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Adrius Kaledor es uno de los sargentos de la quinta Compañía de los Martillos de Wikia. Tiene el mando de la escuadra de asalto Kaledor y es la mano derecha del capitán Ignace Drastos.

Historia[]

"Sin duda los Cuatro Innombrables son eternos e inmateriales, infinitamente poderosos e inmortales. Pero un dios sin siervos no es más que aire, y estoy decidido a acabar con todos los adoradores del Caos que tengan la mala fortuna de encontrarse conmigo."

Atribuido a Adrius Kaledor

Adrius nació en el seno de una familia de tradición marcial de la Colmena Versares, en la Federación de Colmenas del Norte de Nyumba. Originaria del Sector Thanatos, continuamente asolado por las partidas de guerra de Caos, su familia llevaba generaciones asentada en Nyumba, y transmitió a Adrius desde su más tierna infancia los principios marciales de su tradición, además de contarle las tradicionales historias thanianas sobre el archienemigo y cómo los héroes de Thanatos luchaban contra él. Kaledor desarrolló así desde niño un profundo odio y un rechazo implacable hacia el Caos en cualquiera de sus formas, rayando en ocasiones en el fanatismo. El Reclusiam lo mantiene bajo estrecha vigilancia por esta razón, no sólo para corregir su conducta en presencia del archienemigo (que va en contra del dogma de los Martillos), sino para poner fin a su vida en caso de que sea necesario.

Fue seleccionado a una edad algo tardía para las levas de reclutamiento, si bien mostró buenas aptitudes y pasó las pruebas iniciales con éxito. Austero y directo por naturaleza, fue de los pocos neófitos que se negó a pedir lujos durante el final del viaje estelar, limitándose a descansar su dolorido cuerpo y relajar la mente, que había sido puesta al límite durante las pruebas.

Los años pasaron, y Kaledor fue dejando patentes tanto su odio contra el Caos como sus aptitudes marciales innatas. Algunos de sus superiores, viendo en él aquel odio irracional y casi rayante en lo obsesivo, lo aleccionaron levemente sobre el archienemigo basándose en su propia experiencia, desmintiendo las ideas que le habían inculcado, basadas en un odio ciego e ignorante. Paradójicamente, esto sólo sirvió para que Adrius odiara al Caos más aún.

Como explorador, Kaledor demostró ser un guerrero más que apto para las exigencias del Capítulo, feroz en el ataque y sigiloso cuando era requerido. Ducho en multitud de artes marciales, tanto thanianas como nyumbanas, Adrius aplicó aquellos conocimientos con eficacia y creó un estilo de lucha propio caracterizado por su adaptabilidad y dinamismo. No sólo se entrenó para la guerra, sino que emparejó esto con un profundo estudio sobre el Caos y sus agentes, frecuentando habitualmente las bibliotecas del Capítulo y hablando con los hermanos de batalla de mayor experiencia, buscando tanto información como su propio consejo. A medida que sabía más sobre el archienemigo, Kaledor se daba cuenta de lo equivocadas que estaban las historias que le contaban sus familiares, y de que el Caos era en realidad algo infinitamente complejo, tanto, que sabía que debía tener un cuidado extremo al estudiarlo.

Adrius se ganó su servoarmadura durante el Exterminio de Oscis VII, donde él y su escuadra se infiltraron en el cuartel general de los separatistas y masacraron a todos los que encontraron ahí. Él en persona se deshizo de los dos guardaespaldas del mariscal Maarten, a quien decapitó con su espada. Su sargento lo recomendó para las escuadras de asalto, debido a su capacidad para el combate cuerpo a cuerpo. No obstante, antes tuvo que pasar el tiempo mínimo en las escuadras de devastadores para templar su ánimo y fomentar su sangre fría.

Su primera misión como devastador fue probablemente una de las más importantes para él, ya que le permitió por primera vez contemplar los estragos que el Caos provoca en la cordura del ser humano. Mhed 78/96 era un próspero mundo agrícola con una población de setenta millones. Cuando la quinta Compañía llegó acompañada de la Guardia Imperial, apenas quedaban veinte millones de personas. Los macroranchos y las titánicas plantaciones habían sido arrasadas, quemadas y profanadas con símbolos obscenos. Los habitantes habían sido sacrificados y crucificados bocabajo a lo largo de los caminos pavimentados con los huesos de las reses. Montañas de vísceras se pudrían en los antaño radiantes campos, y el cielo se había vuelto rojo. Un penetrante y frío olor a muerte y terror se había apoderado de todo Mhed 78/96.

Aquello, en lugar de acobardar a las fuerzas imperiales, las enfureció sobremanera. Pero la ira de Kaledor estaba trazada de estupor. Tras años estudiando al Caos y detestándolo de manera irracional, se había quedado de piedra al contemplar lo que en realidad era capaz de hacer. Enfrentarse a su más odiado enemigo al fin había resultado ser la lección más valiosa y apabullante que había recibido hasta el momento. El odio irracional fue transformándose en algo mucho más profundo, y el ansia imparable de destruir al archienemigo desapareció, siendo sustituida por la necesidad de conocimiento y experiencia. Determinó que aquellas serían sus verdaderas armas contra el Caos, y no el infantil e ingenuo odio fanático que lo había guiado hasta entonces.

Mhed 78/96 fue un infierno de tres años en el que la quinta Compañía se enfrentó a horrores inimaginables, a hordas de mutantes y cadáveres reanimados y a los infames marines espaciales del Caos. Cuando no estaba en combate, Kaledor llevaba un exhaustivo registro de los conocimientos que adquiría para combatir al Caos, que no tardaron en tomar cierto cariz filosófico orientado a llevar su odio por buen camino, y no por la senda del fanatismo.

Apenas un año más tarde fue destacado a la escuadra de asalto Rommer como reemplazo, pues había sufrido graves pérdidas durante la liberación de Mhed 78/96. En la década que permaneció en la escuadra Rommer, se le atribuyen la destrucción de un Gargante orko durante la Guerra Roja de Oleest, de por lo menos dos Predators de la Legión Negra y del asesinato del hechicero del Caos Varghanast Crimsum, entre otras hazañas menores. No fue de extrañar que el sargento Rommer lo acabara seleccionando como su sucesor a su partida a la Primera Compañía después del Asedio de Tai'gorrosh.

Adrius ya se había labrado una reputación importante como luchador y estudioso del archienemigo, y con su ascenso los tecnomarines no pudieron negarse a inscribir su servoarmadura y su nuevo equipo con runas anti-demonios que él mismo había pedido realizar a los capellanes y bibliotecarios. Cuando la delicada tarea hubo sido terminada, Adrius tomó su servoarmadura, su hacha de energía de doble cabeza, su escudo de combate y su pistola bólter y pidió al Maestro de Santidad que los bendijera junto a varios sellos votivos que él mismo había confeccionado y escrito con oraciones de protección y coraje. A pesar de que todas estas precauciones fueron consideradas como excesivas, nunca nadie dudó de por qué Adrius las tomaba.

Varios años más tarde, la mayoría de las acciones que la escuadra Kaledor había realizado habían sido en operaciones contra el Caos. Nunca nadie se atrevió a plantearse si esto era una mera y amarga coincidencia o quizá algo más. Adrius puso en práctica durante estas misiones todo lo que sabía sobre el archienemigo y sobre cómo combatirle, luchando feroz e implacablemente sin mostrar ningún tipo de duda o piedad.

En el fragor de la batalla, sufrió multitud de heridas durante sus enfrentamientos con el Caos, perdiendo un pulmón y el corazón secundario, la pierna izquierda de rodilla para abajo y el ojo izquierdo. Reemplazó todos sus miembros y órganos perdidos con implantes biónicos cuyas superficies estaban inscritas con oraciones de destierro y protección.

Su acción más famosa hasta el momento llegó casi una década después de que fuera nombrado sargento, en la Colmena Gallantia, en el mundo de Diemer Tercia. Este había sido conquistado y ocupado por una enorme fuerza de herejes bajo el mando de una partida de guerra de marines espaciales del Caos. Junto a varios regimientos de la Guardia Imperial, la quinta Compañía atacó la Colmena Gallantia. Los supervivientes de la colmena habían sido convertidos en engendros mutantes que fueron empleados como carne de cañón para ralentizar y hostigar a las fuerzas imperiales, pero la escuadra Kaledor volaba por encima de las rugientes hordas sin verse impedida. Antes del final del primer día, Adrius y su escuadra habían cerrado las esclusas que vomitaban mutantes y derrumbado varios edificios sobre ellas para destruirlas por completo.

Tres días duró la batalla, y durante tres días la escuadra Kaledor estuvo a la vanguardia del ataque imperial, hostigando al enemigo, inutilizando vehículos, asaltando plataformas de defensa y luchando sin descanso. Se dice que en uno de los puntos más álgidos del segundo día, Adrius había inmovilizado un Rhino enemigo y aniquilado a su tripulación arrojando a su interior varias granadas de fragmentación. Sin embargo, las luchas constantes habían pasado factura a la escuadra, que no había parado más que para reabastecerse de munición y combustible, y acabaron todos sufriendo graves heridas. Tres hermanos de batalla habían caído en combate a finales del segundo día.

Al tercer día, en uno de los niveles inferiores, un grupo de adoradores del Caos había realizado un ritual de invocación y trajo a la realidad a multitud de demonios menores de Khorne, lo que casi supuso la derrota para los imperiales aquel día. No obstante, Adrius llevó a su escuadra hasta el sitio donde había sido realizado el ritual. Los memonios los frenaron y dividieron, llevándose por delante a otros dos de los miembros de la escuadra. Adrius logró llegar a la zona de invocación, matando a tres desangradores en el camino y perdiendo su escudo de combate junto con su mano izquierda durante la lucha contra los entes disformes, además de sufrir más heridas menores.

Adrius acabó con los invocadores, que habían aprovechado la matanza como sacrificio. Armados sólo con sus armas rituales y vestidos con túnicas, los herejes no supusieron desafío alguno para el Martillo de Wikia, que acabó con ellos sin piedad, dando al traste con el portal demoníaco. Después regresó a las líneas imperiales para que le curaran el muñón y le acoplaran un escudo tormenta en el antebrazo izquierdo. Pese a las protestas y advertencias de los apotecarios, Kaledor volvió al combate, que ya estaba en su fase final y más sangrienta y amarga. Su escuadra, no obstante, estaba demasiado herida y agotada como para seguir, y había sufrido varias bajas, de manera que Adrius tuvo que luchar en solitario.

El recién ascendido capitán Ignace Drastos, que estaba al corriente de las acciones de su sargento, se hizo con suficientes retrorreactores para él y su escuadra de mando y ordenó a Kaledor que combatiera junto a él durante aquella batalla. En las trece horas siguientes, los dos Astartes formaron un estrecho vínculo de confianza y respeto forjado en una de las batallas más despiadadas en las que el joven capitán había participado.

Desde entonces, Drastos confía en Adrius como su oficial de campo más capaz, y con frecuencia el sargento es elegido como la escolta del capitán, o como su oponente en las jaulas de entrenamiento.

Equipo[]

Adrius posee una decorada servoarmadura, principalmente consistente en partes de la MK VII. Su servocasco, no obstante, es una obra de arte creada por el tecnomarine Hayato Fukai. Con la apariencia de una máscara dorada, el casco cuenta con un modulador de voz capaz de distorsionar y alterar la voz de Adrius, creando estremecedores lamentos y terroríficos rugidos que amedrenan al enemigo.

Para el combate prefiere hacer uso de un hacha de energía de doble hoja, y un escudo de tormenta. Si bien suele acudir a la batalla con un retrorreactor, Drastos requiere de vez en cuando a la escuadra Kaledor como unidad de choque terrestre, dejando así de lado sus retrorreactores y luchando a pie.

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