Alpharius. Una violenta discusión estalló entre ambos, que finalizó cuando Guilliman hizo mención a la lista de éxitos y al expediente de su propia Legión, y que según él, Alpharius no podría jamás soñar siquiera en igualar ya que la Legión Alfa era casi doscientos años más joven que los Ultramarines. Finalmente se fueron cada uno por su lado, con acritud y resentimiento en sus corazones, y con la firme creencia de Alpharius de que Guilliman le odiaba. Decidió, debido a ello, ignorar a partir de aquel momento al Primarca de los Ultramarines.

Sin embargo, la crítica de Guilliman caló hondo. Alpharius comenzó a presionar a su Legión para que demostraran la superioridad estratégica de su modo de librar las guerras. Cada vez más a menudo, Alpharius implicó a su Legión en situaciones que requerían cursos de acción cada vez más complejos y duros para forzar el crecimiento como guerreros de sus Marines Espaciales. Los planes se hicieron cada vez más complejos y sutiles, aunque al mismo tiempo implicando cada vez más factores externos para obtener la victoria. Los entrenamientos se hicieron mucho más intensos, y comenzaron a desarrollarse de forma continua nuevas estrategias y modos de actuación, ya que Alpharius buscaba probar tanto el valor de su Legión como su filosofía marcial a todo el Imperio.

La Herejía de Horus

Retrato Alfarius

Antiguo retrato de Alpharius antes de la Herejía de Horus, hecho por el artista en base a descripciones de segunda mano

Siempre se ha supuesto que, dado que Alpharius parecía conocer y llevarse bien solamente con otro Primarca, Horus, resultaba evidente hacia que posición se decantaría y que bando elegiría al iniciarse la Herejía de Horus. De hecho, el mismo plan que se desarrolló en Istvaan V, donde Horus lanzó su primer ataque contra las Legiones Astartes Leales al aniquilar a la mayor parte de los efectivos de las Legiones de los Manos de Hierro, la Guardia del Cuervo y los Salamandras en una masiva emboscada, recuerda bastante a algunos planes que Alpharius desarrolló en el pasado. Sin embargo, es posible que exista otra razón para que Alpharius escogiera unir su Legión al bando de los Traidores, un secreto que solo conocen algunos de los miembros más antiguos y veteranos de la Legión Alfa.

Unos dos años antes de iniciarse la Herejía, parece ser que Alpharius y Omegon entraron en contacto con miembros de una organización xenos dirigida por los Eldars, pero compuesta por una alianza de individuos pertenecientes a un conjunto de distintas especies alienígenas inteligentes, que recibían el nombre de La Cábala, y que presentaron ante el Primarca visiones que mostraban la inminente guerra civil que arrasaría el Imperio, así como extensa información acerca de la naturaleza y los planes de los Poderes Ruinosos del Caos. Se cree que la Cábala convenció a Alpharius y Omegon que la única forma de derrotar permanentemente al Caos en la Galaxia sería asegurarse de la victoria de Horus en su rebelión en contra del Emperador. Quizá por ello Alpharius y Omegon, secretamente leales al Imperio y al Emperador en el fondo de su corazón, escogieron unirse a los Traidores que habían entregado sus almas al Caos.

La Cábala, a través de su único agente humano conocido, que respondía al nombre de John Grammaticus, les explicó que habían previsto dos posibles resultados para la inminente Herejía:

  • En la primera visión, la Legión Alfa se mantendría leal al Emperador y se enfrentaría a Horus, lo que resultaba en la victoria del Emperador. Sin embargo, el Emperador resultaría gravemente herido y debería ser encerrado dentro del sarcófago cibernético del Trono Dorado, ni vivo ni muerto, e incapaz de guiar de forma activa a la Humanidad. Tras diez milenios en los que el Imperio de la Humanidad se vería destinado a un lento estancamiento y declive, el Caos retornaría con todo su poder y derrotaría a la Humanidad, condenándola a una eventual extinción.
  • El segundo resultado se produciría si la Legión Alfa unía fuerzas con Horus y el Caos Unificado, luchando contra el Emperador. En dicha visión, Horus vencía y acababa con el Emperador. Las Legiones Traidoras derrotarían a las fuerzas Leales y Terra pasaría a ser gobernada por Horus, convertido en el mayor y más poderoso Príncipe Demonio del Caos. La visión relataba que Horus, tras matar a su padre, quedaría tan impresionado que recobraría la cordura debido a los remordimientos, expulsando violentamente de su interior la corrupta presa que el Caos mantendría sobre su espíritu. Odiándose a sí mismo y a lo que se habría visto obligado a hacer, Horus exterminaría a la Humanidad corrompida por el Caos en una vasta orgía de derramamiento de sangre que consumiría el Imperio en un solo siglo. Aunque la Humanidad quedaría extinta, los Poderes del Caos también serían destruidos al resultar aniquilado el género humano, ya que su misma existencia dependía en gran medida de las emanaciones psíquicas colectivas de la Humanidad que permeaban la Disformidad.

La Cábala, una alianza de xenos, Eldars y el psíquico humano llamado John Grammaticus, expusieron a la Legión Alfa ambas visiones, que aseguraban que se cumplirían pasase lo que pasase. Se dijo a la Legión Alfa que el destino de toda la Galaxia dependía únicamente de la decisión de la Legión. La Cábala no tenía el tiempo necesario para contactar o convencer a otra Legión de Marines Espaciales de los sucesos que se avecinaban y de como actuar ante ellos. O las acciones de la Legión Alfa aseguraban la extinción de la Humanidad en un siglo de increíble violencia, salvando de la influencia del Caos a todas las demás especies presentes y futuras de la Galaxia, o aseguraban que la raza humana y el Imperio sobrevivieran durante diez milenios de derramamiento de sangre y decadencia, condenando a toda la Galaxia a guerras brutales y al triunfo final del Caos.

La Legión Alfa eligió unirse a la rebelión de Horus, creyendo haber tomado la decisión que habría adoptado el Emperador, sacrificar a la Humanidad a cuenta de la total y definitiva eliminación del Caos del Universo. Sin embargo, su sacrificio parece ser que fue en vano, ya que Horus no venció y el Imperio perseveró a pesar de la decisión de la Legión Alfa de unirse al Caos. Esto solo puede llevar a pensar y preguntarse si las predicciones del futuro de la Cábala eran erróneas, si esta servía secretamente a los intereses del Caos y mintió a Alpharius tan solo para corromper una Legión Astartes más, o si se produjo algún otro acontecimiento que aún ha de ser descubierto. Hay que señalar que John Grammaticus, el agente humano que llevó a cabo el primer contacto con la Legión Alfa por órdenes de la Cábala, era un hombre con un aspecto y un trasfondo muy parecido al del propio Emperador. John era un poderoso psíquico mutante que había vivido durante miles de años, y que incluso se encontró cara a cara con el Emperador en una ocasión, antes de que el Emperador hubiera acabado de unificar a las diferentes facciones humanas de Terra durante las Guerras de Unificación del 30º Milenio.

Tras la Herejía

Primarcas Gemelos Alfarius y Omegon

Los Primarcas Gemelos, Alpharius y Omegon

Durante la Herejía de Horus, Alpharius pareció estar más interesado en probar el valor de su Legión al enfrentarse, en cada ocasión que le surgió, contra las mejores Legiones de las fuerzas Leales. Tras la Herejía de Horus, la Legión Alfa no se retiró al Ojo del Terror como el resto de las Legiones Traidoras. En lugar de ello se trasladó al Este galáctico, siguiendo nuevos objetivos de su propia elección. Se desconoce si uno de dichos objetivos era enfrentarse o no a los Ultramarines, pero el caso es que el enfrentamiento se produjo de igual modo.

Fue en el planeta Eskrador en donde Alpharius y Roboute Guilliman se encontraron por última vez. Creyendo que Guilliman emplearía los procedimientos estándar de despliegue de su creación, que se detallarían tiempo después en el Codex Astartes, Alpharius se llevó una sorpresa cuando los Ultramarines, empleando una fuerza escindida de asalto, en la que estaba su Primarca, llevó a cabo un rápido ataque sobre el cuartel general de la Legión Alfa. Parece ser que dicha situación agradó a Alpharius, ya que le permitía demostrar la superioridad de sus flexibles, multitudinarias e inesperadas estrategias militares sobre los notoriamente precisos, metódicos e incluso tácticamente moribundos Ultramarines. Ambos Primarcas se trabaron en un mortal combate en el que Alpharius fue abatido. Creyendo que el combate había acabado, ya que ninguna Legión Astartes podría sobrevivir a la pérdida en combate de su Primarca, los Ultramarines fueron pillados por sorpresa por el ataque, apenas un día después, de los restantes miembros de la Legión Alfa. Los Ultramarines que habían participado en el asalto contra el cuartel general de la Legión Traidora fueron cazados y aniquilados de forma tan despiadada que, cuando al fin lograron reunirse con el grueso de las fuerzas de los Ultramarines, casi habían sido aniquilados por completo.

Tras una semana de enfrentamientos constantes y graves pérdidas, el grupo de asalto de los Ultramarines consiguió reunirse con el resto de sus fuerzas, tras lo que procedieron a evacuar el planeta a toda prisa. Aunque creían que habían perdido a su Primarca, la Legión Alfa había golpeado seriamente y en profundidad a los Ultramarines, quienes procedieron a bombardear las posiciones de sus contrincantes desde la órbita. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la muerte de Alpharius sigue resultando sospechosa hasta para los Ultramarines, y muy posiblemente sigue vivo y libre. Por otro lado, es posible que Alpharius muriera de verdad, y que su gemelo Omegon tomara el mando en solitario de la Legión Alfa. Al contrario que las demás Legiones Traidoras, muchos de los integrantes de la Legión Alfa se encuentran fuera del Ojo del Terror, recorriendo la Galaxia formando partidas de guerra cuyos integrantes están entrenados para actuar de forma independiente los unos de los otros en busca del cumplimiento de una causa superior. Es por ello que la Legión Alfa es la única Legión Traidora que no ha sucumbido a las mutaciones del Caos, un resultado dictado asimismo por su continua y secreta lealtad al Emperador de la Humanidad.

Tras la Batalla de Eskrador, la Legión Alfa se dividió, para esconderse del Imperio, en pequeñas partidas de guerra autónomas que establecieron bases secretas en cinturones de asteroides, pecios espaciales y estériles planetas deshabitados. Dichas unidades lanzaron frecuentes ataques contra objetivos militares debilitados durante la Herejía, y aún hoy en día siguen siendo una amenaza para las naves, asentamientos y guarniciones imperiales. Las partidas de guerra de la Legión Alfa ayudan a extender y coordinar cultos del Caos a lo largo y ancho de la Galaxia buscando instigar masivas revueltas planetarias contra el dominio imperial. Dichas insurrecciones son empleadas a menudo para alejar a las fuerzas imperiales de planetas que la Legión Alfa precisa atacar, allanando el camino para los asaltos a larga escala de los Marines Espaciales del Caos procedentes del Ojo del Terror.

Marine Legion Alfa Poseido

Un Astartes de la Legión Alfa poseído por el Caos durante la Herejía de Horus

El papel de la Legión Alfa en la expansión de cultos heréticos del Caos por todo el Imperio les ha hecho ganarse el odio de la Inquisición, cuyas Ordo Malleus y Ordo Hereticus han dedicado considerables recursos para encontrar y destruir sus bases secretas. La Legión Alfa ha sido declarada por los Altos Señores de Terra como eliminada al menos en tres ocasiones, en el 31º Milenio, en el 32º Milenio y en el 39º Milenio. Dichas afirmaciones siempre se han visto desmentidas por los ininterrumpidos asaltos de la Legión. La Legión Alfa ha sufrido grandes pérdidas en muchas ocasiones desde el final de la Herejía de Horus, pero su aún enorme número de efectivos ha llevado a concluir a muchos observadores y analistas imperiales que deben estar reclutando nuevos miembros para la Legión, consiguiendo mantener un suministro continuo de semilla genética sin corromper, una rareza para unos Marines Espaciales del Caos.

Armamento

Aunque se sabe que muchas veces entraba al combate bajo la apariencia de uno de sus Astartes, en ocasiones Alpharius (o quizá alguien que se hacía pasar por él) hacía acto de presencia vistiendo una imponente y recargada armadura artesanal con un yelmo cerrado, conocida como las Escamas Píticas. En estas situaciones, blandía varias armas extrañas y esotéricas, siendo la más famosa la Lanza Pálida, que se decía tenía origen xenos. Llevaba además una capa de camaleonina, esferas venenosas, un nuncio-vox, un cognis signum y un plasma de asalto artesanal.


Miniatura

Fuentes

Extraído y traducido de Wikihammer 40K UK.

  • Index Astartes IV.
  • The Horus Heresy III.
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