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Compresor electropsíquico estándar
El Compresor Electropsíquico, Bobina de Agitación Psíquica o comúnmente también Agitador, es un elemento fundamental en los generadores entrópicos que habilita la apertura de canales entre el Espacio real y la Disformidad.
Descripción[]
Este aparato, el cual fue diseñado originalmente por Katerina Feynmann aunque posteriormente mejorado por el gremio de Disfornautas con el paso del tiempo, es un componente dentro del mecanismo de los generadores entrópicos que se asemeja a un cilindro que alberga una carga de energía psíquica latente.
Sirve a la vez como contenedor y como entorno de operación para los procesos posteriores, ya que su interior está contruido en forma de contenedor ovoide fabricado en tungsteno y cartanio con una estructura externa que alberga el mecanismo para la generación del campo compresor.
Funcionamiento[]
El Agitador está compuesto por un emisor de campo que funciona dentro de una cámara psicoestanca de cartanio, el cual cuando ésta se encuentra saturada de energía psíquica crea un flujo electromagnético a su alrededor que empieza a comprimirla a medida que disminuye su diámetro mientras varias palas giran en el interior velozmente, forzando así la colisión de las partículas energéticas mientras se eleva la densidad psíquica paulatinamente.
El entorno donde ocurre este proceso impide el escape de la energía, de modo que llegado un punto crítico de interacción psíquica y compresión el fluido atrapado acaba provocando una fisura dimensional entre el Espacio Real y el Inmaterium, generando de esta manera una singularidad reversible a través de la cual el flujo energético se desplazará masivamente de uno al otro plano al ser el único punto de escape.
La singularidad creada es proporcional al volumen de energía comprimida y es controlado por una serie de complejos cálculos que determinan el tamaño de la abertura dimensional basándose en parámetros enviados por el generador entrópico como son la envergadura de la nave que debe realizar el salto a la Disformidad y su velocidad principalmente. En ese intervalo la nave puede atravesar el campo y acceder a la otra dimensión, lo cual consume una gran cantidad de energía que, al ser extinguida, cierra la singularidad inmediatamente manteniendo el tejido del plano intacto.
Debido a que la existencia de una rasgadura entre el Espacio Real y el Inmaterium puede suponer el derramamiento de energía psíquica de manera descontrolada —con los peligros que esto conlleva—, la principal medida de seguridad para evitarlo es que la nave en cuestión que va a recorrer el pasillo entre ambos planos alcance una gran velocidad antes de que la singularidad se produzca, pues a mayor velocidad menor será el tiempo que ésta debe permanecer abierta. El umbral que debe alcanzar una nave para un salto seguro se determina por encima de las 10 MG, o lo que es lo mismo, unos 95.000 km/s