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Veredicto del Certamen de Relatos Wikihammer + Voz de Horus ¡Léelos aquí!

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"Vienen a nosotros desde el aire. Todo lo que el señor de estos pielesverdes tiene, lo lanza contra el Pico"

Keshuma. Capitán de la 9ª Compañía de Devastadores del Capítulo Archas de Obsidiana
Waaagh Rojo

Símbolo del ¡Waaagh! Rojo

Al ¡Waaagh! Grukk se le conoce como el ¡Waaagh! Rojo. Este ¡Waaagh! era una flota reunida de Orkos invasores que barrían todo lo que encontraran a su paso a través del sistema Sanctus Reach. A su cabeza iba el mismísimo Grukk, un Kaudillo orko con una reputación sanguinaria que hacía que los Orkos se reunieran a su lado para combatir.

El Carnicero de Obstiria, la Perdición de Eyrok y el Azote de Sanctus Reach son, entre otros, apodos que recibe el Kaudillo Grukk Pelajetaz por sus hazañas sangrientas. Se rumorea que cuenta con la bendición de Gorko, pues el brutal pielverde nunca ha perdido una batalla y va de un mundo a otro en busca de una buena pelea.

Historia[]

Orígenes: Las dos tribus de Eyrok[]

Cuando era un guerrero de la tribu Goff Rompekráneoz de Krugg el Tirano en el Mundo Desértico de Eyrok, Grukk luchó durante muchos años contra la Tribu Rizarrota de los Luna Malvada sin pararse a pensar en la siguiente pelea. Eyrok era antaño un planeta imperial, y las dos tribus pasaron gran parte de su tiempo en guerra entre sus ruinas, con sus kamionez y Motoz atravesando las dunas ardientes y los restos de las Ciudades Colmena. Incluso entonces, Grukk era más grande y fuerte que los otros Orkos y Krugg lo tenía vigilado por si se pasaba de la raya. Lo único que impidió que Krugg lanzase a Grukk por un sumidero fue que el pielverde era muy valioso en combate. El destino tuvo algo que ver en la suerte de Grukk, ya que envió al Gran Mekániko Mogrok a Eyrok. El Mekániko había sido abandonado allí por una tribu de Korzarioz que había decidido que arrojar al Mekániko a un planeta era más fácil que pagarle por sus servicios prestados en la nave, de modo que ahora trataba de reconstruir su nave con toda la chatarra encontrada. Cuando Grukk encontró al Mekániko iba a darle una buena paliza, pero Mogrok le hizo cambiar de opinión.

El Kaudillo Grukk[]

Orkos grukk pelajetaz waaagh rojo

Grukk Pelajetaz

Mogrok convenció a Grukk de que en vez de enfrentarse a unos cuantos pielesverdes en un planeta aislado, podía estar conquistando Sistemas Estelares. Al Mekániko le costó, pero consiguió espolear un atisbo de ambición en Grukk. El Orko atacó el fuerte Goff y se abrió camino hasta la destartalada choza de Krugg, derribando al Kaudillo con un rugido desafiante. El Tirano luchó con brutalidad feroz y golpeando a Grukk con saña. Los dos pielesverdes destrozaron la fortaleza mientras combatían y, finalmente, Krugg asestó un golpe de revés atronador a Grukk con su Garra de Kombate, que lanzó a su rival a través de una pared de adobe a un patio polvoriento más allá. Krugg se abalanzó sobre el cuerpo apaleado de Grukk, dispuesto a asestarle el golpe final. La voluntad de matar de Grukk lo llevó a ponerse en pie en el último momento y agarrar al Tirano por la garra obligándolo a moverse hacia atrás. Los tendones verdes se agitaban y los músculos sobresalían mientras los dos guerreros seguían luchando y, al final, acabó imponiéndose Grukk, que era el más fuerte. Los ojos de Krugg se abrieron horrorizados un segundo antes de que su brazo se rompiera con un crujido, y el rugido de la hoja de la zierra se acercó con avidez a su cara. La sangre lo salpicó todo y, de este modo, nació el apodo del arma de Grukk, Pelajetaz.

Eyrok se hallaba al borde del Subsector y el Imperio lo había clasificado como un Mundo Muerto. Por ello fue una sorpresa para el Gobernador del Sector Vargan cuando una marea de pielesverdes barrió sus Sistemas fronterizos. Lo que comenzó siendo casos aislados y misivas astropáticas confusas enviadas a toda prisa, acabó convirtiéndose en una avalancha de gritos desesperados de ayuda. Grukk asoló sin piedad las junglas tóxicas de las lunas de Palos, rompiendo la gran cúpula de cristal de su ciudad bendita e inundándola de veneno mientras sus guerreros saqueaban y mataban a todo el mundo. En el puesto de avanzada penal Night's End, los Orkos convirtieron la prisión en un pozo gigante de combate, lanzando Garrapatos, Gretchins y guerreros mientras hacían apuestas sobre cuánto resistirían los prisioneros contra ellos. Cuando Vargan envió su flota periférica contra Grukk, los pielesverdes los atacaron en medio de un campo de asteroides. Las naves Orkas e imperiales fueron golpeadas con rocas, se destrozaban entre sí y quedaban convertidas en chatarra, mientras los Orkos seguían embistiendo, destrozando y abordando decenas de naves imperiales. Con cada ataque y batalla, más pielesverdes acudían bajo la bandera de Grukk y su leyenda creció entre los pielesverdes de todo el Subsector Sanctus. En el espacio de unos pocos años, un sector del espacio considerado desolado estaba repleto de Orkos gritando el nombre de Grukk en la oscuridad.

La invasión de Obstiria[]

"¡No pondrán un pie sobre suelo sagrado!"

Seharra. Capitán de la Cuarta Compañía de Archas de Obsidiana
Orkos waaagh rojo

El ¡Waaagh! Rojo llega a Sanctus Reach

Cuando Grukk llegó a Sanctus Reach había reunido a millones de Orkos a su paso. Solo unos pocos obstáculos se interponían en el camino del pielverde y, entre ellos, estaban los Marines Espaciales del mundo de Obstiria, el planeta natal del Capítulo de los Archas de Obsidiana. Cinco Compañías defendieron su planeta bajo el mando del Señor del Capítulo Midnias, un veterano curtido en innumerables guerras contra los pielesverdes. A pesar de la inmensa horda que acompañaba a Grukk, Midnias le aseguró al Gobernador del Sector que detendría la incursión Orka antes de que se adentrase más en el Subsector.

Antes de que Grukk alcanzase Obstiria, los Korzarioz y las peñas de guerreros del Klan Luna Malvada se dirigían a toda velocidad al planeta para ser los primeros en trabarse en combate con los Marines Espaciales. El Kapitán Dakbad Firegut fue el primero en descender al planeta con sus Kruzeroz Matamuchoz cargando contra las defensas orbitales de los Archas de Obsidiana, alcanzando la superficie del planeta, atravesando la cortina de fuego antiaéreo. Una vez en tierra, con una fuerza de más de un cuarto de millón de pielesverdes y descargando una hilera armada de tanques, una colección de Vehíkuloz Zakeadoz que no seguían ninguna uniformidad o patrón, iniciaron el asedio a la Fortaleza-Monasterio de los Archas de Obsidiana, conocido como el Pico de la Penumbra. erosionadas por la radiación del continente polar de Obstiria, cubiertas de una capa permanente de nubes espesas. En los tres milenios desde la creación del Capítulo, nunca había caído frente a un enemigo. Poco después, los Orkos escalaron los muros de la fortaleza, aullando gritos guerra mientras los Marines Espaciales los acribillaban desde arriba. Entre las estragegias orkas de sus ataques en masa constaba lanzar en misiones suicidas o orkos armados tan solo con cartuchos de explosivos con sus mechas encendidas. De esta forma volaron la Catedral de la Victoria. Los orkos buscaban matar a cualquier Marine así como mancillar la herencia de este Capítulo. Los laberínticos pasillos, celdas y catacumbas se inundaron con plasma fluido, que incineró a miles de orkos, pero que al destrozar la generatoria hizo silenciar todas las defensas automáticas que estaban instaladas en la parte superior de las almenas. En otras tantas ocasiones, los pielesverdes se abrieron paso a golpes y tiros por la fuerza, y el Señor del Capítulo Midnias lideró numerosos contraataques para expulsarlos.

La horda de orkos que conformaba el ¡Waaagh! Grukk no tenía plan o disciplina alguna, se había canalizado de forma inevitable bajando por la Quebrada Negra para dirigirse hacia la posición de los Archas de Obsidiana.

Durante siete días y siete noches, los Archas de Obsidiana mantuvieron a raya a los Orkos, apenados por la pérdida de cada Marine Espacial muerto en combate y cada sección de fortaleza caída ya que suponían una mancha en su honor. Al amanecer del octavo día, la marea verde pareció aflojar, dejando a los Marines Espaciales tiempo de contar sus muertos. Entonces llegó Grukk.

Los pielesverdes que habían atacado Obstiria eran solo una avanzadilla del ¡Waaagh! Rojo, un anticipo de lo que estaba por venir. Cuando Midnias fue informado de la llegada del Zeñor de la Guerra, supo que su única esperanza era matar a Grukk. La Batalla de la Quebrada Negra fue el último intento de Midnias de matar al Zeñor de la Guerra. Al principio, los Marines Espaciales pillaron a su enemigo por sorpresa, matando a miles cuando se precipitaron sobre la horda, pero luego el número de pielesverdes empezó a crecer. Midnias disparó, rugiendo a través del campo de batalla con su Propulsor de Salto hasta que alcanzó a Grukk, moviendo su espada en un golpe certero para cercenar la cabeza del pielverde. Grukk se giró en el último momento, rugiendo cuando el golpe se hundió en su musculoso hombro. Cuando Midnias levantó su espada para darle un nuevo golpe, Grukk le arremetió y cerró el puño sobre la hoja. El Señor del Capítulo trató de liberar su espada del puño del pielverde, pero Grukk pivotó contra el peso del Marine Espacial y le propinó un gancho atronador que le arrancó la cabeza, yelmo incluido, limpiamente de los hombros. Con su comandante muerto, los Marines Espaciales trataron de defender su mundo tres días más, en una batalla que no podían esperar ganar frente al número aplastante de Orkos de las hordas de Grukk. Con Obstiria destruido y Sanctus Reach envuelto en llamas, sólo Alaric Prime se mantuvo desafiante y el ¡Waaagh! Rojo volvió a reunirse una vez más para la guerra.

Partidas de guerra del ¡Waaagh! Grukk[]

A medida que la leyenda de Grukk se extendía, muchas tribus de pielesverdes se reunían bajo su estandarte, dispuestas a luchar en las grandes batallas por su nuevo Kaudillo. Lo que empezaron siendo dos tribus en Eyrok y unos pocos miles de guerreros se convirtió en un ¡Waaagh! formado por millones de Orkos, capaz de llevar la ruina y la muerte a muchos planetas. Entre ellas se podían ver tribus con estandartes de un ojo sacado, un puño cerrado, un estante de huesos y variaciones sobre una calavera. Ahora iban unidos y luchaban como uno, la mayoría a pie, algunos saquearon de forma burda tanques Imperiales que avanzaban junto a la horda. Disparaban sus armas en celebración de la batalla que iba a tener lugar.

Aquellos que veían como las partidas de guerra descendían sobre el planeta podían ver como desde el horizonte una gran oscuridad se apiñaba sobre los valles sombríos. Caía del espacio y se expandía sobre la superficie del planeta como si de una enfermedad se tratase.

  • Gran Mekániko Mogrok - Mogrok se aseguró de que Grukk atacase los mejores mundos y de que mantuviese las tribus a raya. Al contar con todo tipo de inspiración tecnológica, Mogrok siempre parecía tener algún as en la manga en su bolsa de desechos y, a menudo, sacaba algo en el último momento para decantar el rumbo de la batalla en favor de Grukk y sus guerreros. Cuando, durante la Batalla de Huezo Blanco, los Partekráneoz de Grukk fueron emboscados por rebeldes Gretchins de la tribu Talón Rojo, fue el Kamión de Mogrok el que succionó a los guerreros diminutos y los roció por el desierto convertidos en confeti verde y rojo.
  • Loz Partekráneoz - Emulando la furia insensata de Grukk, los Partekráneoz del Klan Goff se volvieron más malvados que nunca. Dondequiera que el descomunal Kaudillo cargaba en una refriega, docenas de sus guerreros estaban siempre a su lado, con sus enormes músculos y sus ojillos crueles reflejando la rabia y violencia de su líder. Con el tiempo, los más grandes y grandes Rompekráneoz formaron la guardia personal de Grukk, convertidos en Noblez cubiertos de cicatrices y trofeos de sus muchas victorias.
  • Los Tipejoz Vazilonez de Dakbad - La potencia de fuego de los Tipejoz Vazilonez fue antaño la maldición de los Partekráneoz hasta que Grukk los puso de su parte. Dakbad en particular sabía reconocer un buen trato cuando lo tenía ante las narices, de modo que se alió con Grukk e inició una oleada de matanzas y saqueos todo el camino hasta Sanctus Reach. Otro motivo para la alianza era que Grukk necesitaría sus naves si quería salir de Eyrok. Algunos de ellos portaban una parodia de la armadura de un Marine Espacial: basta y enorme y cuyas placas estaban ennegrecidas de soportar disparos de bólter. La mitad de la cara estaban expuestas mientras que la parte inferior estaba cubierta con una placa en forma de dientes aserrados.
  • Motoz de loz Páramoz - Muchos de los pielesverdes de Eyrok se lanzaron al combate a bordo de vehículos mecanizados construidos con los restos oxidados de las Ciudades Colmena de ese planeta humano largo tiempo desértico. Los motores acelerados de miles de motos anuncian la llegada de la tribu.
  • Vehíkuloz de Chatarra - Con tal abundancia de chatarra en Eyrok, los Mekánikoz no solo construyeron Motoz y Karroz de Guerra para sus jefez, sino también Kamionez para que pudieran remolcarla a sus talleres. La mayor parte de las guerras de Eyrok antes del alzamiento de Grukk fueron por chatarra: pielesverdes de todas las tribus luchaban por hacerse con trozos de metal retorcido o piezas de motor. Más de un guerrero verde murió a golpes por una llanta o empalado bajo la horquillas oxidadas de las Motoz durante aquellos tiempos turbulentos.
  • Incurzorez de Sanctus de Grukk - Una vez libre de Eyrok, Grukk inició una serie de incursiones por el borde del Subsector Sanctus reuniendo cada vez más pielesverdes en su marea incontenible. Atraídos por la promesa de "muchoz piñoz" y guerras a escala inimaginable, miles de Korzarioz se unieron a él y, gracias a sus naves Grukk podía atacar cuándo y dónde quisiera.
  • Kapitán Dakbad Firegut - El primer Korzario en unirse a Grukk fue Dakbad, y sus piratas formaron la vanguardia de las incursiones pielesverdes. Las naves de Dakbad habían pasado años atacando los planetas que rodeaban Eyrok con la violencia temeraria típica de un Korzario con una reputación sanguinaria. Grukk ofreció al Kapitán la oportunidad de compartir las riquezas de la batalla, Dakbad no se lo pensó dos veces. Los planetas que estaban bien defendidos o que eran demasiado fuertes para que su flota de Korzarioz los atacase en solitario ahora caerían bajo el puño de Grukk. Firegut fue el encargado de asaltar el mundo de Obstiria, mundo capitular de los Archas de Obsidiana, por órdenes de Grukk, con el fin de probar las formidables defensas de su Fortaleza-Monasterio, el Pico de la Penumbra. Su voz se alzaba entre centenares de orkos, su gutural canto tan ruidoso como una llamada de vox. Era enorme, sobrepasaba en altura la mitad del resto de sus camaradas orkos. Portaba una harapienta equipación de guerra. En su cabeza llevaba un atorado sombrero de almirante Imperial con una pluma aun clavada en la banda. Sus hombreras eran de acero abollado y centenares de placas de identificación de Guardias Imperiales colgaban de ellas como el brocado de las hombreras de un oficial. La boca estaba embutida con colmillos rematados en oro, llevando un parche de una masa de tejido cicatrizado que le cubría el hueco de uno de sus ojos. En una mano portaba un sable naval, presumiblemente saqueado de un oficia de la flota del sector. En la otra mano llevaba un enorme y rudo lanzallamas, un voluminoso armatoste que había sido ensamblado de partes de una nave espacial. Su abdomen había sido extirpado, quizás por una herida o quizás por elección propia. En el lugar de los órganos faltantes había un horno redondo, del que salían llamas, conectado al lanzallamas por un grueso conducto acanalado. Un montón de combustible ardía detrás de la puerta con barrotes de la barriga del orko. Los labios de este orko se despegaban en forma de mueca y llamas refulgían tras sus colmillos cubiertos de oro. Liderando una fuerza de más de un cuarto de millón de pielesverdes, Firegut lideró un ataque masivo contra la formidable ciudadela, pero al final los Orkos fueron masacrados por los Archas de Obsidiana supervivientes y sus formidables refuerzos, incluyendo a 11 Dreadnoughts. Firegut encontró su final a manos del Señor del Capítulo Midnias, quien primero le cortó una mano para finalmente ser decapitado por el Marine Espacial. Dakbad Flamegut era un Jefe menor de los orkos. Su verdadero comandante le sacrificó para aprender como luchaban sus enemigos.
  • Cuerpo aéreo de Flamegut - Compuestas por oleadas de aeroneaves orkas, como si de langostas se tratasen, de destartalados bombarderoz de kombate que sobresalieron por detrás de las montañas de Obstiria y rodearon el Pico de la Penumbra. Dejaron un reguero de bombas en las almenas, reventando los emplazamientos de cañones y puertas de entrada. Miles de orkos más se sumaron a la invasión de la Fortaleza-Monasterio de los Archas de Obsidiana. Este cuerpo aéreo conquistó los hangares de naves de los Marines Espaciales. Uno de sus vehículos más singulares era una enorme aeronave Karguero que portaba una cantidad de motores ardientes montados de forma asimétrica. Cuando la aeronave tocaba tierra se lanzaban cadenas con ganchos para frenar su deslizamiento por la montaña. De una docena de puertos distribuidos en sus costados, saltaban multitud de Korzarioz orkos que formaban parte de la propia hueste de Dakbad Firegut.
  • Gashrakk el Deztello - Atraído por el ¡Waaagh! Grukk con la promesa de riquezas innumerables, Gashrakk asumió el liderazgo de la tribu Rizarrota. Necesitada de un líder después de que Grukk atravesase el cráneo de su último jefe, la tribu Rizarrota rápidamente siguió a Gashrakk. En la antigua tradición del Klan Luna Malvada, para ganar el liderazgo de loz Rizarrota sobornó a la mayor parte de sus Noblez con las mejores armas y rebanadoras que los piñoz podían comprar. Los que no siguieran pronto se convertirían en el objetivo a batir por el arsenal de sus antiguos camaradas.
  • Meganoblez Partekráneoz - Asaltar planetas y abordar naves requiere la fuerza de enormes Orkos blindados, y los pielesverdes más grandes y blindados de Grukk eran sus Meganoblez Partekráneoz. Sólo los más duros de los Noblez se han ganado un lugar dentro de los Meganoblez. Los primeros en llevar una Megaarmadura tenían que ser lo suficientemente fuertes para llevarla y para mantenerla.
  • Dakkajets de loz Rizarrota - Con todos sus piñoz y conexiones, Gashrakk reunió un escuadrón de Dakkajets, y sus motores atronadores inundaron los cielos de los mundos a los que Grukk atacó. De naturaleza fanfarrona, los pilotos Dakkajets de loz Rizarrota pasaban el tiempo lanzándose en picado desde el cielo allí donde Grukk les decía. Y, tan pronto como los cazas enemigos aparecían, los Dakkajets caían sobre ellos como langostas, acribillándolos mientras los aullidos de sus motores inundaba el cielo.

Cuando Grukk llegó al sistema Sanctus Reach, se hallaba a la cabeza de una marea inmensa de pieles verdes compuesta por millones de guerreros enloquecidos con la idea de librar una batalla de dimensiones gigantescas como pocos habían visto antes. Sin pretenderlo (o tal vez intencionalmente por parte de Mogrok) Grukk iba al mando de un poderoso ¡Waaagh!:

  • Vehíkuloz Zakeadoz de Baddfrag - El Kaudillo Baddfrag lideró muchos de los Vehículoz Zakeadoz por Grukk, muchos de ellos originalmente humanos pero ahora con mucho más dakka. Normalmente, las primeras cosas en impactar la tierra cuando Grukk invadía un planeta eran los Vehículoz Zakeadoz de Baddfrag, que rugían mientras avanzaban y aplastaban todo lo que hallaban a su paso en una marea de metal oxidado y chirriante. En Phenos IX, Baddfrag estuvo al frente de la carga por el puente de energía que conectaba la Colmena Primus a la jungla de la parte continental del planeta. Embistiendo a través de las defensas del Imperio, Baddfrag envió decenas de tanques enemigos puente abajo, a los mares hirvientes situados centenares de metros más abajo. Tras la batalla, Baddfrag usó puñados de Gretchins atados a cables para recuperar los restos que pudieran utilizar.
  • Los Voladorez de Tokao del Ala - Tokao del Ala era el jefe de los Voladorez, una enorme formación de Dakkajets, Bombarderoz-Chicharradorez y Bombarderoz-Datake que oscurecía los cielos de la vanguardia del ¡Waaagh! Rojo. Tan ansioso estaba por entrar en combate que sus guerreroz se amarraban al exterior de las naves chatarra, cortando las ligaduras mientras atravesaban la atmósfera del planeta. Entonces, los Voladorez inundaban los cielos del mundo, derribando cualquier cosa que se ponía en su punto de mira y lanzando bombas sobre blancos de abajo. Tokao del Ala llegó a ser famoso por sus pasadas a toda velocidad ametrallando el campo de batalla desafiando a la muerte, ya que planeaba con su Dakkajet a pocos metros por encima de las cabezas de los sorprendidos pielesverdes y los aterrorizados enemigos.
  • Bogrot Huezitoz y su Garrapato Mamut - Un gran número de guerreros del Klan Mordizko de Víbora integraba el ¡Waaagh! Rojo, pero ninguno era tan malvado como Bogrot Huezitoz y su Garrapato Mamut Pizotonez. En batalla, Pizotonez hacía honor a su nombre pisoteando a compañías enteras bajo su corpulento cuerpo, a menudo inconsciente del caos que causaba. La bestia de poco cerebro sólo podía concentrarse en una cosa a la vez y se confundía con facilidad. Bogrot podía gritar y gritar, tratando de incitarla a ir donde él quería, pero cuando Pizotonez veía algo brillante, salía corriendo en una dirección aleatoria. Esto sucedió en numerosas ocasiones durante el ¡Waaagh! Rojo, en las que el enorme monstruo cambiaba el curso de la batalla sin darse cuenta o provocaba una carnicería entre las hordas de Orkos estrellándose contra sus propios aliados. Un ejemplo de ello ocurrió en Sybel III, donde Pizotonez abrió una brecha en el muro de la fortaleza al ver el brillo de las medallas en el pecho del comandante del Astra Militarum. El oficial gesticulaba y gritaba a sus hombres desde lo alto del muro sin saber que también dirigía la carga de Pizotonez. El garrapato atravesó la pared de un cabezazo y se lanzó en persecución del comandante aterrorizado por los siete niveles de la fortaleza, mientras su presa trataba de cerrar las puertas tras él y ordenaba a sus hombres que le cubrieran. Al final, Pizotonez acorraló y pulverizó al oficial en el corazón de la ciudadela mientras miles de pielesverdes entraban por la brecha que había abierto.
  • Gran Kabezadizforme Rojjo y sus Eztrambótikoz - Aunque a ninguno de los otros Orkos les gustaban los Eztrambótikoz como el Gran Rojjo, también aportaron su granito de arena al ¡Waaagh! volando cabezas con sus poderes psíquicos. En batalla, los Eztrambótikoz vomitaron energías disformes puras, impulsadas por el poder del ¡Waaagh! Esto podía tener todo tipo de consecuencias imprevistas ya que sus poderes psíquicos se desbordaban: las cabezas estallaban como fruta madura, las extremidades se rompían como ramas y los órganos explotaban cuando ondas de choque de energía pura se extendían desde los Eztrambótikoz. Gran Rojjo era el peor de todos, e incluso a otros Orkos no les gusta andar cerca del Eztrambótiko de aspecto extraño, incluso cuando no estaba agitándose y hablando como un Gretchin con daño cerebral. Gran Rojjo dejaba un persistente olor, murmuraciones y crujidos a su paso, pero parecía no importarle, ya que siempre hablaba en voz baja de cosas que sólo él podía ver.
  • Jefe Goff Drogg - Grukk contaba con muchos Goff en su ¡Waaagh! y recayó en el Jefe Goff Drogg la tarea de mantenerlos a raya para que el Zeñor de la Guerra pudiese concentrarse únicamente en destruir. Los Goffs tienen la costumbre de dejarse llevar cuando hay una buena pelea en el horizonte. La mayoría de las veces, a Grukk no le importaba si los guerreros no obedecían sus órdenes mientras golpeasen cabezas a diestro y siniestro. El resto de ocasiones procuraba tener a Drogg cerca para restablecer el orden. En el planeta de Absedia, Grukk utilizó sus hordas Goff para acabar con la parte posterior de las defensas del Ministorum. Drogg se aseguró de que los Chikoz se concentrasen en atacar la Abadía del Alba Ardiente de Absedia, ya que las peñaz estaban distraídas quemando todo el entorno natural del planeta, y a continuación las dirigió montaña arriba a la fortaleza de los humanos. También fue una táctica astuta de Drogg utilizar las grandes estatuas que rodeaban la abadía para derribar sus muros entre las aclamaciones ensordecedoras de la horda pielverde.
  • Grandez Kañonez de Mogrok - El Gran Mekániko suministró a Grukk un arsenal enorme de artillería de todo tipo, suficiente para alinearlos durante millas, rueda con rueda, y disparar andanadas grandes aunque imprevisibles. Al inicio de la batalla por Sanctus Reach, Mogrok equipó los Pezioz de la armada de Korzarioz de Grukk con armas de todo tipo y tamaño saqueadas de enemigos muertos o martilladas a partir de chatarra. A menudo, no había manera de saber lo que saldría del cañón de un arma de fuego hasta que fuese disparado. Sin embargo, había un problema. Los Gretchins que controlaban las armas no tenían ni idea de cómo dispararlas y miraban constantemente por encima de sus hombros para ver si estaban a punto de conseguir una bofetada del Kaporal. Los Gretchins solían pasar los primeros minutos de una batalla presionando y forcejeando con las armas, tratando de averiguar cómo funcionaban. Al final, el resultado era devastador, tanto para el enemigo como para ellos.
  • Loz Puñoz de Gorko - Los Gorkanauts de Grukk se habían ganado la reputación de carniceros. Estas inmensas máquinas de muerte iban siempre a la vanguardia de cualquier batalla, atacando al enemigo con sus garras y armas de fuego. Dentro de sus cascos blindados los Noblez tratan de superarse entre sí, matando enemigos de forma cada vez más espectacular o echando carreras para ver quién es el primero en entrar en combate. Al final de la guerra, cada Gorkanaut se había adjudicado un número impresionante de bajas enemigas. 

Fuentes[]

  • Codex: Orkos (7ª Edición).
  • Sanctus Reach: Red Waaagh! Campaign Setting.
  • Penumbral Spike, de Ben Counter (serie Sanctus Reach).
  • Black Gulch, de Ben Counter (serie Sanctus Reach).
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