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Aestred Thurga es una Reliquianta de Armas de la Orden de la Augusta Vigilia encargada de portar y proteger el estandarte Autotapiz del Juicio del Emperador.
Descripción[]
El cargo de Reliquianta de Armas se suele reservar a las Pronatus más veteranas de la Orden. Son tan hábiles en los cuidados delicados que requieren los artefactos como en destruir sin piedad a cualquiera que los amenace. Se las inicia en los misterios más profundos de las especialidades de la Orden y aprenden las sustancias sagradas, las difíciles habilidades, las oraciones rituales y las veneraciones necesarias para que dichos objetos conserven la pureza.
Aestred Thurga se dedica a proteger una única reliquia por encima de todas, el Autotapiz del Juicio del Emperador. Desde que la nombraron Reliquianta de Armas no se ha apartado más de un metro del estandarte. Se dice que el Autotapiz apareció como una visión de la primera Canonesa de la Orden de la Augusta Vigilia, a la que pertenece Aestred. Solo estuvo completo en parte tras la muerte de la Canonesa, y su sucesora recogió el tejido. Cinco líderes sucesivas de la Orden han vivido y muerto antes de que se consumara la visión y se completara el estandarte.
Nadie más que la hermana Aestred toca la reliquia. Sólo ella la mantiene y custodia. Entrena a la sombra de esta, reza ante ella y, cuando se le pide a la Orden que concedan la presencia del Autotapiz a una Guerra de Fe, es ella quien medita al lado del pendón para decidir si lo permite o no. Las meditaciones de Aestred bajo la mirada de la efígie del Dios Emperador han sembrado en ella percepciones únicas que la han conducido a llevar el Autotapiz a zonas de guerra lejanas sin que lo pidieran. Bajo la mirada imperiosa de este, las fervientes Hermanas de las Adepta Sororitas sienten la benevolencia inmortal del Dios Emperador y se esfuerzan aún más en vencer adversidades en apariencia insuperables para demostrar que son dignas de su protección.
Agathae Dolan[]
Se han creado heroínas en presencia del estandarte. Hay historias de hermanas que siguen luchando, imbuidas de una fuerza divina, después de perder un brazo o quedar ciegas. Para registrar estas gestas, los Adeptus Ministorum envían a la Hagiólatra, Agathae Dolan. Nacida en una familia noble con antiguos lazos con el sacerdocio, Agathae inscribe los detalles de las hazañas heroicas como testigo de lo divino y, al mismo tiempo, las verbaliza en un complejo mecanismo conectado a las mnemobleas sagradas. Ha seguido a Aestred a algunos de los campos de batalla más sangrientos y las dos han fraguado un respeto mutuo, aderezado por el humor negro de Agathae. La sacerdotisa lleva pergaminos y libros que contienen hagiografías de muchos santos. En los actos que presencia, Agathae cree ver ecos de hechos antiguos que solo deben interpretarrse correctamente para escuchar la palabra del Dios Emperador.
Armamento[]
Aestred Thurga está equipada con una servoarmadura del Adeptus Sororitas, una pistola bólter, la Hoja del Vigía, granadas de fragmentación y granadas perforantes.
Agathae Dolan está equipada con una vara de escriba y una pistola bólter.
Miniatura[]
Fuentes[]
- Codex: Adeptus Sororitas (9 ªEdición) pg 102